La Costa

CAPITULO IX

CAPITULO IX

 

 

¿PORQUE LA FELICIDAD DURA TAN POCO?

 

Como todos los días al despertar lo primero que hago es escribir unas líneas en mi diario, tenía varios motivos había podido recuperar las noches de sueño perdidas, pero siempre algo tiene que empañar mi corta felicidad. Por lo que hace tres días exactos que mi fiel amigo el insomnio ha vuelta a mi vida.

En las semanas vividas junto a Caleb fueron como pertenecer a un cuento de hadas en donde mi príncipe azul me había rescatado en su bello corcel y vivíamos felices para siempre, pero esa frase resultaba ser demasiado tiempo.

Madeleine se había encargado de perturbar a Caleb con millones de ¿porque no debía estar conmigo?, desde lo más sencillo como que soy una muchacha de bajos recursos, que no tengo futuro hasta lo que para mí fue lo peor…  embaucarlo quedando embarazada!! Cansándonos obligados por un bebe, ¿cómo puede decir eso!? sin siquiera conocerme. Pero, que puedo esperar de una persona que me odio desde la vez que me vio, que ni siquiera fue al velatorio de mi madre, que solo dice mentira tras mentira, tratando de separar a su hijo de la persona que ama, o sea Yo.

 Desde que comenzamos a salir hace dos meses exactos, en los cuales ella le dejo de cocinar, de lavar su ropa y de hablarle, debido a que cada conversación que logran mantener se trata de mí y está siempre termina en una discusión, el trata de evitar a su  propia madre, en su propia casa, es demasiado! ni yo puedo obligar que su relación se disuelva, se rompa o se destruya… por mí, por más amor, por más que no pueda soportar un día lejos de él, más ahora que probé sus besos, que se lo que se sienten sus  caricias y el calor de  su cuerpo, no puedo hacer que elija entre mí y su familia. Si el me diera a elegir yo elegiría a mi hermano pues, él es lo único que tengo. Así la elección me llevara a la muerte segura, no podría dejar nunca Anghelo.

 Lo tengo decidido hoy hablare con él, esta situación no puede llegar más lejos, no quiero ser la causante del distanciamiento con su madre, yo sé lo que es no tener una madre, no puedo hacer que ellos se alejen, no por mí.

Miré por mi ventana el día era hermoso, sonreí para mí misma como tranquilizándome nada podía pasar… en realidad ¿qué podía pasar? Nos amábamos, eso era todo me dije tratando de convencerme a mí misma.

Fui a la cocina para desayunar como era sábado Anghelo había salido a trabajar temprano le gustaba estar en casa a la tarde así pasábamos tiempo juntos, le aterraba saber que dentro de un tiempo nos separaríamos para que yo pudiera ir a la universidad.

Tomé una fruta de la heladera la mordí y pensé _necesito el consejo de Lena. Ella siempre ha sido mi cable a tierra.

Salí, cuando iba camino a casa de Selena en mi bicicleta un auto oscuro muy familiar comenzó a seguirme, voltee para ver, para sacarme las dudas de quien podía ser el que manejaba, el automóvil acelero casi a punto de arrollarme, me sobrepaso y se estaciono frente de mí, por un instante mi corazón parecía salirse de mi boca, latía tan rápido que creí que sufriría un infarto. Aun así, no me moví, pero hoy pienso que tendría que haberlo hecho, huir del lugar, cuanto antes lo más rápido que pudieran llevarme mis pies sobre el pedal de mi bicicleta.

Entonces fue cuando alguien se dignó a salir del auto para mi había pasado una eternidad, pero, solo habían sido unos pocos minutos.

Vi abrir la puerta y descender a la mujer como si fuera una secuencia en cámara lenta, mi respiración se cortó al ver su rostro, su odio reflejado en la mirada, rabia al morderse los labios, dos personas pasaron por mi cabeza que solo ellas hasta el momento me habían querido muerta o en otra ciudad, pero, nunca a la persona que vi en ese instante. Mi respiración volvió al escuchar su primera frase hacia mi _ como siempre en mi camino.

Cerré con mucha fuerza mis ojos tratando de aclarar o de borrar lo que había visto pero al volver a abrirlos esa persona seguía siendo la misma.

_disculpe Uds. No creo haber cometido ninguna infracción. No quise estorbar Sra. Madeleine le contesté tratando de no mostrar lo aterrada que me sentía entonces.

_no lo parece… desde que eras una niña y te acercaste a mi hijo sin hacer caso a las advertencias que te di en su momento. Siempre estás en mi camino

_siempre creí que solo era para inspirarme miedo, nunca creí que sintiera eso de verdad. Le conteste.

_oh! Nunca sabrás lo que siento, no te imaginas ni un poquito. Por eso estoy aquí para darte una vaga idea, de lo que puedo llegar a hacerte si sigues con Caleb.

_que? Acaso Ud. ¿Me está amenazando Sra.?

_o no, todo lo contrario, tómalo como un concejo de una madre preocupada. Yo si fuera tú me alejaría.

_porque me odia tanto, ¿qué le he hecho? Le pregunte cuando ella intentaba regresar al automóvil

_nunca podrás sacarme a mi hijo, él se merece algo mejor y lo sabes… nunca serás como Nicole, su educación, su nivel social su belleza. Si dices amar a mi hijo entonces, déjalo ir.

Subió a su auto, que estaba en marcha y se retiró del lugar dejándome en medio de la carretera vacía, con un puñal clavado en el pecho.

Luego, de esto debía terminar con Caleb con urgencia, pero una parte de mí se llenaba de odio no quería dejar ir al amor de mi vida por el capricho de una vieja resentida.

¿Que había hecho yo para merecer esto?, ¿que habíamos hecho los dos para que no pudieran vernos felices? la verdad, hacía tiempo que no me sentí tan poca cosa como en ese momento, las palabras hirientes de Madeleine nunca me habían logrado afectar, no como hasta ahora.

Trate de retomar mi respiración para poder llegar de alguna forma a casa de Selena a alguien debía contarle lo que me había sucedido, pero, una parte de mi sintió miedo podía tratarse de una loca, la madre de Caleb. Esto era una broma, debía serlo. Seguí el camino llegue a casa de Lena y deje mi bicicleta sobre el césped.




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