La dama de sangre

4- "Suspiros"

4-‘Suspiros’

 

LILITH

 

Subo tranquilamente al ascensor, oprimo el  botón  para que las puertas se cierren y este comienza a subir tranquilamente hasta el piso 8.

 

Me permito cerrar los ojos para disfrutar el silencio que habita en la caja de metal, pero este se detiene, miro la pequeña pantalla que tiene en la parte superior y esta me dice que se detuvo en el quinto piso. Cuando las puertas se abren un hombre entra y toma lugar al lado mío; las puertas se cierran y el ascensor vuelve a avanzar.

 

Miro de reojo al hombre, no tiene maletín ni bolso, luce tranquilo y tanto su corazón como su rostro están perfectamente tranquilos. El hombre tiene una excelente postura, hombros hacia atrás, espalda recta, piernas ligeramente separadas y manos cruzadas hacia adelante

 

Postura militar

 

Su ritmo cardíaco está calmado y su expresión es sería. Cuando entro al ascensor no oprime ningún botón simplemente toma lugar a mi lado. Estamos en el piso 5, aún faltan tres pisos para bajarme, unas cuantas preguntas no harán mal.

 

-Disculpa- llamó su atención con un  dulce tono de voz -¿Acaso eres nuevo? Nunca te había visto.

 

-Así es señorita- su expresión intenta iluminarse con una débil sonrisa.

 

-¿A qué piso vas?

 

-Al 8.

 

-¿Eres militar?- frunce ligeramente el ceño -Disculpa la pregunta- suelto una ligera risa -pero uno nunca sabe con quién se encuentra.

 

-No te preocupes, no soy militar ¿Porque la pregunta?

 

Las personas entrenadas están preparadas para reaccionar rápidamente a cualquier movimiento, siempre están atentos a todo lo que suceda, tal vez pueda alertar sus sentidos.

 

Meto una de mis manos en mi bolso y sacó rápidamente un pequeño espejo de mano, lo abro y finjo que me limpio una mancha de labial. Por el reflejo miro su postura de nuevo, sus pies apuntan hacia mi y sus brazos están a sus costados. Sonrío para mis adentros, ya está alerta.

 

-Tienes postura militar, por eso lo decía.

 

-Estuve en un colegio militar en mi adolescencia, tal vez sea eso.

 

-Tal vez- cierro el espejo y lo devuelvo al bolso .

 

Puede que esté paranoica considerando la pérdida de dinero y que el directivo de Ronma está algo preocupado.Tal vez solo sea paranoia, tal vez no. 

 

El ascensor llega hasta el octavo piso, sus puertas se abren y salgo del ascensor. El hombre sale detrás mío, camino por el pasillo junto con el hombre, ninguno de los dos dice nada, solo caminábamos.

 

Pero de la nada el hombre me empuja fuertemente contra la pared, me separó rápidamente de la pared pero la patada del hombre me devuelve al sitio. Suelto todo el aire y tomó una bocanada de este, cuando vuelve a acercarse me apresuro a darle un fuerte golpe con mi bolso en el rostro y pateo con mi tacón su rodilla haciendo que este suelte un gruñido y caiga al suelo.

 

-¿Quien eres?- pregunto.

 

-Solo...solo alguien que se encargará de ti.

 

Suelto una risa por la nariz y el hombre vuelve a incorporarse y ponerse en posición de pelea.

 

-Quiero ver eso- dejó caer el bolso.

 

El hombre saca un cuchillo de su bolsillo y se acerca rápidamente. Desvió el cuchillo con la palma de mi mano pero él gira rápidamente y hace un corte en mi abdomen haciendo que solté un gruñido. Doy varios pasos hacia atrás con mi mano en la herida.

 

El hombre se acerca rápidamente atacando nuevamente, alcanzó a agacharme para esquivarlo, pero la mano del hombre vuelve a empujarme nuevamente contra otra pared haciendo que mi espalda choque contra ella y casi de manera inmediata siento una punzada en aquella cicatriz.

 

De acuerdo, me iré preparando para el sermón de Connor.

 

 -Me advirtieron que  serías peligrosa-  juega con el cuchillo mientras se recarga en la pared -Que estafa.

 

-Me gustaría verte pelear en tacones, es bastante incómodo- estiró mis brazos hacia los lados- Aunque no te mintieron al decir que era peligrosa.

 

Giro las palmas hacia arriba y lentamente se van tornando negras, ramificando lentamente hasta llegar a mis codos y las garras salen lentamente de ellas. El militar observa anonadado, su expresión tiene la combinación perfecta entre curiosidad y miedo. Esta mas que claro que era la primera vez que veía esto.

 

-Bueno...eres un monstruo- dice fascinado agarrando el mango del cuchillo preparado para apuñalarme.

 

-Y uno con varios trucos.

 

Me abalanzo hacia el hombre con mis garras apuntando directamente a su pecho, se mueve  hacia la derecha intentando esquivar, rápidamente clavó mi pie derecho en el suelo, doy un paso adelante y rasguño su costado,me agacho y barro sus piernas con las mías, cuando el hombre cae al suelo me encargo de inmovilizarlo y con un fuerte taconazo de mi parte fracturó una de sus rodillas, el hombre suelta un grito de dolor.




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