Un grupo de piratas subieron por aquella brecha que realizaron en la red, sigilosamente, mientras otro grupo, que era en el que me encontraba yo, nos quedamos esperando en aquel lugar: el agua. Me daba escalofríos solo de estar ahí metida, aunque por suerte justo en esa zona apenas me llegaba por la cintura, así que no podría ahogarme. Eso sí, estaba realmente fría.
- Ven– dijo el Na'vi que me llevaba atada – te quedarás aquí hasta que venga a recogerte, así no serás una molestia – habló a la vez que me ataba por las manos a uno de los troncos de árbol que salía del mar, donde estaban sujetas las redes que formaba el poblado.
- Pero...¿y si me encuentran? – pregunté algo asustada
- Tranquila, eso nunca pasará – sonrió asquerosamente.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Los mataremos antes de que lleguen – escupió a la vez que me generaba escalofríos.
Seguidamente subió por la raja de la red y desaparecieron todos los Na'vis piratas que venían conmigo. ¿Cuál era el propósito real de traerme si me han dejado aquí abajo? No llegaba a entender como trabajaba la mente de estos Na'vis asquerosos. El tiempo empezó a pasar y mi paciencia iba cada vez agotándose más: primero porque estaba poniéndome ansiosa por si nos descubrían y me mataban, o me secuestraban el clan metkayina, otro porque el agua me estaba debilitando ya que empezaba a serme difícil resistir el frio y, por último...estaba subiendo la marea.
- Vamos, venid – escuché a uno de los míos cerca de la brecha.
Segundos después, varias cosas cayeron al mar haciendo que me salpicara.
- Coge esto y esto, yo llevo esto de aquí – habló a un segundo pirata que bajaba por la red.
Así fue como cuatro de ellos comenzaron a llevar provisiones al barco. Me ignoraron completamente, como si no fuese nada. En cuanto los vi nadar rumbo al escondite del barco, empecé a forcejear: no aguantaba más. Mis muñecas estaban cada vez más heridas, pero eso no importaba ahora, solo necesitaba escapar y huir.
Escuché un ruido, murmullos, y me quedé paralizada...¿piratas? Espero que no se den cuenta de mi idea...podría costarme el alimento o una buena paliza.
- Está ahí – escuché un susurro – Tenemos que avisar a papá.
- No, shh, calla, nos van a descubrir.
- Esto no está bien, chicos, creo que hay otros Na'vis por aquí...los percibo.
- ¿Qué? Solo he visto ese.
¿Qué eran esas voces? Empecé a desesperarme, tal vez nos habían pillado ya y en breve comenzaría la pelea. Como pude, empecé a forcejear de nuevo con la cuerda que me ataba las manos, escuchando los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos.
Pasos.
Más murmuros.
Se estaban acercando.
Iban a descubrirme.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
¡Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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