Para mi buena suerte el camino no cambió nada y todo se ve igual a como yo lo recuerdo así que solo debo guiar al caballo, con el paso del tiempo solo escucho el ruido del caballo al avanzar y los pájaros a mi alrededor no hay nada más. Cada cierto tiempo giro mi cabeza hacia atrás o a los lados para comprobar que nadie me sigue pero nadie parece recordar que mi castillo, mi hogar, existe solté un suspiro de alivio al menos no tendré que hablar con nadie más.
Seguí avanzando hasta que logre divisar mi castillo a lo lejos, muy a lo lejos así que aumente un poco la velocidad pero no demasiado para no cansar al caballo; no puedo dejar de pensar en Erick y sus absurdas reglas nunca creí que se convertiría en una persona así, él sabe cuánto lucharon nuestros padres para conseguir que las mujeres pudiéramos ser consideradas guerreras, monarcas y personas para que ahora él decida que ya no es momento para eso, deben vestir bien, deben actuar como sumisas ante los hombres pero yo no me iba a dejar someter por el rey que alguna vez fue mi amigo.
Volví a sentir la rabia que hace un rato llenaba mi corazón y mi cuerpo, sin poder evitarlo tire de las riendas del cabello para que se detenga un poco no creo que sea bueno que sienta que lo presiono más además si no estoy mal cerca de aquí hay un pequeño lago donde podrá tomar agua y yo podré pensar un rato. El caballo se detiene y me baje con cuidado para guiarlo, nos alejamos del sendero y ahora estamos en el bosque todo se ve lindo aunque un poco más tenebroso que cuando yo venía y ahora que lo pienso no tengo nada con que defenderme, eso de salir corriendo cuando estas enojada no sirve para pensar bien las cosas; no tardó mucho en dar con el lago así que me acerque con cuidado y jalando las riendas de mi caballo. No se si puedo considerarlo mío pero pues ahora creo que vivirá conmigo porque no pienso volver al castillo de Erick la única ventaja es que yo tal vez necesite un medio de transporte así que este caballo me servirá.
Mire al caballo, no me había percatado de que tiene una placa dorada que dice: "Orion" su nombre, creo que debí poner atención pero bueno cuando vas escapando de un castillo no te pones a ver como se llama el caballo que tomaste. Orion se acerca al lago y comienza a beber agua, me senté en una piedra algo grande y lo observe mientras mantengo mis sentidos alerta por cualquier ruido que suene a mi alrededor.
Me doy cuenta de que Orion tiene una pequeña mochila amarrada, no se que contenga pero puede que me funcione en algún momento, me acerque y levante la tapa para observar el interior de la mochila. Trae una pequeña ballesta con 10 a 12 flechas, una cuerda enrollada, una daga con funda negra con el emblema de Derphitan y una pequeña libreta con una pluma.
Tome la funda con la daga y me la coloque en la cintura, luego tomé la libreta y la abrí para saber que hay en sus páginas. En las primeras hojas solo veo palabras sin sentido o cosas que yo no entiendo pero al ir pasando las hojas hay cosas que sí comprendo, está escrito en una letra pulcra y bien hecha el nombre de mi reino: "Fretelia" No entiendo porque razón alguien escribiría el nombre de un reino abandonado que ya nadie recuerda en una libreta.
Sacudí mi cabeza de cualquier idea y ahora tome la ballesta para examinar con detenimiento, es delicada y fácil de transportar sin que lleves demasiado peso además es silenciosa por si necesitas atacar a alguien sin ser visto. Con una sonrisa traviesa saque una flecha y la coloque en la ballesta para dirigir mi vista a mi alrededor para ver a qué le puedo disparar, yo nunca disparé con una ballesta lo solía hacer con un arco que la verdad es algo más lento pero yo me sentía mucho más cómoda.
Me gire para darle la espalda a Orion y así poder disparar, veo algo más adelante un árbol no tan alto pero alejado de mí lo suficiente para tratar de darle a una mancha casi en el centro del tronco. Enfoque mi mirada en la mancha y dispare aunque cuando veo la flecha me doy cuenta de que mi puntería se ha perdido, tal vez con un poco de práctica la recuperé; voy a buscar la flecha y regreso para guardar la ballesta junto a la flecha luego tome las riendas de Orion y lo guié al sendero otra vez.
Me volví a subir a la silla de montar para comenzar a avanzar otra vez, ya con algo más de confianza avancé velozmente siento el viento chocar contra mi rostro y como mi cabello ondea a mi espalda. En menos tiempo del que pienso me acerque a mi hogar, veo la puerta principal de madera cerrada y busco la puerta por donde salí con Maxwell hace unas horas; no tardé mucho en encontrarla porque está abierta, no es demasiado llamativa pero si es visible si pones atención.
Dirijo a Orion hacia la puerta y entré para después detenerse, aun encima de Orion, para cerrar la puerta con mi mano derecha y seguir mi camino hasta la puerta principal del castillo. Donde antes había casas ahora solo hay ruinas, las calles están repletas de objetos tirados algunos no se puede saber que fueron pero hay más como zapatos, ropa, algunos muebles y demás cosas; me doy cuenta de que cuando salí hace unas horas no me fije en como estaba todo aquí.
Al llegar me bajo del caballo, tome las riendas y camine al interior por una pequeña rampa que hay, no puedo creer que esté en mi casa jamás pensé en verla como está ahora, aquí se odiaba el polvo y el desorden y ahora es todo lo que reina el lugar. Una especie de caos que hace ver este lugar como un extraño y abandonado castillo; al abrir la puerta hice que Orion atraviese el vestíbulo principal con cuidado para dirigirse a la parte donde hay un pequeño sofá junto a una especie de reja donde enredo las riendas de Orion para que no se aleje.
Ya que está amarrado camine hacia la cocina para poder salir al jardín trasero, al entrar en la cocina solté un suspiro de nostalgia siento un nudo en la garganta al ver este lugar vació, aun recuerdo como este lugar se llenaba de comida, de olores y sabores; como la gente trabajaba feliz preparando todo para algún cumpleaños o alguna fiesta del reino.