La descendencia de la mafia

Capitulo 5 || " Incontrolable "

Me desperté sudando y llorando. Había tenido otra de las pesadillas que había empezado a tener desde que me secuestraron.

Eran horribles, ocurrían tantas cosas...que me dan hasta miedo contar

Me levanté y me dirigí al baño para tomarme una ducha y quitarme de encima todo el sudor que había adquirido por la pesadilla; tarde media hora bañándome y otra media aplicando me mi skincare en mi piel.

Cuando baje encontré a mi madre en la cocina, cosa que no se me hizo muy raro ya que había querido prepararnos cosas desde que la señora Morgan le compartió sus recetas. Mi madre era una mujer que no le gustaba estar en una cocina, pero desde ese día, le encantó preparar recetas, que no le quedaban nada mal a decir verdad.

No tardó en darse cuenta de que la estaba observando

-Hola cariño - me saludó con un beso en la mejilla -¿Cómo dormiste?-

-Bien- volví a mentir como siempre que me preguntaba eso

-Mira, aca está tu desayuno - dijo dejándome un plato con huevos revueltos, pan con mermelada, fresas y una taza de chocolate caliente

-¿Y mis hermanos?- pregunté empezando a comer

-Ya se fueron, tenían que hacer cosas importantes -

-¿También Samantha?- pregunté -¿No sé supone que Emilio le dijo que no fuera más por el embarazo?-

Si mi hermana estaba en embarazo y nos lo comentó hace pocos días, y Emilio su marido, le dijo que no siguiera trabajando ya que si los de las demás mafias se enteraban del embarazo de ella iba a ser peor porque tenían una carnada más, digo más, porque desde mi secuentro me convertí en una carnada para ellos.

-No, ella está en el cuarto con los niños y el bebe- me volteo a ver- Por cierto, he visto a Eiden un poco preocupado desde tu secuestro, cariño, no se, esta mañana me dijo que te ha notado rara, y la verdad que yo igual. ¿Pasa algo? ¿Hay algo que no nos has contado?-

-¡No! - dije mirandola

-Vale, cariño, no te alteres. Solo preguntaba-

-Lo siento, mamá - dije - Desde ese día nada me ha sido facil-

-Lo entiendo cariño, se que no es nada fácil quedarte encerrada acá, siempre has sido esa pequeñuela que quiere comerse al mundo y no quedarse en un solo lugar-

Duramos un rato más hablando, me fui a mi habitación y me pase la mayoría de la tarde allí, leyendo, dibujando, jugando con mi hermano, para distraerme de este encierro.

Estaba revisando mi celular cuando sentí la puerta abrirse

-¿Puedo entrar- dijo Eiden

-E...si- dije sentandome en la cama

-Oye, ¿Podemos hablar?- dijo sentándose también en mi cama

-Ok, dime-

-Se que no hemos hablado nada, desde que me fui para Italia, ni desde lo ocurrido- hizo una pausa- Pero este me está matando, Mia, no puedo seguir como si nada, como si no me estuviera muriendo por besarte, por abrazarte-

Me quedé helada al escuchar decir eso. Eiden es una persona que no demuestra sus sentimientos, es un chico frío, arrogante, Eiden es de esos chicos que siempre visten de negro para demostrar su rudeza y todo eso. Me sorprendió que me estuviera diciendo todo eso.

-Mia, se que la última vez acabamos muy mal, y que te lastime demasiado, pero tú silencio te juro que va terminar matandome-

-Eiden, ya no sigas- dije levantándome y yendo a la ventana para no seguir viendolo

-Perdoname encerio- me atrajo hacia el- Eres la única por la que he dicho todas estas estupideces, eres la única capaz de ponerme así, y lo sabes-

-Sueltame , y salte de mi habitación Eiden- le dije intentando liberarme de su agarre

-No te soltaré hasta que me digas que hacer para que me perdones -

-No hay nada que puedas hacer Eiden, me dejaste muy claro la última vez- lo empuje hacia atrás librandome de su agarre - Me abrí contigo la última vez y ¿Que hiciste? ¡Fuiste y te besaste con otra , mientras yo me quedaba allí observando como el hombre que amaba besaba a otra! - trate de calmar mis ganas de llorar - ¡Ahora lárgate de mi habitación Eiden!-

-¡Perdóname encerio, Mía! -

-Largate de una maldita vez, si no quieres que llame a uno de los guardaespaldas -

Eiden salió de mi habitación observandome.

Después que salió no pude evitar ponerme a llorar, recordar lo que paso la última vez me hizo un nudo en la garganta horrible.

Necesitaba olvidarlo por completo y estando el allí tan cerca no me permitía olvidarlo, al contrario me hacía volver a sentir cosas por el. Pero no, no podía volver a caer, yo era más fuerte que esto que sentía.

[....]

Desde que Eiden me había dicho todas aquellas cosas, y yo lo rechase, se empeño más y más en estar cerca de mi, en querer regalarme cosas.

Todas las mañanas me levantaba con un ramo de tulipanes al lado de mi cama, el sabía que eran mis favoritos, supongo que no lo había olvidado.

Esa tarde estaba en el jardín leyendo mientras que los gemelos y las gemelas jugaban, mi hermana estaba en una cita con el ginecólogo, mi madre en una de las cuantas citas que tenía Dalton. Así que si, estaba sola, bueno no, estaban los guardaespaldas y las del aseo y todo eso.

Estaba concentrada leyendo que no sentí a Eiden llegar, se había sentado dendo yo estaba y sentí que me observaba

-¿Que quieres?- le dije sin verlo

-Nada, que me encanta verte leer- dijo sonriéndome

-Te dije que me dejaras en paz, y no veo que lo hagas-

-No lo haré hasta que me perdones, hermosa-

Eso me hizo voltear a verlo y me estaba sonriendo todavía

-Eiden necesito olvidarte y tú no colaboras con la causa- dije

-Eso es bueno- dijo

-¿Que? ¿Que te olvide?-

-No, que aún no me hayas olvidado-

-¿Por qué?-

-Porque me da un oportunidad de volver a tenerte conmigo, de volverte loca por mi como tú me tienes a mi- dijo acercándose más a mi cara y mirándome los labios, lo que me hizo ponerme nerviosa

-Nunca tendrás una oportunidad conmigo - dije agarrando el un vaso de agua que tenía en la mesita de al lado




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