La Cueva

11:30 p.m.

La desesperación nos mantenía con aire de enloquecimiento, el tiempo había transcurrido y teníamos hambre, sueño y sobre todo teníamos miedo, Marco y Miguel no aparecían por ninguna parte, incluso entre Pedro y yo habíamos estado tallando la piedra, con el desarmador y el mazo, le dábamos golpes, con la esperanza de romper aquella inmensa piedra, por un momento recordé el pasaje de la Biblia donde a Jesús lo habían enterrado tras una piedra en la que al tercer día resucito y subió al cielo, lo confieso, tenia mucho miedo de morir en aquella cueva, lo pero es que no seria una muerte fácil o mucho menos rápida, el encierro nos volvería locos, comenzaríamos a divagar y terminaríamos matándonos el uno al otro, y es que esto no era un juego donde cualquier podía salir en el momento que lo deseara, esto era real, lo había visto muchas veces en la televisión, el verano pasado habían estado pasando un programa las 24 horas del día, donde el que aguantara hasta el ultimo ganaría cierta cantidad de dinero, pero ellos simplemente desistían y ya, regresaban a casa sanos y salvos, comían y dormían es sus camas y sobre todo estaban cuerdos, nosotros no llevábamos ni un día dentro de aquella caverna y la locura estaba comenzando a amenazarnos, salieron varias hipótesis sobre el paradero de Miguel y Marco, pero en todas había algo que impedía que fueran verdad, entre ellas había una donde decíamos que Miguel y Marco habían hallado algún pasadizo secreto en la cueva, pero era ilógico, habíamos revisado ya cada centímetro de la cueva y no habíamos encontrado nada, otra de ellas era que se habían decidido a bucear, y encontraron alguna ruta nueva, pero era estúpido, el resto de los tanques estaban ahí, además Marco era hidrofobico, tenia miedo de morir adentro de aquellas aguas tenebrosas y turbias.

- Claro!, - exclamo Pedro- Mayra eres todo una genio!

Todos nos miramos con cara de asombro, Pedro se notaba entusiasmado.

- De que hablas Pedro?.

- De que Mayra es un genio, ella nos ayudo a dar con nuestra única salida, recuerdan que comento acerca de las burbujas?

- Si claro, pero eso que tiene que ver?

- Pues como que qué?, no dijimos que de alguna parte tenia que alimentarse el cenote?, pues es por ahí por donde se alimenta, tenemos esa ultima esperanza!

Aunque Pedro estaba entusiasmado, no pude evitar ver las consecuencias de lo que estaba diciendo, corríamos el riesgo de no encontrar nada, así como el tenia su teoría positiva también había teorías negativas, que tal si no había nada, a final de cuentas no andábamos de mucha suerte, que tal si el pozo de abajo solo se había abierto porque el agua se tornaba cada vez mas pesada, porque en lugar de alimentarse por algún rió, lago o incluso el mismo mar, también podía alimentarse del agua de la lluvia, entonces correríamos el peligro de quedarnos sin oxigeno y morir casi instantáneamente.

- Pues entonces el que este conmigo puede acompañarme y buscar una salida, el que no puede quedarse a esperar a que Santa Close toque a la puerta y entre.

Obviamente la desesperación era mucha, y Mayra y Diana se habían volteado a ver, muy fijamente, y de un momento a otro ya teníamos el traje puesto y listo para sumergirnos.

Me había adueñado del reloj de pulso de Miguel, el reloj marcaba la una y media de la madrugada cuando nos sumergimos en el agua, por lo que respectaba al resto del equipo, Miguel y Marco podía irse mucho al carajó.




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