La Costa

EPILOGO

EPILOGO

 Han pasado los años… Estoy sentada en mi escritorio, mientras veo desde la ventana a mis hijos jugar con las piedras que hay a orillas del lago, me fijo por un momento en la pantalla de la computadora las últimas líneas  que escribi “nuestra historia”, me acomodo en mi asiento e intento retomar la escritura, entro en trance por un instante y mi mente me hace viajar por el tiempo, recuerdo la primera vez que lo vi, sus ojos celestes que me atraparon por completo, recuerdo a esa niña de nueve años que había perdido a su madre, pero que había ganado a algo más que un amigo, recordé a  mi hermano y en todo lo que tuvo que atravesar, sin su sacrificio quizás yo nunca hubiera llegado a estudiar en la universidad, recordé a Facundo, su sonrisa y sus ocurrencias, pensé en él y en como seria todo si el estaría con nosotros, pero todo no se podía tener en la vida. 
Lena había formado una hermosa familia, y se en lo profundo de mi corazón que Facu estaría orgulloso de ella, por la mujer que se había convertido, por todo lo que había conseguido. Pero más aún por haber vivido la vida que el siempre soñó tener con ella.
Recordé nuestra primera vez y me sonreí al recordar que había sido en esta casa. Si tuviera que renacer y volver a escribir mi historia, la escribiría tal cual la viví, sin importar de los errores cometidos ni las lágrimas derramadas, porque todo eso me trajo a la vida que tengo hoy y soy la mujer más feliz del universo por ello. 
Escucho los gritos de felicidad de nuestros hijos y lo veo llegar en su camioneta. Salgo a su encuentro acomodo mi ropa, mirando a mí alrededor como si todo fuera un deja vú, miro al cielo y me sonrió. 
Abraza a nuestros dos hijos y sigue unos pasos para tomarme con su brazo libre por la cintura atrayéndome hacia el como un imán. _hola amor! Me dice besando mis labios. _que haces me retruca dulcemente
_esperándote. le contesto mientras vuelve a besarme otras ves con intensidad tanta que hace que me muerda mi labio inferior
_terminaste? Me pregunta y yo lo miro casi derritiéndome en su brazo
_tengo problemas con el final. Le digo, pero en realidad nada me preocupa
_ Es que acaso este no te parece que es un buen final feliz.
Le sonrió y nuevamente vuelvo a mirar el cielo y murmuro _gracias por no dejarme despertar…
_que dices?me pregunta
_nada, amor, nada.

-FIN-




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