La Dama y el Caballero

III. HASTA LA CIMA DE LOS VOLCANES

Mientras la noche sea eterna, tus ojos siempre serán la luna que me guíe a través de este camino eterno, somos dos aves que juntas buscarán un nuevo hogar lejos de este mundo lleno de caos, una historia se vio nacer, por el amor de aquellos que el destino los quería juntos para toda la eternidad...

HASTA EL ULTIMO DIA DE NUESTRAS VIDAS.

Pasado ocho años de nuestra relación, nunca pude haber estado tan enamorado de aquella mujer la cual con su enorme hermosura me lleno de amor y esperanza, quien con su delicadeza me mostró el lado más tierno del amor, con su madurez me enseñó el darle un valor a las cosas y a la vida misma, jamás imagine estar junto a una persona la cual sus ojos desde el primer día en que la conocí, me dejarían petrificado completamente... Su nombre me causó cariño, su sonrisa me enamoró y mientras más conocía de ella, más amor sentía hacia esa linda mujer que con sus cabellos rizados me hacían soñar un futuro a su lado... Ahora Estoy aquí, en un lugar el cual jamás imagine estar, perdido en mis propios pensamientos y evitando caer en mis malas decisiones, huyendo de mi propio destino el cual es morir en este lugar el que llamamos hogar, ¿A donde fuiste, mi querida amada? Donde esta el brillo de tus ojos y la blancura de tu sonrisa? ¿Qué va a ser de mi, si no estas tu? Justo esto me preguntaba, cuando una mujer adolescente se acercó a mí y curiosa de mi comportamiento, me preguntó lo que estaba haciendo, solo estaba sentado en la mesa de un parque, pensando en lo que pudo ser y lo que falto por hacer, la joven muy intrigada y preocupada me pregunta. – Amigo, ¿Porqué la cara tan larga? Acaso se encuentra usted bien?. Di un pequeño respiro y le dije que solo estaba pensando en mi, recordando largos tiempos que tuve de mi pasado, la joven se cambió de lugar para estar sentada enfrente de mi y mirándome fijamente me dijo. — Has perdido a tu amada, ¿No es verdad?. Levante la mirada la cual había perdido, me puse nervioso y a la vez me quedé sin palabras, acente con la cabeza afirmando su pregunta, ella sonrió un momento y me volvió a preguntar. — Era linda? Cuanto tiempo estuvieron juntos? Realmente es bueno desahogarse, si tienes ese sentimiento dentro de ti, debes de sacarlo, no es bueno vivir con el recuerdo guardado. Tome algo de aire y soltando una pequeña lagrima le dije:

La conocí cuando apenas teníamos 17 años, era un día de escuela, realmente no era muy social por lo que siempre me la pasaba apartado de los demás, siempre comía en la última mesa del comedor y siempre procuraba evitar tener conversaciones con las demás personas, un día me senté en mi lugar como era costumbre hacerlo y sin esperar nada, escuche como una mujer se sento justo a un lado de mi, era una chica de piel blanca y ojos cafés, cabello negro y muy bien maquillada, pero... No tenía interés en hablar con ella, hasta que algo entre los dos comenzó a darse. Ella volteo a verme y sonriendo me preguntó si me encontraba bien, de principio quería ignorar su pregunta, pues pensaba que le llamaba a la persona que estaba del otro lado a unas sillas de donde estaba yo pero al voltear a verla, note que me miraba a mi, algo nervioso le dije en voz baja si me hablaba a mi a lo que ella sonriendo me dijo que si, solo le dije que estaba bien, no había ningún problema, solo temas de la escuela, se acercó un poco a mi y me dijo que ella no tenía interés en hablar con las personas, pero siempre estaba bien hacer el intento por hablar con alguien, vio en mi una oportunidad y no la dejo pasar, le sonreí un poco y le dije que casi no era de hablar, pues era muy tímido y me daba pena hablar con personas, en especial mujeres, pues sentía que eran complicadas de tratar, se comenzó a reír un poco y después de eso me dijo que le caia bien, además me dijo que lo que tenia de pensamiento, solo lo tenia por aquellas mujeres las cuales según su pensar, no eran tan importantes pero lo querían aparentar, son aquellas que su autoestima no es lo suficientemente alto y buscan llenarlo a base de burlas hacia los demás, viendo su comportamiento, no era mala persona, me dijo su nombre y después de eso continuo comiendo su comida, por otro lado me quedé pensando en lo que había dicho, después de todo es la primer persona después de mis amigos con la cual mantengo una conversación... Así fueron pasando los días, ella siempre a cada hora del receso se sentaba conmigo a comer, de principio no hablaba, pero al tiempo fui entablando platica con ella, a veces ella me contaba su día, en otras veces le contaba yo mi día, era una experiencia la cual se fue aplazando a través de los años de escuela, ambos cambiamos nuestra perspectiva de ver las cosas, ella cada vez era más confiada de mi y yo confiaba más en ella, a veces soltabamos nuestras mejores carcajadas y en otras veces éramos el pañuelo de uno al otro, no siempre éramos felices, había momentos en los cuales nos alejabamos por temas personales, a veces ella no se sentía bien y me dejaba de hablar con tal de mejorar ella misma, así se llegaron los años 2023 y 2024, donde ella fue dándome la confianza de entrar a su corazón y darle un bonito recuerdo aquellos que llaman "amor" nunca pensé que de una simple charla, se convertiría en una experiencia única a lado de esta gran persona, sus hábitos fueron cambiando, no fue la misma chica que conocí hace ocho años, ella era, era diferente y eso me gustó a mi, era única entre tantas personas en este mundo, ella tenía una personalidad única la cual me cautivo y me enamoró totalmente, ambos juramos que el día en que ella y yo llegáramos a ser pareja, visitariamos aquel lugar en donde juramos amarnos por toda la eternidad, pasaban los dias y no podía faltar una mañana o una noche donde siempre compartíamos mensajes demostrando el amor que ella y yo teníamos mutuamente, desgraciadamente se llegó un día el cual... Creí que sería a largo tiempo, creí que sería cuando ella y yo fuésemos viejos, la muerte nos visito un día y fue aquí donde se fue sin las manos vacías, era un día cualquiera, programamos una salida ella y yo, justamente a este parque, ambos paseamos de un lado a otro, risa tras risa, platica tras platica, anécdota tras anécdota, el día se fue lentamente a lado de la.mujer que tanto amaba, sin saber que a la hora de despedirnos, sería nuestro último adiós, al.llegar a casa, feliz y contento, me fui a dormir, ya durmiendo tuve un sueño, sueño el cual hasta la fecha no puedo olvidar...




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