Muchas gracias por su apoyo, de verdad. Sus comentarios me dan vida.
Muchos besitos.
CAPITULO 23
Vuelvo a caer en el abismo de la indeferencia. No siento nada, no soy nada. En alguna parte de mi mente la sensación de tristeza me espera, se que quiere que duerma para tomar mis sueños y hacerme sufrir, para recordar.
Por eso no duermo, por eso me subo en mi viejo auto robado y conduzco, se que mi rostro no tiene expresión pero al menos ahora tengo energía en mis venas.
El sol sale y no tengo idea cuantas horas llevo en la carretera, solo se que la gasolina llega a su fin, me estaciono en la gasolinera y espero que llenen el tanque. Borro de sus mentes mi recuerdo y arranco, una risa desquiciada sale de mi y pronto estoy viendo el camino lloroso por las lagrimas.
Soy un torbellino, no se quien soy, ni que siento, ni nada.
El agua salada del mar toca mis pies y me tiro en la arena, escucho lejanas las voces de los niños, y siento el sol, me recuesto despejando la mente, cosa que ni siquiera me cuesta trabajo, es como si ya no hubiera nada en mi.
“Estas aquí” Abro los ojos y miro a Nicolas, arrodillado a mi lado. Su pantalón vino sucio y húmedo por la arena, pero parece no importarle, solo me mira como si fuera un tesoro perdido. Y son sus ojos los que me regresan por un momento a la realidad, sus bonitos ojos verdes enmarcados por parpados rojos e hinchados, sé que estuvo llorando, se que ha estado desesperado y ha manejado siguiéndome, esperando encontrarme.
“Nic…” Me toma en sus brazos y me arrulla como a una niña y yo lo dejo. Mi pecho duele y las lagrimas no se detienen, siento como me acurruca en sus brazos, levantándome y pronto estamos en un auto, con mis sollozos cada vez mas fuertes, me envuelve en una manta e increíblemente su calor hace que llore a un mas fuerte.
Y Nic, mi Nic, solo se queda a mi alrededor, envolviéndome en una burbuja de amor y ternura.
Casi una hora después nos detenemos y me baja, aun envuelta y en sus brazos, del auto. No despego el rostro de su pecho durante todo el camino, por primera vez en todo este tiempo, lo único que percibo es una suave calidez en mi mente, y el aroma de su colonia llena mis pulmones mientras mi llanto disminuye, me siento mejor, mucho mejor.
Entramos a un elevador y siento una mirada, mis ojos se dirigen a una hermosa chica rubia que mira a mi Nic, lo mira como si fuera suyo y me quiebro nuevamente, la veo doblarse de dolor, mientras sonrió.
“¡No! Detente” Me baja al piso y mis piernas se doblan por lo que Nic me toma de los brazos para mantenerme en pie, siento su asombro y miedo, miedo de mi. Parpadeo y mis ojos se llenas otra vez de lagrimas, me lanzo a su cuello y le transmito mis sentimientos. Quiero que sepa que no voy a lastimarlo, porque es mio, y no me gusta que vean o codicien lo mio.
Pero no pasa lo que esperaba, su miedo no se tranquiliza, al contrario, crece y su respiración se altera. Se me eriza la piel, no quiero que este asustado, y menos de mi, pero no puedo evitarlo, asi que se forma una idea en mi cabeza, si yo borrara sus recuerdos… solo estaría yo, no habría nadie mas.
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Editado: 09.11.2022