La Costa

CAPITULO XI

CAPITULO XI

 

 

VERANO EN EL CAMPO

 

Al leer “verano en el campo” supe desde un principio que ese recuerdo en particular me envolvería, quise evitar leerlo, pero mi corazón latía con más fuerza cada vez que leía el título. Lo primero que me vino a la mente fue la Lluvia intensa pero una hermosa lluvia y el aroma de la tierra mojada.

La mañana había comenzado hermosa, las vacaciones se hacían presentes ante mi sabiendo lo que el futuro me deparaba “la Universidad” todo resultaba perfecto al escuchar en mi mente esa frase tan pequeña pero tan importante, significaba irme a vivir sola a otra ciudad muy lejos de este pueblo, sino que lo haría junto a Caleb, más allá que todavía no habíamos tocado el tema y no teníamos nada confirmado con respecto a la beca, miles de mariposas me llenaban el estómago.

Miré por mi ventana quise salir flotando e ir directo a su ventana que solo estaba a unos cuantos minutos si iba por el rio. Baje cantando las escaleras con tanta felicidad que Anghelo lo percato en el acto.

_que sucede… por qué tanta felicidad?

_soy feliz, es malo acaso.

_no… me alegra que lo seas. Un silencio pequeño de su parte acompaño mi alegría mientras tarareaba mi canción favorita, mi hermano me veía sonriente, como preparaba mi desayuno con tanta alegría que no quiso interrumpir mi concierto.

_cantas bien. La voz de Caleb me congelo _en que más vas a sorprenderme, te conozco hace años y es la primera vez que te escucho cantar.

_será porque nunca ha estado tan feliz. Dijo Anghelo pasando al lado de Caleb con su tasa de café.

_ ¿es verdad?… ¿eres feliz? Me pregunto ya a solas. Rodeándome con sus brazos y dándome un tierno beso en los labios, lo mire y enrede mis dedos en su cabello y le devolví el beso con más pasión. Él sonrió y para mí fue como si Dios me premiara con ello

_es que acaso no se me nota. Le conteste.

_y puedes decirme ¿cuál es la causa? Me miro sensualmente con sus ojos celestes cristalinos

_ Es algo que no puedo evitar, cuando estoy triste y pienso que no hay solución solo me basta pensar en tus labios y con eso derretirme en tu boca. Roce con la yema de mis dedos sus hermosos labios rosa. _Te has convertido en el aire que respiro, en el suelo que piso para caminar, en la razón de mi ser y existir, eres mi todo. Cuando la oscuridad está a punto de cubrirme por completo, cuando pienso que no voy a resistir a tanta crueldad, solo me basta con derretirme en tu boca para que desaparezca el dolor.

_y… eso? ¿De dónde lo sacaste? Es hermoso

_ es algo que estoy escribiendo. Le dije alejándome lentamente, deslizándome de sus brazos

_yo te lo inspire. Se colocó nuevamente frente a mí tomando mis manos llevándoselas al pecho.

_cada frase. Le susurre.

Me beso.

_tengo una propuesta para hacerte. Me dijo suave al oído.

_y… ¿qué será?

_que te parecería si nos fugamos. Su rostro se ilumino al mirarme sonriendo casi de oreja a oreja

_fugarnos! le dije con sorpresa.

_si! ¿Que no te gusta la idea?

_no, no es eso. Es solo que no eres de hacer este tipo de cosas.

_oh! Gracias por decir que no soy espontaneo. Rio.

_yo no dije eso… solo eres muy hogareño.

_ah! Me falta sentido de la aventura entonces.

_no! No dije eso… exclamé frustraba, pero riendo porque todo lo que decía parecía molestarle

_y… que te parece?

Suspire rendida. _me encanta la idea, pero, no creo que me dejen. Cruce mis brazos

_eso… ya está solucionado. No pude evitar mirarlo con intriga _Además, si pedimos permiso dejaría ser una fuga. Me giño su ojo con picardía.

Reí viendo su rostro juvenil_ y puedes decirme acaso como lo has solucionado. Pregunte sabiendo que mi hermano no me autorizaría.

_si lo dices por mí, ya hablo conmigo Lizz. Se escuchó la vos de mi hermano mientras ingresaba a la cocina. Haciendo que me quedara sin palabras ya que en ninguna de las realidades o mundos alternos existentes me hubiera dejado.

_ preparamos las cosas? Agrego Caleb tomándome de la mano llevándome casi a las corridas hasta mi habitación.

_bueno… y adonde piensas llevarme. Le pregunte mientras buscaba mi mochila para comenzar a colocar lo más necesario.

_Ah! es sorpresa. Se encogió de hombros

_y cómo crees que voy saber que llevar. Le dije mientras él me miraba sonriente.

Cargamos mi camioneta, pusimos carpa, bolsa de dormir, comida entre otras cosas que pueden usarse en un campamento.

_es lo último dije colocando la lámpara de gas.

_no te preocupes, pero no creo que vayamos a necesitarla.

_como que no? Le pregunte _ ¿a dónde vamos? Dije frustrada. La intriga me estaba matando ¿para qué dejarme cargar todas estas cosas? si al final no usaríamos nada _no me digas que, no vamos a necesitar nada de esto. Dije casi enojada señalando todo lo que había colocado en la camioneta

_ es que… como explicarlo, a tu hermano no le dije bien a dónde vamos. Hablo para que solo nosotros escucháramos

_que? Le pregunte mientras lo veía rodear la camioneta, para llegar a mi lado

_el piensa que vamos de campamento y no es del todo cierto.

_pero… sonreí.

_no te preocupes la vamos a pasar hermoso. Me contesto abriendo la puerta del acompañante para que subiera.

Tome la puerta sonriendo, pero no sabía si ponerme feliz o preocuparme al respecto, me beso cautamente en la frente y me subí, él se dirijo a la otra puerta imitándome subió a la camioneta y la encendió comenzando así el viaje.

Tomamos la carretera que el día de la fiesta de fin de año yo había transitado llegando así al lago, lo mire sorprendida ya que no sabía si me había prestado atención del lugar que le había contado.

_llegamos. Dijo apagando el motor.




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