Había pasado casi dos meses después de lo que paso con Eiden.Yo lo evitaba a toda costa, no quería volver a cruzar ni una sola palabra con ese idiota.
Esa mañana estaba en mi habitación cuando derrepente mi padre entro
-Mia, necesito que está tarde te arregles lo más linda que puedas- dijo algo serio
-¿Para qué?-
-Esta tarde tenemos un reunión con los Morgan- volvió a hablar serio -Y no preguntes el porque - con eso último salió de mi habitación
Me sorprendió demasiado, ya que papá jamás me hablaba de esa manera, aún que estuviera muy enojado jamás lo hacía.
Por su mirada y su voz, supe que debía ser algo complicado el tema
Mi madre me dió una orden de que fuera a alistarme, que ya en 30 minutos nos iríamos a la reunión
Empecé a buscar que ponerme para la reunión, después de buscar mi ropa fui y tome una ducha caliente y relajante
No quería volver a ver a ese idiota, pero tenía que obedecer a mi padre, así que me termine de vestir y baje para poder salir junto a ellos. Mis hermanos mayores también iban.
Luego de un gran rato de estar sentada en el carro mientras mi papá parloteaba un montón de cosas con mis hermanos, llegamos al lugar, era uno de los lujosos restaurantes donde solían hacer negocios los Morgan y mi familia
Cuando entramos en una de las salas privadas, ví a los padres de Eiden y a Tatiana sentados hablando de algo, que dejaron de hacerlo apenas entramos
Mis padres y los suyos se saludaron, y luego nos sentamos
[....]
Llebavan mucho rato hablando de cosas de negocios, yo por otra parte solo miraba por la ventana que daba directo a la ciudad.
No quería verle la cara a Eiden, no quería verlo y derrumbarme a llorar frente a todos
Luego de un rato, mi padre me coloco una mano en el hombro y me miró, pero no con esa mirada sería de temprano, si no, una mirada de preocupación, no se, era una mezcla rara, una mirada que jamás había visto en su rostro
-Perdon por lo que voy a hacer, cariño - me dijo al oído -Pero, algún día lo vas a entender -
Yo lo mire extrañada, iba a preguntarle por qué me decía eso, pero en ese momento el señor Francisco sacó una carpeta con unos papeles y mi padre los firmó. Y después se levantaron
-Familia, me alegra comunicarles que nuestras dos familias se unirán - dijo el señor Francisco -Nuestros queridos hijos Mia y Eiden, se van a casar-
Quedé en shock, no podía creer lo que estaban diciendo. Mi padre no me podía estar haciendo esto
No, No, No.
-¿Qué?- me escuche decir
-La reunión de hoy era par anunciar esta gran noticia - volví a hablar el señor Francisco
-No, eso no puede ser vedad- mire a mi papá con un nudo en la garganta -¿Papá?-
-Lo siento hija, pero te vas a casar con Eiden -
-Necesitamos unir fuerzas, somos las mejores mafias, los más poderosos y con mas pasos a diferentes paises- dijo el señor Francisco
-No, me niego a todo esto - dije alejando mis lágrimas -No me puedo casar con alguien que no quiero-
-Ya no puedes hacer más nada, Mia- dijo mi padre muy serio
-Jamas pensé que fueras capaz de vender a tu propia hija- dije -¡Sabias muy bien lo que yo quería, yo no quería tener un matrimonio arreglado como mis hermanos! -
Después de un rato reprochando le ls cosas a mi padre salí al balcón para poder respirar y no empezar a llorar
No podía creer lo que mis padres me estaban haciendo, sabían muy bien que yo no quería casarme de esta forma, sabían que yo quería casarme por amor y no por un arreglo - yo si lo amaba, pero el no - Yo me negaba rotundamente a casarme con el
-Hija, al fin te encontré - escuché a mi madre
No dije nada solo me quedé allí parada mirando la ciudad
-Cariño, se que tú no querías esto- dijo pasandome un brazo por los hombros -Pero tu padre quiere lo mejor para ti, Eiden te va a proteger muy bien-
-Yo no necesito que nadie me proteja, lo puedo hacer yo misma o incluso mis hermanos lo pueden hacer- dije
-Lo se cariño- dijo -Algun día entenderás porque tú padre está haciendo todo esto-
Me quedé allí sin decir nada
-Ahora vamos adentro, tenemos que hablar todo lo de tu boda con Eiden - dijo -Estoy segura que serás la novia más hermosa del mundo -
No me quedo de otra que ir con ella.
Esa palabra me daban ganas de vomitar con solo escucharla, odiaba tener que casarme con ese hombre
No me había casado con el y ya lo odiaba con toda mi alma - o eso era lo que me estaba haciendo creer-
Está sería mi condena por mucho años.