La culpa es tuya! Marlon Alves

Capítulo 27

 

 

¿Cómo os explico todo lo sucedido?

La llegada al Aeropuerto Internacional Astor Piazzolla, en Buenos Aires fue todo un caos.

Llamé a Alejo ese mismo día, encantado quedó en ir a recogernos a ambas al aeropuerto.

Alejo es un chico moreno, divertido, siempre me llama para saber cómo estoy. Es mi argentino preferido, un niño atento, amable, cariñoso, lindo, con esa piel canela y esos ojos oscuros que hechizan. Puede medir un metro setenta o más, para él somos como dos enanas, canijas y locas.

Lo conocí unos años por mi blog, desde ese día tenemos contacto y siempre me dijo – si vienes a mi tierra avísame, quiero enseñarte mi tierra – efectivamente yo cumplí su palabra, voy a su tierra y le dije la zona donde a la que voy.

Pero lo sucedido al verle en el aeropuerto no fue normal, nada normal.

Tamara se abalanzó como una loca, empezó a darle besos por toda la cara, menos mal que no se besaron en los labios, pero poco le faltó. Alejo tubo que sujetarla, en menos de dos minutos paso de los besos al llanto y no entendía el pobre nada, pero yo si la entendía, es que se la pasó bebiendo todo el viaje en el avión.

O sí mis amores, Tamara llegó a Buenos Aires borracha como una cuba. Le doy gracias a diosito de que Nicky Jam no mandará alguien en busca de nosotras y gracias a Alejo por hacerse cargo de acompañarnos.

Tamara solo quería ir a Mar de Plata, mientras íbamos al hotel, repetía una y otra vez que las vistas eran preciosas y que estaba deseando irse a la playa, mientras yo hacia mi trabajo.

Como era tarde, decidimos dormir para al día siguiente estar listas, pero no sé quien estaba más lista, si yo o mi amiga.

Que no escuchaba nada, yo le decía que descansáramos y ella solo quería ir a la playa.  Alejo aparcó el coche, tomamos las maletas, entramos al hotel, pero nos podéis creer que hizo la loca de mi amiga, tomo a Alejo del brazo, paró un taxi y se montaron.

No pude pararlos, no pude hacer nada, mientras salía del hotel para pararlos, ya el taxista había arrancado, y para colmo de males, la muy loca dejo su bolso, con móvil y todo incluido en recepción junto con todas las maletas.

Y yo no paraba de preguntarme, ¿dónde estarán?

Como es adulta y puede hacer lo que quiera, ambos lo son, yo me fui a la habitación y me dormí, quería descansar, eran las tres de la tarde cuando llegamos a Buenos Aires, y para el día siguiente yo tenía una entrevista.

Lo que no entiendo mis amores como pueden ser las cuatro de la madrugada y no hayan regresado. Miré mi móvil, recibí fotos al whatsapp de Alejo, fueron a la playa, fueron a una discoteca y a saber que hacen ahora. Y lo peor de todo esto, el móvil de mi amiga tiene veinte llamadas de Juan Luis. Debe estar preocupado, más ahora que no le ha cogido las llamadas y yo tampoco, porque tengo la dulce manía de dejar mi móvil en silencio.

 

Amores, voy a llamar a Alejo, necesito estos locos aquí ya.

Pronto os cuento más noticias.

 

Os quiero mis corazones.

 

 




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