La criatura marina

4

Temprano en la mañana no quedaba ni un solo bote sobre las aguas del mar, que limpio y tranquilo era bañado por las primeras luces del alba. Crowley se despertó muy de mañana subiendo a la superficie para ser bañado con los rayos del Sol, sintiéndose libre tras días sin ver la costa.

Tocó su torso mojado, también la larga cola de serpiente aún preguntando para sus adentros si en verdad tendría el cambio que había prometido Beelz. Dudó por varios minutos pero se animó pensando en que así podría caminar hasta la casa de Aziraphale, aunque, ¿cómo se camina? Él sólo sabe nadar.

Salió del agua y tumbado en la arena bajo el muelle esperó casi una hora para tener su cuerpo seco, quedándose dormido en lo que esperaba la metamorfosis.

Dentro de la casita de Aziraphale había un delicioso olor a crepes recién hechas, el humano gustaba de este delicioso postre y disfrutaba comerlo cada que tenía la oportunidad. Justo cuando iba a darle el primer mordisco pensó en Crowley, ¿cómo estará? ¿Ya habrá podido salir?

Con esto en mente se asomó al portal apoyando una mano en la columna mirando hacia la costa, estaba completamente vacía, ni un alma por todo aquello, al fin paz y tranquilidad otra vez. De seguro ya podría ver a su querido Crowley, esto le animó un poco, así que tomó su sombrero y dejando sobre la mesa el desayuno corrió hacia la playa sintiendo la arena caliente en sus pies, estaba convencido de que encontraría por allí al muchacho.

La arena comenzó a provocar comezón en la piel de Crowley, quien despertó tras golpearse fuertemente los pies, acababa de azotar sus piernas contra uno de los pilotes del muelle. Soltó un gruñido extendiendo sus brazos a agarrar su cola sorprendiéndose al encontrarse con piernas, iguales, o más bien; parecidas a las de Aziraphale.

¿Cómo? ¡En verdad Beelz tenía razón! No era una mentira. Aquello le pareció muy emocionante.

Tocó su cuerpo dándose cuenta de que si había podido volverse humano. Se miró las manos que ahora eran normales sin aquella membrana interdigital, la larga cola se había convertido en un par de delgadas piernas, y al frotar los dedos contra el cuello ya no tenía branquias. Sonrió bastante alegre frotando su lengua bífida contra sus dientes que aún permanecían puntiagudos, bueno, algo debía conservar.

Se peguntó cómo se vería, pero no tuvo valor de acercarse al agua por si volvía a su forma original, así que intentó ponerse en pie apoyado de los pilotes, sus piernas temblaban y era molesto. Observó su entrepierna al sentir algo allí, ah, ¿que era eso que colgaba? En su forma original tenía algo parecido y era retráctil, pero que curiosa forma la de los humanos.

No quiso mirar demasiado, más bien intentaba practicar el caminar, era difícil.

Aziraphale se acercó al agua no muy lejos del muelle, intentaba ver si Crowley estaba por allí. Pero al no ver nada pensó que tal vez este aún no se daba cuenta de que los pescadores se habían ido, así que decidió volver. De regreso a casa pasó cerca del muelle, lo suficiente como para que un torpe muchacho desnudo que intentaba ponerse en pie le agarrara de sorpresa, cayendo de boca a la arena.

Sin dudas fue un enorme susto, alguien estaba desnudo y tumbado allí, con el trasero al aire mientras intentaba ponerse de pie. Azi inspeccionó al que lleno de arena se sacudía maldiciendo por lo bajo, se acercó a ayudar, claro que no miraría de más, haría la vista gruesa, él no era así.

 

— Déjame ayudarte, ¿se te metió arena a los ojos? —dijo enseguida, agachándose frente al que se restregaba las manos en la cara—. No hagas eso, va a entrar más arena.

— Pica —vocalizó al fin, haciendo a Azi sentir algo conocido en aquella voz—. ¡Pica muchísimo!

— Tranquilo, tranquilo, quita tus manos —sostuvo sus muñecas apartándole las manos del rostro.

 

Aquél tenía el cabello todo regado y los ojos cerrados con fuerza, así que en cuanto Aziraphale retiró el cabello echando este hacia atrás, y frotó sus pulgares sobre los ojos del otro, que este pudo abrirlos, se dio cuenta enseguida de quién se trataba.

Soltó asustado al muchacho y se echó hacia atrás cayendo sentado, ¿eso es real? ¿Crowley tiene piernas? ¿Y su cabello largo? No, eso no es lo importante, ¿¡cómo obtuvo piernas!?

El joven se sacudió, parpadeando varias veces hasta que se encontró con Aziraphale frente a él, sonrió muy feliz de verlo allí y se lanzó de inmediato para abrazarlo. Atónito, el rubio continuaba sin creer aquello, o sea, ¿si es normal ver una serpiente marina mitad humano, y no al mismo ser convertido en un humano completo?

Bueno, fue impactante.

 

— ¿Crowley? ¿Eres tú?

— ¡Aziraphale! Claro que soy yo, ¿me extrañaste? —separó sus cuerpos, agarrando una de sus extremidades—. ¡Mira, tengo piernas como tú! Aunque es difícil caminar...

— ¡Oh Dios! ¿Cómo lo lograste? —sonrió con mucha emoción, abrazando al muchacho una vez más—. No importa, estás aquí... Estás bien, estuve muy preocupado por los pescadores, ¿qué pasó con tu cabello?

— Un pulpo me dijo como —con una sonrisa de oreja a oreja miraba al humano, quien sostenía su rostro mirándole directo a los ojos—. Tranquilo, estuve salvando vidas marinas, y mi cabello... Ya no me veo lindo como antes, lo sé.

— No digas tonterías, te ves súper lindo, el más hermoso —se puso de pie ayudándolo a levantarse—. Te llevaré a casa y allí me cuentas mejor.

— Eres tan encantador, siempre dices cosas tan tiernas para mi.

 

Aziraphale recordó la desnudez de Crowley así que se quitó la camisa colocándola en sus caderas cubriendo su intimidad, y como no podía caminar bien lo cargó en su espalda hasta su casa. Había mucho que explicar, estaba seguro de que Crowley le contaría cada cosa, por ahora se alegraba de que este estuviese vivo, y poder verlo con forma humana le daba esperanzas de poder tenerlo consigo aunque fuese por un rato.



#510 en Fanfic

En el texto hay: au, aziraphale crowley, goodomens

Editado: 07.04.2024

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