La daga y la rosa

Asesino o rey

Estoy caminando hacía el lugar de siempre, la primera parte del plan estaba iniciando, debía seguir espiando a Ezra hasta escuchar alguna cosa que me pudiera funcionar contra él. Apartó un mechón negro de mi cabellera y lo dejó detrás de mi oreja, a pesar de mi trenza algunos mechones rebeldes se escaparon de mi peinado y ahora me estorban en la cara. Suspiro tratando de no pensar demasiado en Erick, por más que intento alejarlo de mis pensamientos siempre vuelve y siempre me hace sentir los mismo, una mezcla de confusión, cariño, nostalgia y enojo. Es una de las pocas cosas que no le he contado a Maxwell, no quiero decirle como me siento con respecto a su abuelo, sería demasiado raro e incomodo y no quiero pasar por eso, no ahora tal vez nunca.

Max y yo hemos hablado mucho en estos días juntos pero no creo que seamos los grandes amigos, él no me ha dicho ni la mitad de cosas que yo si le he contado y me he dado cuenta que no me cuenta ciertas cosas así que no puedo confiar del todo en él, no hasta que empiece a confiar en mi. Observo el horizonte atentamente, el sol brilla casi en lo alto y las aves vuelan de árbol en árbol, no escucho nada a mi alrededor más que un silencio inhumano; de pronto el ruido de un carruaje me hace ponerme alerta. Veo como se acerca el carruaje de Elraklion y como ambos chicos bajaron, Theo espera a que Ezra baje y cierra la portezuela del carruaje.

Ambos se sientan y para mi sorpresa se sientan de frente al árbol donde estoy yo, por fin puedo escucharlos con más claridad.

—Este lugar te gusta Ez —dijo Theo a su amigo de cabello negro.

—Tiene algo que.... no se como explicarlo -suspira- me atrae hasta aquí como si hubiera algo especial aquí.

Theo suelta un risa ahogada.

—Es una gran excusa para venir.

—¡Hey! No es una excusa además a ti también te gusta —replicó Ezra.

—Si es cierto —Theo se recuesta sobre el pasto y coloca sus brazos debajo de su cabeza—. es tranquilo y es una libertad que está bien darnos de vez en cuando.

—Para ser mi Capitán de la guardia no te oyes muy alegre —dijo Ezra con la ceja alzada mirando a su compañero.

—Es un gran honor ser su capitán de la guardia majestad.

Ezra se ríe suavemente y dice— Me alegro que lo consideres un honor pero te recuerdo tienes aún más libertad que yo al momento de salir así que no creas que no es mejor.

Theo lo mira con solemnidad.

—Es cierto tengo más libertad pero también tengo mucha más presión para evitar que te maten.

Escucho como Ezra suspira.

—Nadie me va a matar —dijo mirando su carruaje.

—Eso crees tu pero te recuerdo al idiota de Erick Valleryston que ha buscado matarte después de matar a tu familia.

Al escuchar eso me quedo quieta esperando que digan más.

—Lo sé —la voz de Ezra suena hueca y dolida—. pero ya sabes que no se atreve.

—¿Cómo sabes que ahora no está planeando mandarte un espía o un atacar por sorpresa?

—No hará nada, se está muriendo y lo sabes — replica Ezra—. Además debe estar más ocupado tratando de controlar a la población que no está de acuerdo con sus políticas y leyes.

—Puede que sí pero ya sabes que puede ser algo temperamental y obsesivo, se volvió loco después de la guerra y tu viste que hizo todo lo que pudo por matar a tu familia.

—Si es cierto pero ya han pasado muchos años de eso.

—Ez no solo eres el rey de un gran reino, también eres mi mejor amigo, mi hermano y si algo te pasara me volvería loco— su voz suena extraña como si estuviera a punto de gritar o llorar.

—Hey todo está bien, sabes que yo también sé pelear y eres un gran capitán que nadie ha logrado hacerme daño desde que llegue al poder así que puedo estar confiado.

—Que chistoso Ezra.

Theo está serio y no agrega nada más.

Se quedan callados un buen rato hasta que Ezra se mueve un poco en su lugar, veo como Theo está jugando con una pequeña navaja en su mano y aunque no lo habla y parece distraído me doy cuenta de que está alerta, esperando cualquier ataque sorpresa que pudiera suceder contra el rey de Elraklion. Ezra, en cambio, está mirando su alrededor con aire despreocupado pero también parece tenso.

—Theo —lo llama el pelinegro, el rubio alzó la vista hacia su amigo—. ¿Crees que algún día Erick nos deje en paz?

Theo suspiró— Eso no lo se, tal vez cuando se muera.

—¿Sabes? siento que si Erick no fuera así, su nieto Maxwell, tú y yo podríamos haber sido grandes amigos.

—Es una probabilidad pero no podremos saber si es cierto.

—Cierto aunque me hubiera gustado conocerlo —dijo Ezra moviendo su mano a un ritmo.

Ezra parece algo ansioso y nervioso como si esperara alguna mala noticia de pronto, supongo que debe ser algo común cuando eres rey.

—Ez, se que todo el mundo te presiona con esto pero.... ¿Ya has pensado en que harás cuando cumplas 25?

Intento entender de qué habla pero no capto.

—Theo no empieces, no creo en eso y estoy buscando cambiar esa ley.

¿Ley? ¿Qué demonios?¿De qué están hablando estos dos? Tal vez alguna ley que no le guste a Ezra o tal vez algo que está obligado a hacer. En cada reino había ciertas leyes que a veces eran cambiadas en cuanto los herederos tomaban el poder.

—¿Y crees que los cortesanos acepten?

Ezra se encoge de hombros— no se pero espero que sí, es ridículo que me obliguen a casarme solo para dar un heredero.

Oh ahora entiendo, en Elraklion su ley es que cuando tenga 25 se case y tenga un hijo que será heredero al reino y Ezra no quiere casarse supongo que ha de creer en el amor y por eso no lo quiere.

—¿Nunca te has enamorado? —pregunto Theo con curiosidad.

—Sabes que si hubiera pasado te habría dicho, eres mi mejor amigo.

—¿Tú quieres enamorarte?

Ezra lo observa unos segundos —Tal vez, no lo se, no he encontrado nadie que sea capaz de volverme loco, nadie capaz de hacerme desear estar cerca.



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En el texto hay: magia, pelea de reinos, amor amistad

Editado: 14.08.2021

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