2- “Somos las consecuencias de tus actos”
10 años después
LILITH
-Mierda, mierda, mierda, mierda- repito consecutivamente mientras termino de ponerme los tacones.
-Deja de maldecir- me reprende Damian mientras observa como doy vueltas por todo el departamento.
-Uno, decir “mierda” no es maldecir- digo –dos, tú también dices mierda cuando se te hace tarde…
-Y tres deberías darte prisa si no quieres hacer esperar a tu nueva pupa.
-Como no pude escuchar la alarma- me paro frente al espejo que está en el pasillo y arreglo un poco mi cabello.
También arreglo mi ropa, una blusa de flores cálidas en corte V y un par de pantalones negros de bota recta.
-No la escuchaste porque te quedaste hasta tarde leyendo.
-¡Listo estoy lista!- exclamo cuando logro arreglar mi melena –Además el libro está interesante, necesitaba saber que sucedía.
-Dices eso con todos los libros- enarca la ceja.
Que te digo, es un placer culposo.
-Porque todos son interesantes a su manera- agarro mi bolso y las llaves –Me voy- anuncio.
-Espera- me detengo en la puerta, Damian me lanza una manzana roja la cual atrapo –Suerte con el nuevo.
-Gracias
Salgo del departamento y voy directamente al ascensor donde oprimo el botón para ir al primer piso. Miro la hora en mi teléfono.
¡Dios se me va a hacer tarde! Ya no vuelvo a quedarme hasta tarde leyendo.
Buen intento cumpliéndolo.
Por fin el ascensor abre sus puertas, salgo corriendo de este con la manzana en la boca hacia la puerta. Avanzo hasta la avenida principal, paro un taxi y subo a este de inmediato.
-¿A dónde nos dirigimos?- pregunta el taxista.
-A Ronma por favor.
El taxista asiente y comienza a conducir.
Ronma es una entidad bastante grande e importante la cual invierte dinero en varias empresas de varios sectores del mercado, pero se especializa más en tecnologías e investigación biológica.
También participa en la importación y exportación de estas empresas.
Y yo específicamente trabajo en el sector de seguridad cibernética.
Eres la señorita de sistemas
Soy más que eso.
-Hemos llegado- anuncia el taxista.
Pago y bajo del taxi, arrojo el corazón de la manzana a una de las canecas que está en la entrada de Ronma.
-Buenos días Lilith- saluda Patty en su puesto de secretaria.
-Buenos días Patty- le devuelvo el saludo.
Me dirijo al ascensor y oprimo el botón con el número 20 y observo como las puertas se cierran lentamente.
-¡Detengan ese ascensor!- grita un hombre a lo lejos.
Agudizo mi oído, su respiración es agitada al igual que su ritmo cardiaco tal vez este en 120, tal vez corrió varias cuadras. Oprimo el botón para que las puertas se abran de nuevo, el olor a colonia Bleu Channel invade el ascensor cuando el hombre entra intentando disimular su agitada respiración.
Las puertas se cierran de nuevo y él acerca su índice al botón que había oprimido con el numero 20 pero aleja su dedo cuando se da cuenta que el botone está iluminado con la tenue luz blanca.
-Gracias.
-No hay de qué.
Lo miro de reojo, es un poco más alto que yo, hombros anchos, cabello oscuro, ojos azules, labios finos curveados en una ligera sonrisa y piel clara.
Trae un traje de color azul rey junto a una camisa negra en seda.
Es apuesto.
-Por cierto soy Thomas- extiende su mano hacia mí.
-Lilith-estrecho su mano.
Ambos salimos del ascensor cuando las puertas se abren, Thomas se dirige al lado derecho y yo paso por los cubículos donde están trabajando los otros empleados.
-¡Lilith al fin llegaste!- exclama Mike asomando su cabeza de cabello rubios por encima de su cubículo.
-Hola Mike- le saludo con una sonrisa -¿Ya llego la pupa?
-No que yo sepa pero- me una carpeta con varios archivos –aquí está su archivo.
Abro el archivo y en la primera hoja esta una foto de Thomas junto a su nombre. Thomas Barck.
-Ya llego.
-¿Ya llego?
-Sí, estaba conmigo en el ascensor.
-¿Mike?- pregunta Thomas acercándose.
-Si el es Mike- le respondo con una sonrisa –y yo soy tu nueva jefa- le doy una palmadita en el hombro-Muévete hay trabajo que hacer- giro sobre mis talones y me dirijo a mi oficina.