La criminal soy yo

Prólogo

¿Por qué soy yo la única de la escuela que sufre? ¿Por qué debo obedecerles? Nadie me ayuda, porque soy yo la que guardo el secreto. Me canse de fingir una sonrisa con mi familia, cuando por dentro me muero, si mi destino era sufrir, mejor hubiera muerto.

No entiendo como alguien puede soportar tantas burlas, traiciones y mentiras; mi mundo está dañado y no entiendo por dónde empezar, este rompecabezas tiene más de miles de piezas y no se ni cuál es la primera ficha del inicio de esta historia.

¿Por qué la vida es una pura mentira? Hay días felices, tristes, días que nos enojamos, amargamos y caemos en depresión. Si tu estuvieras en mi historia abrías querido morir de miles formas, pero yo no puedo, porque tengo personas a quien ayudar y ellos son los que me sacaron una sonrisa en mis días de soledad.

-Nahi, estoy aquí, deja de llorar- Estuve llorando, enserio y delante de mi mejor amiga, me limpio las lágrimas y me abrazo- Olvida lo que paso, algún día ellos lo sufrirán lo mismo que tú, déjalos que festejen sus fiestas después tu festejaras cada minuto del día.

- Gracias, oye que tal si vamos al parque y además aun no es de noche.

-  Claro y compramos canchitas para ver una peli ¿Qué dices?

- Por mi bien.

Salimos de mi cuarto y nos dirigimos al parque, hacia un poco de frio, lo bueno es que las dos nos habíamos puesto un pantalón y una chompa abrigable, combinando perfecto con las zapatillas.

Nos quedamos haber el atardecer, nos tomábamos fotos en cualquier sitio, hasta que nos cansamos.

-Nos olvidamos ir a comprar las canchitas.

- Pero no tan tarde-Digo- Vamos faltan media hora para que venga.

- ¿Quién? –Pregunto, había olvidado por completo que ella no lo sabía.

- Mi hermano- A ella le gusta mi hermano, lo que ella no sabe es que a él también le gusta.

- No me digas.

- Ya lo dije.

- Cierto di, pues vamos.

Regresando a casa, me encuentro con un grupo de personas cerca de mi casa, no cualquier grupo sino de policías y periodistas, corrí hasta llegar y vi a mi hermano sangrando. ¿Quién se ocurrió hacerlo esto? Esta despavorida, no podía soportar llorar, viendo como lo llevaban en una ambulancia. ¿Por qué yo? ¿Qué fue lo que hice?, había tantas preguntas que me hundían profundamente, sin darme cuenta mi amiga me abrazo y me consoló, tanto así que quede dormida.

Al despertarme me di cuenta de que este no es mi cuarto, por un momento pensé que me habían secuestrado, recordando cada detalle de lo que paso ese día, no podía soportar la idea de que mi hermano se fuera, ¿Quién se atrevió a matarlo?, yo siempre he sabido que él es una buena persona, es la única persona que me cuido después de la muerte de mis padres.

-Al fin despertaste- Observe que era una enfermera.

- Si y me podría decir ¿Cómo está mi hermano? - No dijo nada solo agacho su cabeza, me saqué las cosas que tenía mi brazo y corrí por todas las habitaciones, trataron de detenerme, pero no dejaba de gritar que me soltaran, hasta que lo encontré, tenía algo en la nariz, creo que era para que respire me acerqué más y vi que había sido apuñalado en el estómago, ¿Por qué? Era esa pregunta que se repetía en mi cabeza.

- Hermana, no te culpes- Levante mi cabeza y no dude en abrazarlo.

- ¿Quién te hizo eso? – Pregunte dejándolo que respire tranquilo.

- Es alguien que tú conoces en cara mas no como es.

- Dime su nombre.

- No te lo diré, sé de qué eres capaz, pero no quiero perderte eres tú a quien yo necesito- Acaricio mi rostro.

No vi quien entro, pero sé que era alguien que yo conozco, se acercó a mí por la espalda.

-No te preocupes, estará bien.

- Tea ¿Vistes quien fue?

- Estamos averiguando y deja de asustarme cuando te desmayaste pensé lo peor, lo bueno es que te traje al Hospital.

- Gracias, estoy en deuda contigo.

- Nahi, tu hermano está recuperándose, porque no nos vamos a tu habitación que está al lado de este cuarto.

- Claro- Quise caminar, para mi sorpresa me encontré en otra habitación con Tea.

- Pero ¿Qué? - Estaba asustada y asombrada, no era mi ilusión sino una realidad, juraría que mi amiga no es una humana sino algo más, que eso.

- Nahi, ha llegado el momento de decirte la verdad.

- ¿De qué? - Me senté en la cama de esta habitación, no tenía miedo, sino curiosidad.

- Empecemos desde un inicio, tu padre sabía que tu sufrirías mucho, que planearías matarte de miles formas, pero no lo harás debido que habrá alguien que te ama, lo que no sabes es que tú tienes superpoderes de teletransportación, telepatía y mucho más- Me quede congelada, porque me lo decía en este momento, ¿Quién era ella? – Yo soy tu sirvienta gángster.

- ¿Qué? – Me leyó la mente.

- Si, eso es uno de lo que tenemos nosotros- No sé por qué una parte de mi quería que continuara y la otra quería huir.




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