La culpa es tuya! Marlon Alves

Capítulo 16

 

He de deciros que Tamara no tiene cabida en su locura. Ha conocido un chico moreno, de ojos marrones y colombiano, en el avión. Al parecer el chico no pillaba sus indirectas, entro al servicio del avión y escuchando una canción, se ha tocado hasta llegar al clímax.

Chicas sigo llorando de la risa, no os recomiendo tener una amiga de tal calibre de locura. Ni yo, harta a Puertos de Indias, haría eso.

Lo más loco fue cuando estábamos en el ascensor. Resulta que la tormenta, provocó un corto de luz, durante dos horas.

Esto fue lo que pasó en el ascensor:

  • Tamara. - Ella me mira y le pregunto muy sería mientras entramos al ascensor - ¿Tú, eres consciente de lo que has hecho? - Asiente con una sonrisa en la cara. Y encima sonríe será... - Enserio, lo tuyo no tiene límites. - Un movimiento de cabeza, en un gesto negativo y la miro de nuevo. - ¿Me dirás al menos, que canción escuchabas cuando se te ocurrió hacer esa locura?
  • Clímax.
  • Sí, sí. El clímax lo alcanzaste, tú sola, ¿pero con qué canción? - Le pregunto de nuevo.
  • Se llama Clímax la canción. - La miro de reojo, estallo en una carcajada, mientras con una mano sostengo mi frente y muevo la cabeza de izquierda a derecha.
  • Sabes que esa canción es el famoso cantante colombiano, Maluma.
  • Pues ese tal Maluma, con la canción “Clímax”, me hizo llegar al clímax pensando en el chico del avión.
  • Sabías, que Maluma es el artista masculino con más seguidores en Instagram.
  • Es que el payaso aquel del avión no quiso darme placer.
  • Payaso no, Tamara. Tal vez, listo. - Unos segundos de silencio y el ascensor se para en seco en la planta cinco. Solo nos iluminaba la tenue luz de emergencias. - Muy bonito. Ahora llegare tarde a la entrevista que llevo esperando un maldito mes.
  • ¿Con quién era la entrevista, Aurora?
  • Con Daddy Yankee. Lo malo que no tengo batería en el celular, para avisarles del fallo. - Muerdo mi labio inferior - No me interesa perder esta entrevista.
  • No pasa nada, seguro que estarás a su hora allí.
  • Eso espero. Bueno, cambiando de tema. ¿Cómo se llama el chico del avión?
  • Juan Luis.
  • Pero si...
  • Sí, se lo que vas a decir, estoy tonta lo sé. Pero yo tampoco sé porque grite su nombre, al terminar aquello. - Estallamos en carcajadas.
  • Tamara, sabias que el cantante de esa canción también se llama Juan Luis.
  • No me jodas tía. Pero ese de cantante tenía poco, era un trajeado.
  • Ehm, Tamara,  ¿tenía ese chico algún tatuaje? – Tamara miró al techo buscando recordar ese momento.

Una voz saco a Tamara de sus pensamientos.

  • Señores, os sacaremos en unos minutos. - Se oye una voz desde fuera.
  • Gracias. - Respondo.
  • Chico, quiero la puerta abierta en diez minutos. - Tamara y yo nos giramos al oír una voz dentro del ascensor.

Era un hombre, alto, moreno, barba de unos cinco días, su rostro lo tapaba con una gorra negra y gafas de sol. Tenía un traje chaqueta, aquella ropa no pegaba con su gorra y gafas, ese hombre ocultaba algo. Estaba imponente y daba miedo.

  • Señor, haremos lo que podamos.
  • Lo que podáis, ¡NO! – El hombre se echo hacia delante y en su cuello se veía el tatuaje de una corona - La quiero abierta en diez minutos. - Espeto, seriamente.
  • Señor, puede decirme su nombre. - El chico mira a Tamara y grito para que el hombre supiera de quien se trataba.
  • Juan Luis Londoño. – Miré a Tamara y su cara palideció al igual que la mía, pero he de deciros que jamás vi a Tamara tan roja, avergonzada y preocupada en su vida.

Se llevo su mano a la boca. Miro al chico de la gorra, esta serio y apoyado de nuevo detrás de Tamara en la pared del ascensor.

 

 

Esto amores es poco para lo que pasó después.

Pero os cuento mañana, que son las doce de la noche, necesito descansar, mañana tengo trabajo.

 

Os amo.

 

 




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