IV. LA DAMA DEL CAMPO SANTO

Cuanto tiempo deberá pasar para volverte a ver? Oh madre mía, que en el cielo estas, descansando en algún lugar, mi vida se vino abajo después de tu partida, no se ahora que va a ser de mi, podré salir adelante sin tus típicos consejos? A quien le voy a dedicar mis logros frente a la multitud? Realmente soy culpable de sentir esta gran perdida? A temprana edad tu dejaste este mundo, ahora depende de mi seguir en este camino mientras que tu has tomado otra dirección y otro rumbo, del otro lado tu me vas a estar esperando, con los brazos abiertos, con una gran sonrisa, me reconocerás? Quizás tu hijo no fue el mejor para el mundo pero siempre lo fui para ti, nunca perdiste la fe en que algún día estaría frente a frente del éxito.

En que momento murió mi alma? En que momento deje de tener estos sentimientos hacia las demás personas? En que momento deje de creer en mis sueños? Pues tu estuviste en ellos, oh madre mía, no soy realmente un hombre fuerte, pero seguiré en este camino de tierra y lodo para poder completar mi vida y llegar a mi destino, será que me casaré? Será que tendré hijos? Nada esta escrito en esto, pero te aseguro que eh conocido a una gran mujer la cual su nombre es como las flores, Maria Elena es el nombre de la mujer la cual nunca me ah dejado abajo por ningún motivó, ella se quedó en tu lugar y aunque no eres tu, es como tener un recuerdo de ti en una mujer tan linda como ella, lamento no haberla presentado mientras tu seguías con vida, recuerdo aquella noche, la última vez en que te vi, la obscuridad era completa, el cuarto del hospital era frío, solo escuchaba el llorar de las familias por aquellos que se adelantaron, sin embargo yo intentaba dormir, el dolor ajeno es aquel el cual nunca me hizo dormir, al despertar y levantarme, vi una gran sombra en una esquina la cual con un par de ojos rojos me hicieron quedarme quieto y cuestionarme si lo que estaba viendo era real o solo un simple sueño, viendo bien su apariencia, era el de una mujer la cual con una voz aguda y doliente me dijo. – Ya es hora... Debes aprender a dejar ir a quien más amas, pues mientras más quieres que esté aquí, más va a seguir sufriendo. Entre lágrimas solo quise suponer que era un sueño, pero no era así, me moleste y le dije que para eso solo había uno quien decidía esto, la sombra soltó una pequeña carcajada y me respondió señalandola a ella diciendo. – Mírala dormir, ella puede irse en este momento y no sentir nada, de lo contrario si la despiertas, la tendrás en una cama, cuarto tras cuarto y dime, al final quien va a tener la culpa? Yo? Es fácil culpar a la muerte y a Dios en estos momentos, pero para eso debes de ser fuerte y soltar esa alma. Solo me quedé callado, no quería perder a la mujer que me dio la vida, aquella persona que me brindo su amor y cariño, aquella que dio su vida para que yo pudiera tener la mía, era hora de regresarle su favor, ella me dio la vida, pero yo tengo que verla partir.

A la mañana siguiente despertando en medio de médicos y enfermeras, me preguntaba si todo estaba bien, pero solo me veían heridos de su alma, pues la paciente que se encontraba del otro lado de la cama había muerto, pero se que esto no era una buena suerte, pues en mi cabeza solo escuchaba que alguien me decía "Ella sigue". Oh madre mía, que ahora estas descansando, deseo noche tras noche pensar que esto solo es una pesadilla, pues el mundo es cruel con quien es débil, creen que es fácil superarlo pero no lo es, mientras más quieres superar una pérdida, más difícil se vuelve, pues tienes que eliminar a esa persona que estuvo ahí en cada momento importante de tu vida, en tus primeros pasos, en tus primeras palabras, en tu graduación de primaria, secundaria, preparatoria, aquella que siempre se preocupo por tu bienestar. Ay madre santa, ahora en donde te encuentras? Será que estas en algún lugar junto a tu mamá? Estarás con mi abuelita por fin? Solo espero y en donde quiera que te encuentres, estés descansando en paz, pues tu hijo tal vez no esta siendo alguien en la mundo, pero almenos saca adelante su vida e intenta superar este momento tan reciente. Madre santa, que ahora estas junto a la gran dama del campo santo, eres el colibrí de mi jardín, aquel que cada mañana visita las flores que tu plantaste y entre lágrimas me duele verlo, pero se que desde tu lugar de descanso solo me dices "Yo a ti también te amo, hijo mio, sigue adelante, que desde aquí te estoy viendo".

Madre mía, que mi vida me dio, has partido y en mi memoria siempre estará tu recuerdo y en mi corazón tu amor el cual incluso segundos antes de morir me dijiste "Ya comiste hijo? Pórtate bien".

PADRE DE UNA HIJA

OH! Padre mío, que con Dios estés, te deseo el descanso eterno y aunque han pasado años de tu pérdida, estas en mi corazón y mi mente aun te hace presente aquí, en mis sueños, en mis momentos más duros, pues siempre me enseñaste el valor de la vida y nunca quisiste que a tu hija le faltara algo, padre mio, lamento mucho el llorar por las noches tu perdida, pero es que nunca podré superar el que ya no estés, con lagrimas en mis ojos me despedí de ti un día, sin saber que sería el ultimo que te vería, sin saberlo, una mañana tu voz dejo de sonar en toda la casa, dejaste de llamarme para ir a comer, en donde estas ahora? Que es de tu alma? Ruego a Dios porque tu alma y espíritu estén en el reino de los cielos, junto a mis abuelitos, aquellos que formaron a un gran hombre como tu, aquí esta tu hija, en otro 2 de Noviembre, esperando a que tu alma regrese y me cuente el como has estado, tu hija sigue aquí, sobreviviendo a tu ausencia, padre, se que ni aquí ni allá me has olvidado ni tampoco me has abandonado, pues en cada mañana puedo sentirte cerca de mi, en cada esfuerzo que hago con mis decisiones, ahí esta tu voz alentandome como siempre lo hiciste, padre, te extraño...