La Dama

Capítulo IV

Sensaciones recorren el cuerpo del detective que se encuentra paralizado observando a la mujer que está frente a él. La mujer se encuentra bastante incómoda por la forma en la cual el detective la observa, ella por su parte pensaba: “Qué demonios le sucede” La mujer lo toma por ambas manos y le exclama mientras lo sacude bruscamente, como buscando una reacción.

+ ¡Oiga! ¡Qué le sucede! ¡Vamos respóndame! ¡ALGUACIL VENGA! —Gritó la mujer, pero, justo entonces, el detective reacciona, retirando sus manos de las de ella, y con cierto grado de confusión responde—

+ Disculpe mi señora, —Ladea la cabeza apretujando sus ojos, su mano derecha la lleva hasta su frente y se sienta. La dama se lo queda mirando un momento esperando a que el detective se relaje un poco, la situación es incómoda para ella, la mujer decide quedarse de pie, el detective se recupera levanta su cabeza para mirarla y le dice—

+ Discúlpeme por favor, no sé, qué me pasó. —Hace una pausa, realiza un ademán— Por favor tome asiento. —La mujer con curiosidad pregunta—

+ Disculpe, pero, usted ¿Se siente bien? Si usted lo requiere puedo llamar al médico para que lo revise, si no es mucha molestia puedo venir en otra ocasión. —Lean no lograba tolerar la vergüenza, en sus años en el cuerpo de detectives nunca había sentido una semejante sensación, así que le contesta—

+ Está bien, no se preocupe, todo está bien por ahora, pero, dígame usted. En ¿Qué le puedo ayudar? —Lean no retira su mirada de la mujer, de repente entra el alguacil. Lean se lo queda viendo el alguacil pregunta—

+ ¿Qué ha pasado? —Lean realiza un ademán y responde al alguacil, mientras la mujer observa al alguacil—

+ No ha pasado nada, solo, un malentendido, gracias alguacil por atender el llamado, por ahora puede retirarse. —El alguacil saluda y se retira de la oficina. La mujer centra de nuevo su mirada en el detective, nota que él no le retira la mirada, por momentos se siente incómoda, así que le dice al detective—

+ Discúlpeme detective, creo que he llegado en un mal momento, será mejor que venga en otra ocasión, lo veo pálido. —Lean se queda si nada que decir, aún se encuentra en estado de shock, mientras tanto, la mujer se retira de la oficina. Lean solo se queda allí sentado observando como la presencia de esa mujer se va alejando de él—

 

La mujer al salir de la comisaría, se monta de nuevo en su carruaje y se dirige hasta un lugar hacia el este, donde tiene su morada. Al llegar allí, es recibida por su servidumbre como es costumbre.

+ Madame, Bienvenida. —Pronunció su mayordomo, mientras le toma el paraguas para acompañarla hasta la sala. El mayordomo llamó a toda la servidumbre y poco a poco todos fueron reuniéndose en el recinto, estando todos en el lugar la mujer les sonríe y pasa saludando a cada uno de ellos, mientras ellos le besan la mano. Al finalizar los saludos la mujer dice—

+ Me alegra verlos a todos, estoy observando que han realizado un excelente trabajo en el cuidado de este hogar. —Toda la servidumbre al unísono—

+ Gracias Madame. —La mujer sonríe realiza un ademán con la mano—

+ Muchas gracias por recibirme, por ahora, pueden retirarse. —Cada uno de ellos se retira del lugar a continuar con sus labores diarias, por consiguiente, la mujer se dirige hasta su biblioteca privada, al entrar en la biblioteca se sienta en su sillón habitual y su mayordomo va tras ella, se queda de pie frente a la puerta. La mujer le dice—

+ Cierra la puerta —El mayordomo cierra la puerta y después se acerca hasta un sillón que está frente al escritorio y allí se queda de píe. La mujer observa que en su escritorio hay demasiadas cartas que le han sido enviadas mientras ella no estuvo, recoge algunas y procede a leer, al mismo tiempo pregunta—

+ ¿Alguna novedad? —El mayordomo inmediatamente informa a su ama—

+ Si madame, durante su ausencia, han estado sucediendo algunos hechos de suma importancia. —La mujer sigue leyendo sus cartas— Todos relacionados a lo que posiblemente sea, una hechicera, que aún no hemos podido identificar. Ha estado insistentemente matando a personas. —La mujer detiene lo que está haciendo y lo mira con extrañeza— Las personas a las cuales hemos podido identificar van directamente ligada a la familia Foissard, hasta el momento no sabemos bajo que intenciones o pretextos ha estado haciendo estos actos. —La mujer lo interrumpe—

+ Los Foissard... ¿Quiénes son ellos? —En ese momento no recordó, pero, al pensar de nuevo en ese apellido, lo relacionó rápidamente con Silvain, pero no está segura del todo, de modo que el mayordomo le responde—

+ Son la familia que envió el Rey para administrar el pueblo. —Ella le contesta mirando hacia la puerta y retomando de nuevo su mirada hacia su mayordomo—

+ Ya veo, ¿Y esta hechicera...? ¿Sigue atacando, o cesó de atacar? —Su mayordomo le responde con seguridad—

+ Ha estado sin actividad durante este tiempo, es lo poco que sabemos hasta ahora. Además, atacó al inspector y por lo que sabemos, extrajo algo de su humanidad, posiblemente su riñón, y quién sabe qué otras cosas más le habrán hecho, sin embargo, lo dejó colgado en un madero a su suerte, con una advertencia, que aún no sabemos de qué tipo de advertencia se trata. —La mujer se levanta y dice—



#11761 en Thriller
#6737 en Misterio

En el texto hay: misterio, suspenso

Editado: 29.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.