Me desperté por el ruido que está haciendo Orion, debe estar buscando comida. Abrí los ojos y vi a Orion caminando por el lugar moviendo todo lo que esté a su paso; sonreí sin poder evitarlo me da gusto que ya se adaptó a su nuevo hogar.
Me senté en el sofá para poder descansar y ver que hora es. No deben ser más de las 8 de la mañana porque el sol no es tan intenso así que no debo preocuparme por la cita que tengo con Maxwell, aun no comprendo porque quiere hablar conmigo pero supongo que debo darle el beneficio de la duda.
Aun tengo en la cabeza la voz de Ezra Unterwood y de su amigo, me pregunto muchas cosas ¿Qué hacía el rey de un gran imperio lejos de su hogar? ¿Por qué no quiere que nadie se entere? No se si sepa que salir sin protección es peligroso y más para él sabiendo todo lo que ha hecho. Pero por alguna razón él no parece ser el conquistador sádico del que me habló Erick, solo parecía ser un chico que tenía demasiadas preocupaciones encima. Maldición Marenna deja de pensar en todo eso, él viene de una familia de asesinos y también es un asesino, si sientes lástima o empatía no podrás matarlo.
Con ese pensamiento en la cabeza me fui a mi habitación para poder vestir me, está vez me puse un pantalón suelto que me resulta cómodo para correr, una blusa de tirantes azul claro y unos zapatos que me funcionan para correr. Me volví a atar la daga al muslo, me colgué el arco y el carcaj de las flechas y esta vez por si acaso me llevo una espada atada a la cintura; no estoy dispuesta a correr ningún riesgo, se que si Erick quisiera atraparme hubiera aprovechado hace ya días pero uno nunca sabe cuando lo están traicionando así que es mejor ir preparada.
También decidí ir cabalgando, llevar a Orion puede resultar una buena idea por si resulta ser cierta mi suposición de que Maxwell me tendió una trampa. Si llevo a Orion y algo sale mal podré huir con rapidez, nadie podría atraparme.
Al bajar tomé una de las tantas frutas que había conseguido explorando diferentes lugares. Me la comí y le dí varias a Orion para que se calmará. Salí montada en Orion y me dirigí a al bosque, al lugar de siempre y del que ya me acostumbre.
Durante el camino cuide estar atenta a todo a mi alrededor, cada sonido, cada movimiento y cada cosa en mi entorno; no pienso dejar que me vuelvan a sorprender como ayer Maxwell lo hizo.
Hice que Orion se detuviera cuando llegamos y sin bajarme me puse a observar y escuchar con atención. Estuve así, quieta y en completo silencio, durante casi una hora hasta que escuché las pisadas, débiles pero las logré escuchar y en menos de lo que pensé vi a Maxwell frente a mi, con ropa parecida a la de ayer.
—Hola Marenna —dice con una extraña mueca.
—Hola Maxwell —contesté sin dejar de poner atención por si se oía algo a lo lejos.
—Me alegra saber que aun tienes a nuestro caballo —comenta falsamente.
—Ahora es MI caballo —respondí resaltando el "mi".
—Eso puedo verlo —se queda unos segundos en silencio y luego agrega-—¿Cómo escapaste?
Su pregunta me sorprende y él se da cuenta, traté de recuperar una expresión neutra.
—Solo tengo una buena memoria —dije alzando mis hombros.
—A mi abuelo le sorprendió que después de 100 años recordarás tan bien los pasillos —añadió con una sonrisa burlona.
¿Quién se cree que es? Si quiere jugar yo también sé jugar.
—Y a mi me sorprendió mucho que tantos guardias no pudieran capturar a una princesa recién despierta de un sueño profundo —contesté con el mismo tono de burla que el de él.
Me mira, parece sorprendido, no se esperaba que yo le contestara así, no puedo dejar de sonreír ante esto.
—Si creías que yo no digo lo que pienso y que no puedo contestar de forma burlona, te equivocaste Maxwell —Añadí.
—Esta bien me sorprendiste —dijo mirándome— De lo que quería hablar ayer es que deseo ayudarte.
—¿Ayudarme? ¿A qué? No se si te das cuenta pero estoy bien.
—Lo se, lo se pero puedes necesitar ayuda para lo que desees hacer a partir de ahora.
Lo miro sin entender. Maxwell me dirige una mirada inquisitiva.
—No necesito tu ayuda y si es a lo que viniste puedes irte —iba a comenzar a moverme cuando me di cuenta de algo, al verlo a los ojos me doy cuenta. Sus ojos tienen un brillo extraño, tomo con algo de fuerza las riendas de Orion, ante esto comienza a moverse inquieto.
Maxwell mueve las manos con nerviosismo y parece desesperado, sus ojos no se ven iguales a como los vi ayer.
—No puedes irte —dijo poniéndose de nuevo frente a mi, me parece una actitud extraña más cuando sé que Max no debería estar tan nervioso y menos tan desesperado.
—¿Qué pasa Maxwell? —le pregunté tratando de calmar a mi caballo, no escucho nada a mi alrededor, todo parece estar en calma.
—Nada Marenna, nada —me dice rascándose la nuca pero ese movimiento parece fingido, no parece que sea natural, no de la forma que le sale a Max.
Y al volver a verlo descubro lo que me parece raro, en sus ojos el brillo extraño que vi son unas pequeñas luces moradas, no recuerdo haber visto esas luces en sus ojos antes. ¡Es un brujo!
Los brujos siempre que toman el cuerpo de alguien más no pueden evitar que en sus ojos se vea el brillo de sus ojos reales, como no me di cuenta de eso antes, él no es Max por eso es tan seco y diferente a como normalmente me trata el Maxwell real. Me está tratando de distraer para que no pueda irme y así me puedan atrapar.
Finjo que no me he dado cuenta y lo miro.
—Maxwell ¿recuerdas lo que me dijiste ayer? —pregunté con "inocencia".
Una pregunta fácil, simple pero que solo el verdadero Max podrá decirme. Él también sabe que solo el real puede responder eso y se remueve inquieto.
—Ah... claro.... lo que te dije —empieza a balbucear, está ganando tiempo y a mi ya casi no me queda tiempo.
De repente lo escucho no tan lejos como me gustaría, otra caravana pero esta vez no creo que sea de Elraklion sino de Derphitan. Escucho también voces masculinas entre ellas la de Erick. Saco mi arco y dos flechas rápidamente, ahora también entiendo porque no oía nada, el falso Maxwell estaba usando su magia para evitar que los escuchara venir y ahora que lo desconcentre no puede seguir ocultando los sonidos.