El pueblo de Oak había crecido un poco más en los últimos años, ahora habían alrededor de 200 personas habitándolo, se habían dividido en trabajos de todo tipo, se habían encerrado para que la "Criatura" no les hiciese daño. Y aunque seguian corriendo el riesgo cada dos lunas llenas o mas, las personas seguian prefiriendo el pueblo de Oak como su hogar. la chica que caminaba feliz por el pueblo era Adele Arien quien siempre llevaba una caperuza roja, todos adoraban a Adele, era tierna, incapaz de hacer algo malo, ella formaba parte del grupo de las chicas recolectoras, así que a donde quiera que fuera llevaba una canasta. Ella era la encargada de hacer que las demás chicas no salieran de los límites establecidos, y siempre lo había hecho bien, pero este día, este día era diferente, el clima iba en aumento, sus manos estaban frías y cada ventisca le hacía erizar la piel, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba frente a la cerca que separaba el pueblo del bosque, por un momento la idea de marcharse paso por su mente, pero la aparto, el miedo estaba en ella, pero su curiosidad rebasaba cualquier limite,dejo la canasta en el suelo junto a ella y empezó a escalar la barda, estaba a metros del piso cuando cruzo hacia el otro lado, sus piernas temblaban y su vista se había nublado por completo, pero no la detuvo, ella pudo regresar en ese momento, pero decido bajar hacia el bosque en donde Black le había advertido no ir, donde solo los cazadores podían entrar, donde incluso su hermano de decía que sería imposible volver si ella se iba.
La chica ahora caminaba tímidamente por el bosque, y la idea de que alguien la atacaría en cualquier momento rondaba en su cabeza, sus piernas temblaban mientras recorría cabizbaja el bosque y las palabras de Black resonaban en su cabeza
_ Si algún día entras en el bosque morirás, pero si tienes suerte y la criatura no te ataca entonces corre, porque será lo último que veas.
Ella odiaba las historias de terror que Black le contaba, y odiaba a la criatura y el hecho que solo pocos la hubiesen visto, ella apoyaba a Black, quería darle casa a la criatura pero su madre siempre se oponía cuando Black armaba a los cazadores, uno de ellos su hermano Criston.
Caminaba cautelosa y giraba la cabeza para ver detrás de ella repetidas veces, sentía que alguien la seguía y cada vez tenía más miedo. Sin saber cómo llego a un pequeño lago, el invierno había comenzado y el lago tenía una fina capa de hielo, se miró en él, completamente normal, cabello castaño y ojos del mismo color, nada nuevo ni menos emocionante, quería tocar el hielo porque sentía que si lo hacía podía tocarse a sí misma, pero se arrepintió, subió un poco más su caperuza cuando una fría briza le erizo la piel, pronto nevaría.
***
Caminaba cauteloso por el bosque la manada se había separado y a mí me habían enviado de casería, me estaba yendo mal pues el comienzo del invierno se había llevado a los animales, decidí caminar hasta el lago era un buen lugar, podría conseguir algo hay de todas formas. En el camino me topé con algo que jamás había visto lo que hizo que caminara con mucho más cuidado. Era una chica con un enorme abrigo rojo, lo que es raro es que las chicas no vienen por aquí a menos que sean nuestras chicas, jamás había visto una del pueblo y menos del pueblo Oak porque perdería el brazo apostando que la chica era de ahí, la seguí hasta el lago pues, me pareció interesante, era una linda chica, me quede en silencio mientras la observaba ver su reflejo en el hielo, ella se quedó ahí y estiro su mano para tocarlo pero luego se arrepintió, quería verla más de cerca, quería saludarle, saber su nombre, pero no me acerque permanecí hay donde no podía verme, porque justo ahora yo era un lobo enorme, si me viera así correría y eso despertaría mi instinto más salvaje.
Luego ella se levantó, suspiro y empezó a caminar hacia otro lado, la seguí, no sabia por qué pero lo hice, la seguí todo el camino de vuelta a su casa, ella sabía que la seguía pues no paro de mirar para comprobar si yo aún la acompañaba y lo hacía, le sonreí en algunas ocasiones pero ella no respondió, solo volvía a mirar al frente y continuaba caminando, siempre cabizbaja cuando llego a la cerca que separaba Oak del bosque de roble supe que no me había equivocado, ella trepo la cerca y callo del otro lado, permaneció mirándome unos segundos, luego sonrió y se alejó, la había dejado ir.
Volví a donde pertenecía y decidí no hablar de ella, de la chica de la caperuza roja.
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Adele permaneció junto al lago mientras seguía sintiendo que la observaban, luego se levantó y emprendió camino de regreso y por alguna razón sentía que conocía más a ese bosque que a sí misma, miraba detrás de ella de vez en cuando para comprobar si nadie la seguía, y nadie lo hacía, al menos eso creía ella, cuando llego a la cerca volvió a trepar de regreso esta vez con un poco menos de miedo, cuando callo del otro lado recogió su canasta y se quedó mirando al bosque unos segundos, lo miraba como si fuera algo mágico, luego le sonrió tenía la certeza de que el bosque le guardaba una sorpresa y le prometió volver.