Regreso lentamente a la habitación y mis pasos se vuelven pesados, me siento sola, más sola que nunca y creo que mi cordura es una simple ilusión, todo lo que he hecho y me han hecho es horrible. Solo quisiera olvidar que conocí a estas personas, quiero regresar a la noche antes de que todo sucediera, en mi cama en casa de mis padres, sintiendo los labios de mi madre en la mejilla.
Una lagrima corre por mi rostro y siento un dolor agudo en el pecho, inundándome. Extraño la risa fácil de mi mama, y se que no puedo llamarla otra vez, tampoco a mi hermana o a cualquiera que me haya importado.
Nunca fui una persona de conservar amistades, no le veía el caso, hasta hoy. Si tuviera una amiga, podría ir y llorar con ella.
Llego a la habitación principal y veo a Nic recostado, con un brazo extendido hacia el otro lado de la cama, como si buscara a alguien, quizá a mi…
“Nic…” Susurro y me detengo a su lado a observarlo; su cabello rubio cubre parcialmente su rostro, pero puedo ver sus labios ligeramente abiertos. Su pijama de seda borgoña hace juego con la habitación y por un momento admiro el cuadro que tengo delante. “Nic”
Esta vez sí me escucha, abre los ojos, un poco aturdido y antes de que responda me meto a la cama, justo a su lado y me fundo en su costado.
Comienzo a llorar y el vacío en mi pecho es cada vez más grande, como un gran pozo negro.
Sus brazos me rodean, pero ya no siento el consuelo que antes me envolvía, su calidez ya no es un bálsamo para mí. Siento su compañía, pero en el fondo, muy en el fondo, donde había una chispa, ya no hay nada.
Y lloro por eso también, porque quería sentirme a salvo entre sus brazos, a salvo con él, pero ahora tampoco tengo eso. Y no se si puedo culpar a la bruja, o a mí, o a él.
Puede que el ya no sienta lo mismo por mí y por eso todo es diferente. Comienza a susurrarme lo mucho que le importo y lo mucho que me quiere, pero ya no puedo creerle y eso me lastima. Pero me quedo a su lado, con la mente en blanco.
Y así, logro dormir.
A la mañana siguiente aun esta junto a mí, pero al otro lado de la cama, dándome la espalda.
Me levanto y voy al baño, me llevo un poco de ropa y después de una ducha, al fin me siento como yo, la antigua yo. Me siento un poco mas recompuesta y con mas seguridad en mi misma, por lo que me detengo junto a la cama para tomar un respiro. Sera difícil lo que tengo que hacer.
Tomo un sofá y lo arrastro por la alfombra sin hacer ruido dejándolo a un lado de la cama.
“Nicolas” Me dejo caer en el sillon y el abre los ojos alerta. “Se lo que hiciste”
“Nena, ¿De que hablas?” Él se incorpora en la cama y me mira.
“Sé lo que hiciste con la bruja” Trata de hablar, pero lo detengo levantando la mano “Sé la verdad, pero te daré la oportunidad de contarme qué demonios paso por tu cabeza”
Nic se recarga en la cabecera de la cama y me mira, mi cuerpo hormiguea por entrar en su mente, pero me resisto, aun no.
“No tiene caso que lo niegue, verdad?” Cruza las manos al frente y agacha la cabeza. “Yo contrate a la bruja, y me arrepiento de haberlo hecho, pero cuando él se te acerco, casi me vuelvo loco, vi tu rostro, estabas loca por él y solo lo habías visto una vez” Me mira con los ojos llorosos y yo frunzo el ceño. “Después de que volvieras de la escuela visite tu casa, tu me viste en forma de lobo, y luego entre a tu recamara. Necesitaba oler tu aroma, pero me fui, quería esperar a conocerte. Pero Damián… él te acorralo, él y Tim, su perrito faldero. Escúchame, quise hacer las cosas bien, pero me volví loco, la desesperación me consumió y cuando me di cuenta estaba dando mi sangre en un maldito cuenco mágico. Sé que hice mal, pero no quería… no podía dejarte ir. Eres demasiado importante para mí.” Al terminar su monologo, se quedo callado, con la respiración acelerada y las manos en la cabeza. Se veía completamente indefenso.
Después de unos minutos me levanto despacio y suelto un gran suspiro. “Bien, gracias por ser honesto” Su rostro se levantó rápido y vi un poco de esperanza en sus ojos. “Esta claro que creíste que hacías lo necesario para retenerme, pero no funciona así, nunca fue real, Nic. Y si al principio lo fue, ya no puedo creer nada.” Siento su dolor en mi pecho, pero continuo. “¿Qué sabes de Damián? Estoy segura que él también hizo algo. ¿Qué fue?”
Veo el asombro total en su cara, y también el arrepentimiento. “Él me lo dijo todo cuando desapareciste. Ambos nos volvimos locos, y después de los primeros tres días él vino a hablar conmigo, me conto que abordo a la misma bruja que yo, y le ofreció dinero. Ella estuvo trabajando para ambos durante tu estadía en su manada.”
“Mmmh… Es por eso que no recuerdo ciertas cosas…” Me levanto molesta y le recrimino “Ustedes dos estuvieron jugando con mi cabeza. Sin ningún tipo de pudor, solo por ser unos malditos perros egoístas, y no me pongas cara de ofendido, es lo mínimo que puedo decirte.” Me doy la vuelta y salgo. “Voy a desayunar” Me giro para mirarlo a los ojos. “Sola”.
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Editado: 09.11.2022