La desesperación del Alfa.

CAPITULO 11

NOTA:

Hola, espero esten bien. Este capitulo es un poquito diferente porque hay dos perspectivas, estoy ansiosa porque lo lean.

 

 

 

 

 

 

Capitulo 11.

 

 

El viento fresco me rodea y pasa a través de mi cabello, siento los rizos volar a mi alrededor y junto con el vestido veraniego que llevo, el anhelo me impulsa incluso cuando siento las piernas ceder al cansancio. No se cuanto llevo caminando pero parecieran horas, estoy agotada y sudorosa pero no puedo detenerme, estoy a nada de llegar.

— Isabel, estas bien?

 

Parpadeo y miro a mi alrededor, aun estoy en el mercadillo y poco a poco el ruido penetra la burbuja, el aire se siente caliente y viciado aunque estamos en el exterior. A mi lado esta Damian con el ceño fruncido de la preocupación. Asiento lentamente, pero estoy confundida.

¿Que me pasa?

Mierda.

Siento en la lejanía como toman mi mano y abruptamente regreso a la realidad. La sonrisa de Damian se amplia y me siento segura otra vez.

— Estoy bien— Sonrio y lo digo de verdad, estoy feliz de estar aqui, con el.

 

Caminamos al rededor, de la mano y me llena de placer sentirlo. Estoy aqui, con el y no hay ningún otro lugar en el mundo donde me gustaría estar.

Los pajarillos cantan a nuestro alrededor y el sol calienta mi piel.

— Una rosa para nuestra luna, alfa.

Una anciana se agacha frente a nosotros sosteniendo una canasta con flores, extiende una rosa hacia mi y la tomo pero algo me causa ruido. Luna…

— Gracias, Magie. Es muy amable— Damian le sonrie y mi corazon se desboca, su sonrisa me desarma.

— Lo que sea por nuestra luna— Estoy sonriendo, me encuentro muy feliz. Las personas son tan amables, tan cálidas…

 

NO ES REAL

 

De nuevo esa voz, no se de donde viene pero ahora soy conciente de ella. Mucho mas consciente.

Pero no me da miedo, es como si fuera parte de mi.

AGACHATE 

 

Mi movimiento es automático, me agacho y mis manos tocan la tierra comprimida. Un estruendo hace que me encoja aun mas y trato de pegar el pecho a las rodillas, levanto un poco la mirada y veo aun joven con panico en sus ojos, habia escapado una flecha de la ballesta en sus manos, la cual pensaba era falsa pero el árbol tras de mi atestiguaba otra cosa.

Un fuerte rugido me sorprende y de un momento a otro el joven fue arrojado al otro lado del mercado, estrellandose contra un grupo de hombres.

Anonadada cai en la tierra, estuve a nada de morir.

Personas se acercaron a mi alrededor para ayudarme a levantar y cuando logre estar en pie vi a Damian golpeando al muchacho. Horrorizada me confundí entre el tumulto, quería escapar, no quería ser testigo de semejante situacion y tenia demasiado miedo para acercarme y detener los golpes. La mirada fría, asesina en los ojos del que crei era el mejor hombre del mundo me descoloco y algo en mi interior se quebró, comence a correr en hacia la casa. 

Quería meterme bajo las cobijas y llorar.

Estaba demasiado sensible pero su mirada era algo que nunca había visto, ese desapego era aterrador, era otra persona completamente diferente.

Él no se había mostrado nunca cruel conmigo pero podría hacerlo, no lo conocía tan bien como para asegurar que tenia bajo control esa violencia.

Lo surreal de la situacion me sobrepasaba.

Me aplasta la angustia, apenas puedo respirar y creo que estoy a nada de tener un maldito ataque de pánico.

Patetico, lo se.


 

 


 

NICOLAS,

 

La luz del dia me sorprende, a penas puedo respirar y la angustia me consume. Estuve con ella otra vez, me permitió entrar y tocarla, sentirla fue un bálsamo en mi adolorido corazon aunque se que ella no me reconoció, y como podría hacerlo? si me comporte como un imbécil la primera vez que nos encontramos, al menos la primera en mi forma humana. Pero olía a él, hice uso de todo mi autocontrol para no arrojarme sobre ella y tomarla, marcarla como mia. La desesperacion por deshacerme del aroma de Damian en mi hembra me hizo irracional al punto en el ue mis palabras crueles la ahuyentaron.

 

Me paso las manos por el cabello y suelto un suspiro, mi piel pica por tocarla. Maldita sea, llegados a este punto podría suplicar por que solo me dejaran verla.

 

Salgo de la cama y me dirijo al baño, esta vez deje una marca en su hermoso cuerpo, se que nadie la vera pero me hace sentir mejor, por mi la hubiera mordido dejando mis colmillos en su cuello, pero había mucha bruma a nuestro alrededor. La bruja de Damian es muy buena, tan fuerte que incluso llega a ensordecer el llamado de compañeros.

Estoy completamente seguro ahora, la han adormecido, a penas puedo sentirla en mi pero su aroma me mantiene cuerdo, miro la chamarra verde enredada en mis sabanas y apenas puedo contener el impulso de llevarmela a la nariz como un maldito loco. Como lo he hecho desde el dia en que encontramos sus cosas en el rio.

 

Entro en la ducha y al cerrar los ojos los recuerdos me abruman, su piel, su aroma y sus hermosos ojos me rodean, estoy casi seguro que ella esta haciendo lo mismo que yo, quitándose los vestigios de nuestro sueño compartido pero un dia me prometo a mi mismo que no podra quitarse mi aroma, mis besos y mis caricias.

 

— Alfa!

Me siento salir de una bruma y miro a mi beta, uno de los pocos en los que confio. Se que algo muy grave esta pasando porque jamas entra a mis habitaciones, lo miro sin decir nada y solo levanto una ceja.

— Alfa, los encontramos.

Eso es todo lo que necesito, salgo disparado del baño y me preparo para el glorioso dia.

Hoy, ella sera mia.




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