A unos doscientos mil años luz de la estrella Alpha Centaury existe un sistema solar llamado Orial sur que está conformado por seis planetas y dos estrellas gigantes rojas, los planetas giran en forma de ocho a través de ambas estrellas, todos en la postura adecuada para que haya vida en ellos, pero el único con vida en él es; el planeta Karcas cuyo tamaño es cuatro veces más que la tierra misma que conocemos, desde su atmosfera se notaba el color verde de los bosques, el blanco de sus polos, el amarillo de sus desiertos y el azul de sus océanos inmensos que aún se podían observar desde sus tres lunas cuyos nombres son en honor a sus dioses, Ragoth, Menhjerus y Altivania. En aquel planeta cada quince días no existe la noche ya que en ese momento Karcas pasa por en medio de ambas estrellas, así durante tres días no había oscuridad y llamándosele; La luz de los tres dioses.
Un término extraño para algunos porque si las lunas eran dioses de la noche ¿Por qué los tres largos días de sol también? Otros decían que los tres dioses eran de la luz pero fueron maldecidos por su pueblo, dejándolos salir solo por tres días a la luz, cada quince noches oscuras. El verdadero caso era solo que el planeta tardaba quince días en dar la vuelta a una de las estrellas, al volver para dar la vuelta a la otra debía someterse al resplandor de ambas por tres días y así consecutivamente.
Karcas dio vida a una civilización, una raza llamada Tomoides, son tan parecidos a los humanos, sus rasgos, las extremidades, su ideología, su forma de procrear, sus costumbres, sus nombres, su diplomacia, pero su color de cabello era más exótico, los ojos en ocasiones deslumbraban un fucsia o azul esto se notaba más en la realeza, su concentración más aguda que cualquier otra especie, siempre y cuando de quien se tratase y, su poder destructivo era mayor, tanto así que llevaron a su raza casi al borde de la destrucción.
En la primera de aquel mundo se descubrió que ellos habitaban un planeta y se percataron de que habían muchos más por ahí, todos sin nombres o eso creían, así que el rey Uriel Karcas, primero en gobernar nombro aquellas tierras con su nombre. Desde entonces se conoce como el planeta Karcas, hasta antes de su existencia.
Diez generaciones después de Uriel Karcas primero el mundo aún era gobernado por un solo rey en las dieciséis regiones del planeta, el gobernante Uriel Karcas, sexto con el nombre y décimo tercero en gobernar estas nefastas tierras se enfadó con su familia porque él quería unirse con una plebeya a lo que sus familiares se opusieron inmediatamente, aquel hombre enfadado dividió el mundo decretando que cada región tendría su propio rey y que él se iría con su esposa a formar el suyo. Después de aquel acontecimiento el pueblo apoyo la causa y decían que todo sería más ordenado, que un rey podía casarse con cualquiera que le brindara amor.
Se eligieron catorce heraldos de diferentes facciones y el rey Uriel los nombro reyes frente a su pueblo, puesto esto el hijo de Uriel se quedaría con el reino Karcas, el marcharía a la región del norte la cual nombro Alzuini por honor a su esposa, completando así los dieciséis reinos cuyos nombres fueron; Reino Barabas, reino Arzamas, reino Agoran, reino Altivania, reino Dacota, reino Frosvarth, Reino Joshua, reino Kriegth, reino Mechrrus, reino Notredamus, reino runa azul, reino Theon, los últimos se denominaban por los nombres de sus facciones que eran Legión oscura de los milenios y Orden del vigilia. El rey Uriel finalizo con la ley de que cualquier gobernante podrá casarse con quien plazca si la persona lo desea y hay amor, sea plebeyo, sea granjero, sea vagabundo o sea quien sea.
En el año 3810 después de el rey Uriel Karcas Sexto con el nombre la especie Tomoide había creado edificaciones extraordinarias, su tecnología era impresionante tanta que una lanza tenía la habilidad de disparar potentes ondas de luz las cuales penetraban sin esfuerzo a una persona, sus armaduras eran pesadas con un sofisticado exoesqueleto impulsado por una batería de fusión que hacía que fuese tan ligera como ropaje de seda, rifles de energía que lanzaba masas de electricidad hacia el oponente dejando nada en la parte que diese, toda esta tecnología con su toque de la era del martillo la cual hacia lucir esas armaduras de caballeros y sus lanzas radiantes.
Las ciudades eran majestuosas de presenciar porque en cada edificación iba su toque de la antigüedad, edificios con bandas doradas relucían desde a lejos, soldados con armaduras relucientes resguardaban la ciudad en cada esquina, estatuas de los antiguos reyes en cada plaza, palacios inmensos dedicados a la historia, las fuentes en los parques hacían el lugar esplendoroso y desde lejos podías mirar como si el agua flotase sin nada que las impulse, los castillos en las montañas se notaban desde la ciudad esos inmensos castillos donde gobernaron los antiguos y ocurrieron cientos de sucesos, las mujeres aun conservaban el glamour luciendo aquellos largos vestidos merecidos de una princesa o quizás una reina, los hombres llevaban ese traje de gala que los hacia ver como generales con chapas doradas pero hay que percatarse que la moda se había mezclado y en vez de botas llevaban zapatos finos con trenzas bañadas en oro las cuales eran flexibles, todo era deleitoso de ver en aquel planeta menos sus criaturas tan extrañas pero no había que preocuparse porque gracias a unos aparatos creados por los tomoides repelían a los bichos.