Al girarme J Balvin, tapado con una capucha negra, me pedía silencio. Iba con el pelo teñido de azul, sudadera negra, jeans negros desgastados, unas deportivas blancas y una sonrisa.
Íbamos por la segunda planta y decidí no hablar más, para no hacer un interrogatorio.
Faltaban cuatro escalones para llegar a la tercera planta, cuando oímos las voces de un grupo de chicas.
J Balvin, tomó la capucha de su sudadera y tapo parte de su rostro con ella.
Las voces indicaban que las chicas estaban al lado de las escaleras, así que permanecimos en ellas a la espera que estas se marchasen o entrasen en la habitación.
J Balvin estaba atónito a lo que ambos escuchábamos. Sus ojos estaban muy abiertos, su cara palidecía a cada palabra que oía en el grupo de chicas, tal vez vergüenza al escuchar una intimidad sexual de una chica o miedo a que nos descubrieran.
Acepté su propuesta no podíamos permanecer allí más tiempo y menos descubriendo la intimidad de aquella chica.
Al subir las escaleras nos topamos con las cuatro chicas de frente. J Balvin choco con una de ellas, una chica de ojos verde agua, que transmitían frescura, su pelo era de un marrón oscuro, lo llevaba en un moño en lo alto de la cabeza, se parecía a los míos cuando me disponía a hacer una entrevista.
Las chicas se quedaron mirándonos, J Balvin no dijo nada, tan sólo se separó de ella como si quemase.
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Editado: 28.10.2018