V
Como debía de ser,
El tiempo se fue para tus semejantes,
En el frío bajo la luna.
Sin embargo, sigues aquí
Querida dalia, como si fueras
Un fantasma de lo que alguna vez fue
Un campo colorido,
Pero solo domina el morado.
Tienes frío, pero no tiemblas,
Ahora no bailas, pero,
Sí me sigues la mirada.
Yo nunca hube visto tus hojas
Tan abiertas, ni tu sonrisa
Tan ácida y penetrante,
Hasta ahora que me atreví a mirarte en tu centro.
Y ahora, cuando las estrellas caen,
Y el reflejo de la oscuridad se levanta,
Tú estás en la Tierra,
Con tu color inhumano;
Enfermando y excitando,
Hasta conquistar todo límite.