La culpa es tuya! Marlon Alves

Capítulo 19

 

Cuatro días han pasado desde la última llamada de la empresa en Brasil.

Marlon se fue a Cuba.  Como deciros que ojala sintiese lo mismo que yo, y viniera a buscarme a Puerto Rico, pero él es feliz con Yanira. Me alegra que tenga trabajo. Gracias a mi gran amigo, Javier, del periódico "Hoy Brasil", que me dio información sobre Marlon. Tras mi artículo en la revista, ha recibió varias llamadas para muchas empresas, conciertos y televisión, como bailarín en varios géneros.

Chicas, tengo un trabajo acumulado inmenso, el cantante del rey del reggaetón conocido para ustedes como, Daddy Yankee; me invitó a un concierto que dará en Puerto Rico dentro de un mes. La entrevista para la revista, está casi terminada y empecé a buscar la forma de que Nicky Jam, me dé una entrevista, para terminar antes mi trabajo.

Bueno, sobre Tamara, deciros que habla con un chico del Hotel Media Luna; es el hotel donde yo estoy hospedada y Tamara trabaja como camarera. El chico trabaja como camarero, en la zona del restaurante. Todos los días se echan miradas. Y al que no le gusta tanto esas miradas, es a Juan Luis.

La relación entre ellos, es de odio total. No sé que pasó entre ellos, o porque se tratan así, pero Juan Luis no deja de pinchar a Tamara,  hacerla enfadar  y que salga de la zona del restaurante. Y ella, para no gritarle y perder su trabajo, se marcha a la cocina o cualquier otra zona, donde él no pueda mirarla o hablarle.

Es divertido verlos discutir. Pero no tanto, oír luego como Tamara se la pasa horas y horas, hablándome de lo malo que es Juan Luis con ella.

 

Anoche era su día libre, decidimos salir.

Las dos estamos en un bar, en el centro de Puerto Rico. Unos hombres, llegaron y se sentaron en nuestra mesa, Tamara con todo su humor se levanto y me dejó sola. Yo no sabía que decir, hablar o si irme a otra mesa.

A los cinco minutos regresó. Y comenzó lo inesperado.

 

  • ¿No hay más mesas, que os tenéis que sentar aquí? - Les grita a los hombres.

Pero no obstante, que estaba todo bien y los hombres se estaban levantando para irse. Se presenta, Juan Luis.

  • No chicos sentaros, es mi mesa. - Yo decidí bajar la mirada y solo escuchar lo que iba a suceder. Como de costumbre algo nuevo pasaría, y esta vez Tamara no estaba en su puesto de trabajo y temía por la salud de Juan Luis. Mi canija de metro y medio, cuando se enfadaba es un demonio, y por el bien de todos es mejor no despertar ese demonio.
  • Vete a otra mesa. - Le grita Tamara. Oí una carcajada, juraría que era Juan Luis quien reía.
  • No hay mesas y aquí cabemos todos. ¿Verdad chicos?

Los hombres no contestaron estaban callados. La mirada de Tamara les daba miedo y razón no les faltaba, para mantenerse callados.

Veo la mano de Tamara pasar ante mis ojos, para coger su bolso del asiento. Un minuto después, los hombres a mi lado gritaron - ¡QUE DOLOR! - y Tamara reírse.

Levanté la mirada, sabía que algo malo había hecho la loca de mi amiga. Abrí mis ojos como platos al observar como Juan Luis, doblado de dolor, agarraba sus partes intima con ambas manos.
Miré a Tamara, ella reía feliz y los hombres estaban quietos como estatuas.

La mano de Tamara me agarro del brazo y  tiró de mí.

  • Nos vamos, Aurora. - Agarró mi bolso en el aire y yo con la mano, me despedí de aquellos hombres que acompañaban a Juan Luis.

 

Por la calle, Tamara gritaba  improperios, maldiciones y reía como una loca.

Así es como se tratan estos dos, todos los días.

 

Bueno mis corazones os dejo.

Os amo.

 




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