La cueva de los cristales

Capítulo 2

No cabía duda de que Arislene era una maga especial, capaz de asimilar rápidamente los conceptos mágicos que fui compartiendo con ella, como si de una esponja se tratara. La expliqué como generar sus propias piedras mágicas contenedoras de poder, así como a ser capaz de trasvasar su magia nuevamente a su cuerpo. No necesitó que le ayudara a llevar a cabo el mismo proceso con piedras que contenían la magia de otras magas de nuestra comunidad. Me gustara o no, debía reconocer que era una maga portentosa, captaba los conceptos con facilidad.

Hoy debía enseñarle nuestro segundo lugar sagrado, la cueva de los cristales. Era una cavidad importante para nosotras, en su interior se encontraba un espacio bello, a la par que peligroso. Para acceder a ella, debíamos guardar nuestra magia de su radar, porque sino los cristales que cubrían su interior eran capaces de drenar cada gota de magia que contuviera nuestro cuerpo. Tras ilustrarle como debía proteger su magia accedimos. Los cristales brillaban hermosos a nuestro alrededor. Era una estampa embriagadora ver aquel espectáculo. Vi el brillo de emoción tiñendo sus ojos al ver la inmensidad y hermosura de aquella cavidad.

—Hay dos formas de liderar a mi pueblo, por nacimiento, al igual que en tu caso o salir invicto tras enfrentarte a los peligrosos cristales de esta cueva. El mago que sea capaz de salir victorioso de aquí, será nuestro nuevo líder.

—¿Muchos magos lo han intentado?

—Alguno que otro ha cometido la osadía, a lo largo de estos siglos, pero ninguno ha salido vivo para cambiar el liderazgo de nuestro pueblo.

Tres magas habían tenido la osadía de enfrentarse a aquella letal prueba. Según mi abuela, las ansias de poder a veces nublan la razón. Eso era lo que les había ocurrido a aquellas mujeres, creían que por ser las más poderosas de su generación les daba el derecho de liderar al resto. Pero el veredicto de la cueva había sido claro. Esa prueba era irrefutable para apaciguar motines. Gracias a ella, nunca había habido luchas de poder entre las diferentes familias de la comunidad y era muy útil para mantener una paz duradera.

—Sus cristales parecen similares a los que utilizáis.

—Estéticamente sí, pero nada que ver.

Rocé brevemente uno de ellos y percibí su poder. Cada uno de sus ejemplares estaban deseosos de absorber y usar nuestra propia magia contra nosotras. Los cristales que utilizábamos, estaban huecos. Usábamos ese vacío para llenarlo con nuestra energía, lo sellábamos y de ese modo disponíamos de un banco de energía que nos fuera útil en un futuro.

—¿Qué hacen exactamente? —Arislene me miró con ojos deseosos de conocer aquella información.

—Lo cierto es que hace siglos que nadie se ha atrevido a retar a la cueva. Según escritos, los cristales son capaces de drenar tu energía y utilizarla en tu contra. Cuando se activaba la reacción únicamente termina con la muerte del portador de magia. Generación tras generación ha estudiado el funcionamiento de la cueva para descifrar su poder, pero sus estudios meramente han sido teóricos, por el riesgo que conllevaba el proceso de ensayo.

Arislene salió de la cueva tras de mí y, antes de que cerrara la puerta, miró nostálgica su interior. Podía sentir su interés por descifrar el enigma que encerraban aquellas paredes. Ninguna de las dos se atrevió a hablar durante el camino de regreso al pueblo. En ese momento fui consciente de una circunstancia. Si ella, según mi abuela, era la elegida que bajo su mando se unificarían todos los reinos, debía de enfrentarse a aquella cueva. Si salía victoriosa, mi liderazgo corría peligro. Solo esperaba que si se enfrentaba a la osadía, su destino fuera el mismo que el de sus predecesoras.



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En el texto hay: magia, poderes sobrenaturales, cueva magica

Editado: 13.08.2023

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