AVISO: +18
Disfrutenlo.
“Bueno, continua por favor… ¿qué paso después de robar el pastel?” Abrí la puerta de una alacena y saqué dos tazas, al girarme él ya había colocado agua en una tetera antigua. “Mierda, es preciosa” Me precipite hacia el y casi la arranco de sus dedos, el cobre brillaba y reconocí el trabajo. “Está hecho a mano, un trabajo sin duda precioso…” La coloqué sobre la parrilla de la estufa y el encendió el fuego, me miraba con una sonrisa encantada y no pude evitar devolverle la sonrisa.
“Era de mi abuela, la compro cuando se caso con mi abuelo, era uno de sus tesoros mas valiosos. No puedo creer que la olvidara durante tanto tiempo…” Parecía un poco triste por lo que coloque una mano de forma reconfortante en su brazo.
“En fin, después de tomar el pastel corrí afuera. Como pudiste notar todo esta rodeado de arboles por lo que decidí que dar un paseo era buena idea, salí y camine por un buen rato, supongo que el dulce hizo que me diera sed así que me transforme y corrí a un riachuelo cercano, tome agua y después me eché en un claro cercano. Es muy lindo, te llevare.” Lo dijo de forma tan casual que no fue necesario una respuesta, pero estaba encantada con la idea. “Tome una siesta y comencé a revolcarme un poco en la hierba” Me imagine a un lobo parecido al que había encontrado en el bosque y sonreí, me parecía una imagen adorable. “Me percate del aroma cuando era tarde, un error que nunca he vuelto a cometer, por cierto.” Habíamos caminado a los bancos de la encimera y estábamos frente a frente, por lo que pude ver cierta vacilación en rostro, me miro y pareció tomar una decisión. “Todo mi cuerpo se hincho, comencé a estornudar y apenas me dio tiempo de llegar a esta casa. Me desmaye, al parecer las partículas entran por las fosas nasales y envenenan la sangre, casi muero ese día” Se rio y sacudió la cabeza. “Estuve inconsciente dos días, pero sobreviví gracias al avance de la medicina. Fui el primer caso en casi cien años ¿Puedes creerlo? Hubiera sido una muerte un tanto estúpida.”
Me reí levantándome para servir el agua. “Pero… no entiendo, si crecía en ese claro quiere decir que es popular por aquí ¿Cómo es posible que no hubiera otros casos?”
Su sonrisa triste me sorprendió y más cuando dijo “Digamos que ese tipo de conocimientos se pasan de madres a hijos, pero mi madre no era tan… habladora conmigo.” Nos quedamos en silencio por un momento y prepare mi café con café instantáneo y azúcar.
“Espera, que es esto?” Miraba con curiosidad el bote y fruncí el ceño
“Nunca has visto café instantáneo?”
“Sé como me voy a escuchar, pero, siempre que llega a mi la taza esta lista” Se encogió de hombros y procedió a poner dos cucharaditas cargadas del polvo.
“¿Estas seguro que te gusta tan cargado?” Lo miré con los ojos abiertos por la duda y me reí cuando lo probo y arrugo la nariz. “Prueba el mío, me gusta suave para paladear el sabor”
Se inclino y tomo un sorbo de mi taza “Si, es muy suave… muy dulce”
Me miraba por sobre el borde y sabía que había cambiado el tema de la conversación, mi corazón empezó a volverse loco y cuando dejo la taza a un lado casi me derrito. “Pero apuesto que tu eres mas dulce” Se inclino y me tomo de la cintura de forma suave pero firme, seduciéndome todo el tiempo, creando una telaraña de terciopelo a nuestro alrededor. No colocamos frente a frente, con mi espalda en la encimera y su mano subió muy lentamente por encima de mi abdomen, mis pechos y se deslizo a mi nuca, me sentía otra. Era una hoja temblorosa llena de sensaciones, me sentía hermosa y deseada, ansiando cada toque, no, necesitándolo y cuando sus labios tocaron los míos, mis ojos se cerraron. Era el momento mas erótico y placentero de mi vida, era dulce pero lleno de fuego. Deslizo su lengua para pedir permiso y yo cedi sin pensarlo, profundizando el beso. Apenas fui consciente que mis brazos colgaban a los lados así que los levante a su cabello e hice lo que quería con él, enterré los dedos y arrastré suavemente mis uñas en su cuero cabelludo. Tal parecía que sentirme tocarlo lo llevo al limite porque en un movimiento que me quito el aliento mi trasero toco el frio de la encimera. Me separe un poco y el desplazo sus labios a mi cuello, mi clavícula y mis pechos. Sus manos se deslizaban sobre mis muslos y la tela de mis jeans era una tortura.
Eché la cabeza hacia tras y el continuo su camino, incendiando todo a su paso, cada parte que sus labios tocaban estallaban en fuego y cuando sus manos se deslizaron sobre piel desnuda abrí los ojos, me había quitado los pantalones, estaba entre mis piernas y sus manos estaban cerca de mi centro. Probablemente me quede quieta porque levanto la mirada y juro que casi tengo un orgasmo, la lujuria y el deseo en sus ojos era tal que por poco me intimido, y cuando estaba a punto de entrar en pánico, acerco su frente a la mía, cerrando los ojos.
“Solo quiero tocarte, di que me detenga y lo hare. Lo sabes.” Y si, yo lo sabía, confiaba en él, por lo que asentí. Sus ojos se abrieron y una sonrisa descarada y perversa curvo sus labios.
Me beso de tal forma que me volví papilla, levanto mi blusa y me sonroje de vergüenza. Trate de cubrirme con los brazos, pero el me miro con el ceño fruncido, claramente molesto.
“Eres… perfecta, cada parte de ti y quiero adorarte como la diosa que eres” Debió de ver la duda en mis ojos por lo que continuo “No me importan los demás, me importas tu. Y eres malditamente hermosa, te deseo tanto que a penas puedo respirar, no me escondas nada de ti, por favor.” Su mirada era suplicante y le creí, dejé a un lado mis manos y mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba desnudando más que mi cuerpo ante él. Todas mis inseguridades y defectos, cada burla y odio a mi misma, pero cuando lo mire, su mirada no era de asco o contención, me miraba con deseo y ternura. Las lágrimas cayeron y él se inclinó para besarme, llenándome de algo que deseaba fuera amor. Su dulzura fue un bálsamo en mi pecho y solté el control de mis emociones, sentía como nos rodeaba una energía casi tangible y brillante.
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Editado: 09.11.2022