Una narradora un poco épica

_Para no ofender tanto, digamos el intenso el insistente que sabe que ella lo rechaza pero aún así. “El sigue”

_Y que decir de ella que sueña con el galán de telenovela el guapo de su trabajo que apenas si la saluda, pero el es, “El” ¡inalcanzable!.

Pobrecita le gusta lo imposible pero como no consigue fantasea. Cuando voy camino al trabajo siempre observó todo en las calles en el mercado en la plaza “etcétera”. Y tengo una opinión sobre todo. “Incluyéndome”

Y que decir de las adolecentes de hoy en día. Creo que la tecnología y las redes le a sacudido el cerebro, sueñan con el coreano que está del otro lado del mundo. Olvidan sus responsabilidades, estudios lecturas sanas, para sumergirse en lo infructuoso. Y así terminar muchas embarazada otras en las calles drogadas y otras con el “Brayan” que siempre está en la esquina fumando un porro y creyéndose “Don Juan”.

Hoy me vi envuelta en un mar de emociones encontradas,
incierta entre la bronca y la lástima enredadas.
Entramos a la cafetería, del supermercado. Buscando desayunar tranquilos, con mi amigo que no es mi amigo. Acompañado de su madre y su hijo.
pero los rostros con expresiones severas, como mil escollos.
A la gente gris le encanta robarnos los colores.
Les mandaría a la mierda, pero ni siquiera allí los quiero ver.
Así que..
“Tomando de la mano a mi pequeño ángel” (El hijo) _nos dirigimos a la mesa, con actitud y certeza,
percibí la represión en las miradas, críticas sin belleza.
La gente nos observaba, juzgándonos sin conocernos,
pobres si supieran mis pensamientos, mis anhelos y la opinión que tengo. (De ese comportamiento) "Y de cada uno de ellos"...

En ese momento, en medio de la controversia y las mirada ajena,
me mantuve fiel a mis sentimientos.
Que hablaran, que murmuraran, que criticaran a su antojo, que me importa sus mediocres opiniones.
Mi amor por mis dos, personas favoritas, mi verdad, ningún prejuicio convierte en despojo.