El camino a casa fue casi una ilusión para ella, solo pensaba que todo estaría mejor, Manuel podría estar más tiempo en casa con los niños, se quitarían la deuda de encima y ya estaba armando su nuevo itinerario en su cabeza para poder ordenar sus prioridades y no necesitar de ayuda de nadie, ni siquiera de Manuel, para Cathia en su mente Manuel solo estaría en casa vigilando que todos los deberes de los niños se cumplieran y que los alimentara, con eso para ella era suficiente ayuda, con ese pensamiento reacciono de su ensoñación y se dio cuenta que si no se levantaba de su asiento perdería su bajada y tendría que caminar cuatro cuadras con tacones que no acostumbraba usar diario.
Cuando entro a la estancia, los zapatos y el bolso quedaron desperdigados por algún lugar ella solo se concentró en tomar el teléfono y llamar a su esposo para contarle la mejor noticia que tenía desde hace mucho. Después de unos tonos contesto Manuel en un tono muy apático.
-Hola cariño! Te tengo una buena noticia.- Fue lo primero que dijo Cathia con su tono de voz dulce y animado para despertar el interés de su esposo al escucharlo distraído tecleando a gran velocidad.
-Dime.- Contestaba muy cortante y sin prestar atención.
-¡Tengo el empleo! No crees que es buena noticia?.- Cathia sentía que su esposo por nada del mundo le ponía atención y solo le respondía con monosílabos o palabras cortantes y el teclado era lo que más resonaba en su oído.
-Vamos Manuel dime algo.- Cathia sentía un poco que era poco importante sus logros en ese momento para su esposo y le pedía directamente atención.
-Perdón cariño, tengo un cliente muy importante a mi cargo, es una empresa internacional y quiero llevar los reportes a tiempo para que me asignen solo a mí este contrato y tal vez después pueda tener exclusividad aunque no esté en la compañía.- Manuel también tenía buenas noticias pero su jefe necesitaba unos reportes del nuevo cliente que él debía entregar para que destacara y lo asignaran como contador exclusivo dentro de la compañía.
-Está bien cariño, preparare algo especial para la cena y podremos hablar con más calma.- Cathia entendió su postura de Manuel y no exigió demasiada atención.
Colgaron para poder continuar con sus deberes, Manuel seguía trabajando con gran ímpetu, las palabras de su jefe de unas horas atrás le resonaban en la mente contantemente; esas donde en jefe mencionaba como todos los días en las pequeñas reuniones que tenían en las mañanas para poder asignar casos nuevos y poner al tanto de otras novedades, el Señor Contreras informó muy entusiasmado que una compañía internacional de vigilancia y seguridad que abriría una extensión de su cadena en ese pueblo, que crecía a pasos agigantados por estar tan cerca de la ciudad, más rápido de lo esperado, evolucionaba y se renovaba.
Sería perfecto para la compañía emergente y también para esa pequeño despacho de contaduría del Señor Contreras, al cual le podría traer múltiples beneficios; desde nuevos clientes que ya residían en el pueblo como, tiendas, restaurantes, cafeterías, farmacias, consultorios médicos y la aseguradora, o hasta clientes internacionales contratarían sus servicios de ambas compañías; sería un ganar- ganar para ambas partes y si se analizaban bien las cosas el pueblo entero se beneficiaba y seguiría avanzando a un ritmo acelerado.
Todos los compañeros de Manuel estaban muy entusiasmados de encontrar nuevos clientes y si eran clientes internacionales haría que la reputación de todos aumentara no solo del despacho.
La mente de Manuel estaba en causar una excelente presentación con la nueva empresa y en algún futuro ser recomendado por ellos, a conocidos del ámbito internacional y por fin ser un contador independiente con sus propios clientes y poder abrir una cartera personal y un pequeño despacho sin necesidad de trabajar para alguien más.
Tras recibir la llamada de su esposa lo alentó a hacer un mejor trabajo, así como ella estaba sacrificando gran parte de su tiempo, esfuerzo y dedicación para él y su familia, él también lo quería hacer; el hecho de poder independizar su carpeta de clientes y ser su propio jefe, le daba un pequeño aliento a ese sentimiento que no dejaba de atormentarlo, el sentirse incompetente para sostener a su familia y el recurrir a la ayuda de su esposa, eran cosas que no lograban dejarlo en paz, por más que su mente quisiera hacerle entender que era un tema ya tratado y superado, su corazón y orgullo sufrían.
La tarde paso volando en la pequeña oficina de Manuel y antes de darse cuenta solo tenía diez minutos para una última ojeada a los reportes que debía entregar, logro cumplir su meta, tomo sus cosas y salió rumbo a su casa con la esperanza que el día siguiente fuera aún mejor y que ese contrato se le asignara él.
Su mente divago todo el trayecto a casa anhelando un mejor futuro y con mil deseos en mente llego, en su casa fue recibido como todos los días, con grandes gritos, fuertes abrazos y sonrisas que deslumbraban a cualquier persona que lograra ver a esa hermosa, amorosa y feliz familia, claro sin ser perfecta como ninguna en este mundo.
Después de una cena un poco más especial Manuel y Cathia decidieron que las buenas nuevas serian compartidas únicamente entre ellos para esperar resultados y poder compartir con los niños con una mayor seguridad de obtener beneficios de todo.
Y Cathia terminando de ordenar todo después de la cena comenzó.
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Editado: 18.10.2021