V. EL SILENCIO DEL ALMA

Penas o no, muchas veces sentimos que nuestro pasado influye en nuestro presente, nos hace ver cosas que realmente no están ahí y aunque en muchas ocasiones caemos en esa trampa, no deberíamos de pensar en lo que nos puede afectar, si no en como podremos salir de esta prueba la cual día con día ira siendo más débil si nosotros queremos. Somos como aves las cuales viajan kilómetros de un continente a otro, buscando un lugar para poder descansar del frío, huimos del frío de nuestro pasado, aquel el cual tanto daño nos hizo, de muchos recuerdos tan vagos y tan lindos a la vez, debemos de ser fuertes y aprender a dejarlo, emigrar a otro lugar, encontrar un lugar de paz, aquel en donde nosotros permanecemos juntos...

Así mismo, lo decimos por aquellos que se han adelantado, donde estará mi hija que se adelanto a temprana edad? Donde estará mi esposo o mi esposa? Ahora que han emprendido el vuelo a un nuevo destino, tus recuerdos quedarán en nuestro corazón, tu viaje estará presente en nuestra vida y en quienes te tuvimos presente, veo tu tumba y aunque han pasado años, se que tu estas aquí, junto a mi, mirando desde algún lugar entre las sombras, un legado que en mi mente va a estar, donde estarás, oh madre mía, hija o hijo mio, esposo o esposa, en donde van a quedar sus espíritus? En algún lugar me escucharas lamentarme de todo, quizás no podré tocar o abrazarte, pero nunca vas a desaparecer de mi mente hasta que algún día cierre mis ojos y emprenda el vuelo hasta donde tu te encuentres, pues en esta vida es algo dura, pero jamás va a ser imposible de superar. Bajo la lluvia sobre una sombrilla, tomé aire y coloque una orquídea en tu lápida, secando mis lágrimas las cuales se cubrían con las gotas de la lluvia, aun puedo escuchar tu corazón latiendo junto a mi, pero no te veo, a donde fuiste? Estarás muy lejos? Oh estarás aquí cerca? Escucharas mi lamento? Escucharas mis palabras? o acaso solo soy yo el cual le hace un llamado al silencio del alma el cual solo está en la espera en este mundo el momento de ser llamado al mas alla.

Mi amor, que te fuiste al cielo, atravesaste el limbo, recorriste un desierto infernal el cual parecía que ese sería tu destino, vagar en un infierno eterno, pero solo recuerdo tu presencia, los viejos tiempos en los que tu y yo vivimos, momentos los cuales disfrutamos juntos y en pareja, pasan los días y no sólo cada dos de noviembre te voy a visitar, todos los días te recuerdo y fines de semana que pueda, siempre te voy a visitar, pues el recuerdo en veces me amarra con una gran cadena la cual no quiero soltar aunque se haya rotó desde hace dos años, quizás a veces me lamento por el recuerdo, pero se que pasando mi dolor, al final vendrán la paz de mi alma, sabiendo que estas en un lugar mejor.