La desgracia de Karcas

El fin, Capítulo II

Edad dorada, Karcas año 3810 después del rey Karcas sexto (D.R.K.S)...

El mes helado estaba en curso, todos en sus casas por los grandes vientos fríos que resoplaban. Hace unos meses el rey de Altivania venia advirtiendo esto, pero muy pocos prestaron atención y entre esos mi madre que cumplía con 38 años, una mujer alta de cabello color rojo con naranja, casi como un color cobre, era morena con un excelente físico y, a decir verdad no es que fuese una diosa en rostro, ojos cafés, cara redonda, nariz un poco puntiaguda y de media complexión. Mi padre en ese entonces era joven, tenía 33 años y si, era menor que mi madre pero muy responsable, él era un poco más bajo que ella como de un metro setenta y cuatro, era robusto, barba corta, cabello negro que se peinaba hacia atrás, ojos azules y cabe mencionar que era muy preocupado, lo opuesto a mi mama.

Yo me llamo Gerard y en ese entonces cumplía con 10 años de edad, recuerdo todo con exactitud, además cada noche sueño con ello.

Yacía en mi habitación leyendo un comic, era pequeña mi habitación como de unos 5 metros cuadrado, mi cama pequeña a una esquina del cuarto del lado de la ventana, mi escritorio para las tareas frente a mi cama, mi closet a un lado de la puerta y la verdad no tenía muchas cosas en mi cuarto. Acostado mientras leía la ventana sonaba como si la intentasen abrir, era el viento tan fuerte que se lograba escuchar el silbido. *TRISSSHHH* -sonó el vidrio de mi cuarto-.

Inmediatamente me levante y ahí estaba un ave de color chocolate, estaba agonizando y ensangrentada, pues el viento la arrastro hasta mi ventana rompiendo el vidrio, el frio era intenso y la brisa entraba con fuerza en mi habitación.

-¡Mama...!- grite pasmado contra la pared-.

Papa entro en ese instante y me tomo llevándome a la sala.

-¿Estas bien Gerard?- pregunto mi papa con un preocupación-.

-Si- dije asintiendo-. Tranquilo papa estoy bien...

Mi madre no estaba en la casa, según papa salió a comprar unas cosas pero no había vuelto.

Me senté en el sofá, encendí el televisor pero para mi sorpresa no teníamos señal, quise ir a por mí comic pero recordar aquella escena donde el ave se retorcía con dolor me dio miedo y no fui a por la revista. Me quede en el sofá esperando a que regresara mama o la señal del televisor.

-Gerard... Gerard despierta... - abrí los ojos y ahí estaba mi padre llamándome, jamás me percate que me había dormido esperando-.

-¿Qué pasa?- pregunte mientras restregaba mis ojos con ambas manos-.

-Tu madre no regresa y escuche gritos de afuera, creo iré por ella.- Mi padre lucia asustado, esa expresión me preocupaba- si papa está bien, me quedare esperándote.

-Ok espera aquí, no te muevas de la casa hasta que llegue.

-Vale, tranquilo aquí estaré.

Me senté en el sofá y mi padre cogió las llaves de su auto, abrió la puerta y se fue, empecé a caminar la casa de lado a lado buscando que hacer, fui a la cocina y abrí la nevera para ver que podría comer. Tome un Yagu(Yogurt) con cereal y me senté en el comedor a comer.

Dos horas habían pasado y mi padre no aparecía, tampoco mi madre, me levante del sofá y fui a la puerta para ver qué pasaba afuera, me acercaba a la puerta cuan de pronto se abrió.

-¡Gerard! ¡Gerard!- entro mi padre gritando-. ¿Qué pasa papa? -pregunte-.

-Ven debemos irnos, rápido...- lo dijo con una expresión exaltante-.

-Papa, ¿Qué pasa?- pregunte asustado y con los ojos cristalinos-.

-Tranquilo hijo, ven vamos sube al auto -mi padre me alzo para subirme al auto-.

-¿Y mama? ¿Dónde está?- pregunte-.

-Ella estará bien, debemos irnos- la voz de mi padre se notó entristecida pero no comente nada-.

Encendió el auto y condujo, la ciudad era un caos, las personas corrían y gritaban los autos se estrellaban y en ese instante pude observar como a unas ocho cuadras a la derecha de donde estábamos caía un edificio entero, mis ojos quedaron como platos y me entumecí del miedo sin poder decir nada.

Mi padre esquivaba a las personas y los autos audazmente pero... no pudo pasar por en medio de dos coches y nos estrellamos contra otro auto que yacía un poco más adelante.

"Gerard levántate (alguien lloraba) Gerard por favor hijo mío" -escuchaba eso en mi mente mientras yacía inconsciente-.

-¡AAAGGHH!- desperté y sentí un inmenso dolor en mi pierna derecha-. Mi padre estaba ahí sosteniéndome en sus brazos con lágrimas en sus ojos.

-¡Estas bien, estas bien solo es un rasguño hijo!- me dijo con un rostro de alivio-.

Mi padre me cargo hasta un pasillo donde era la entrada a unos apartamentos.

­­-¡Papa! ¿Qué está pasando?- mi voz estaba entrecortada por el miedo que sentía-.

-Tranquilo... tranquilo estaremos bien- mi padre repetía una y otra vez -Para ver la herida- rajo mi pantalón del lado derecho-.

-Aagh...- exhale con dolor, mi padre se quitó la manga de su camisa y me había hecho un nudo en la herida para frenar la sangre-.

"¿Qué pasa por que hay tantas personas corriendo?" -pensé- "por los dioses tengo miedo... como siempre..." - me recalque-.

Personas en la calle gritaban sin cesar, pude notar a unos cuantos que fueron atropellados, la sangre se esparcía por todos lados y sus cuerpos yacían en el suelo, era... era espantoso.

Yo aún sentado el pasillo de aquellos apartamentos observe a una mujer que corría con una niña, hale a mi papa por la camisa para avisarle sobre ellas dos, mi padre volteo y le hice una seña en dirección a la señora.

-¡EEEYY! EEEYY... por aquí...- grito con fuerza mi padre, pero no lograban escucharlo-.

Las chicas corrían e intentaron cruzar la calle cuando de pronto...

La señora paso por encima del auto y la sangre chispeo hacia el césped, la niña cayo en la cera acostada de espalda y el auto se estrelló contra el poste.

Quede entumecido del miedo, era extremadamente aterrador aquella escena, voltee a ver mi padre y su cara quedo en shock, su boca estaba abierta y su respiración era honda.



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En el texto hay: suspenso, terror, impotencia

Editado: 27.06.2020

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