"Lo único que hacía era correr, sabía que era un sueño pero no se sentía así, mis pies descalzos tocaban la tierra fría y mojada, las ramas de los árboles chocaban con mi cara, pero sabía que no me podía detener, sentía cansancio pero el aun estaba ahí, me seguía cada vez más cerca, me iba a alcanzar y yo no podía hacer nada para detenerlo"
Me levanté de un salto estaba temblando y estaba helada, confundida sin saber que sucedía sin saber donde me encontraba, cuando pude estar más despierta me di cuenta que otra vez estaba en el mismo bosque que aparecía en mis sueños, en el mismo en el que había visto como el mataba a mi madre.
Me paré del suelo y tenía puesta mi pijama pero igual que en mi sueño estaba descalza, mis manos no dejaban de temblar y por mi mente solo pasaban fragmentos del sueño, sentía miedo y me sentía vigilada, vi que en el piso habían huellas tenía mucho miedo pero la curiosidad me gano, las seguí hasta un pequeño lago pero al darme cuenta que ahí paraban las huellas decidí devolverme por el camino en que iba.
Luego de caminar alrededor de 1 hora y media pude ver las primeras casas de mi pueblo Riverwalk, había llegado hasta el bosque por lo que supuse que pude haber estado caminando más de 2 horas o incluso más ya que no se si logre cruzar el lago o si alguien más lo hizo.
El camino a casa de mi abuela había sido largo pero silencioso, lo mismo de siempre la gente se me quedaba viendo como loca y solo se llenaban la mente de suposiciones, lo que es normal para ellos soy una especie no identificada hasta los médicos me tenían miedo, todos menos mi abuela.
Ella era la única que seguía ahí y no entiendo porque, debería odiarme ya que por mi culpa su hija se fue de la casa y la mataron.
En cuanto llegue a casa ahí estaba mi abuela con una taza de café viendo la tele, con su gafas y sus revistas desorganizadas.
—Otra vez caminaste dormida —Dijo ella en cuanto me vio, no entendía por qué lo decía si las únicas veces que había ido a ese bosque era en mis sueños o cuando niña que empezaron los ataques de histeria.
—¿De qué hablas?¿Cómo que otra vez?— No pude evitar preguntarle, a lo que ella reaccionó más que preocupada asustada.
—Esto siempre te sucede pero es la primera vez que estas despierta— Dijo mirándome de arriba a abajo, no me dio tiempo de responder solo se paró de inmediato y me agarró de la mano para llevarme hacia la cocina. —En una semana cumples 18 y tenemos que hablar sobre un tema delicado —Dijo buscando entre sus cosas.
—Sí abuela ya se en 2 semanas cumplo 18 pero no entiendo porque estas tan preocupada —Dije siguiéndola con los ojos, hasta que saco un lindo collar de un cajón. —¿Qué es?
—Aún no sabes que eres, o porque eres así, pero luego de que cumplas 18 todo tu mundo va a cambiar, yo ya no voy a ser la misma y tu mucho menos, vas a tener que aprender a defenderte y cuidarte, vas a sentir dolores desgarradores que recorrerán tu cuerpo desde los pies hasta la cabeza y vas a sentir como pierdes el control, pero yo puedo ayudarte— Dijo mirándome nerviosa —tengo que ir a donde un viejo amigo, te espero a las 8 en el lago, cuidado con el cazador— dijo para luego irse de la casa, yo me quede pasmada en la cocina no entendía nada, ¿Quién era ese viejo amigo?¿Quien era el cazador?¿Por que mi abuela actuaba así? ¿Cómo sabía que yo conocía el lago?
Tenía mil preguntas que aún no podía resolver...
A las 5 me empecé a organizar, me coloque un buzo negro, un jean negro, unas botas y una gabardina, no podría negar que tenia miedo pero también sentía curiosidad por lo que me iba a decir mi abuela, agarre un bolso y mi celular para salir de casa, unas cuadras antes de llegar al bosque el miedo se apodero de mi.
Ahí me encontraba en la entrada del bosque y la carretera, sin pensarlo dos veces decidí seguir adelante, saque mi celular y prendí la linterna, no sabía muy bien donde estaba hasta que unos minutos después me encontré el árbol donde había despertado, seguí el camino que consideraba correcto sin mucha seguridad y estuve caminando casi 1 hora. A una poca distancia de mi pude ver a dos personas con una linterna y al acercarme más pude ver a mi abuela.
—Me alegra que hayas venido, Thea— Dijo un hombre alto, de ojos oscuros y piel blanca como la leche a su lado, no quise responder ya que este hombre no daba una vibra de paz y tranquilidad precisamente.
—Thea el es Joe un amigo mío.
—Mucho gusto Thea, eres igual a tu abuela cuando joven— Le sonreí en forma amigable para no parecer grosera.
No lograba entender el quién era o desde hace cuánto conocía a mi abuela, las dudas me consumían pero el sentimiento de que estaba metida en algo malo me aterrorizaba , el comportamiento de mi abuela no era normal, Joe no era normal y claramente yo no era normal.
—¿Qué está sucediendo?— Fue lo único que pudo salir de mi boca, Joe se me quedó viendo como si entendiera el porque no hablaba en un tono más normal.
—Ya entiendo de que me hablabas— Dijo examinando cada parte de mi cara, manos y cuerpo, el solo hecho de verlo hacía que se me pusiera la piel de gallina y ellos sabían que tenían miedo. Antes de que mi abuela pudiera decir algo se escucharon 2 disparos, los cuales retumbaron en mi cabeza como un eco.
—Nos encontró, tenemos que ir a la cabaña —Dijo mi abuela con un tono autoritario a lo cual el solo la miro y empezó a caminar a un veloz paso, mi abuela me agarró la mano y me arrastró detrás de ellos, estaba sudando y con el corazón a mil ¿Nos perseguía el supuesto cazador?¿Que cabaña?
En un momento ellos frenaron en seco haciendo que casi me caiga, nos detuvimos frente un árbol grande y viejo, pero alrededor no había más que otros árboles y tierra, no había ninguna cabaña.
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Editado: 11.11.2020