Había llegado por fin a las ruinas de la ciudad, mi estómago rugía con fuerza pero no me dejaría caer otra vez.
Al entrar a las ruinas observe una escena que jamás imagine, la carretera principal que conectaba con el palacio estaba repleta de flora, arboles crecían a través de las grietas que los terremotos habían hecho e igual la hierba que se extendía por todo el lugar, las edificaciones no estaban del todo destruidas, muchas aún estaban en pie con musgo en sus paredes, la calle yacía sin un vehículo en ella. El sol iluminaba de frente la calle haciendo que fuera un digno momento de observar, en ese momento me percaté de que no todo es horrible en este mundo.
Camine buscando algún lugar donde pudiera haber comida, de pronto al pasar por frente de un callejón note algo extraño, pues pude jurar que vi una criatura rara arriba de un conteiner, de reojo pude lograr ver que su piel que era pálida y pariese que estaba de cuclillas, sus costillas se marcaban tanto como si estuviera desnutrido, al regresarme para poder quitarme las dudas de si era una ilusión mía, la criatura ya no estaba, "Estoy loco" -replique en mi mente y continúe caminando-. Busque en unos dos o tres lugares pero estaban completamente vacíos, era de esperarse en estas zonas abundan los saqueadores, seguí y a dos cuadras antes de llegar al palacio doble a la izquierda por una calle angosta, lucia igual a la anterior, como si la fuesen limpiado a todas.
Todo era muy extraño en aquel lugar pero no cese mi búsqueda, baje ocho cuadras y las calles aun lucían impugnes sin mencionar que sus edificios estaban tan vacíos como mi estómago en ese momento, al llegar a la décima cuadra note que la impunidad yacía ahí, montones de escombros por doquier, bestias y personas muertas, a juzgar por el olor y estado de descomposición de esos cadáveres llevaban como cuatro días de haber muerto, -¿Qué pudo haber pasado aquí?- Me pregunte mientras examinaba los cadáveres-. Sea lo que sea que haya pasado debo continuar y salir lo antes posible de acá.
Una hora después de aquellos acontecimientos me encontré con una calle estrecha que estaba bloqueada por escombros, -¡Maldita sea!- Dije con un tono de enojo-. ¿Y ahora que hare?
-Si logro conseguir un tubo lo suficientemente fuerte podría usarlo de palanca para hacer caer los escombros de este lado.
Estuve buscando unos veinte minutos y di con una viga que soportaría la fuerza que le aplicaría.
"No creo funcione..." "ay... ya basta Gerard siempre estoy de pesimista" -me regañe a si mismo mentalmente-.
la viga y la introduje en un orificio de los escombros, "ojala soporte" -pensé mientras tomaba la viga para empujarla...-.
-!Aaahhh!- Grite mientras empujaba con todas mis fuerzas-.
*Crrrrrrk* escuche algo tronar cuan de pronto todo los escombros se vinieron abajo.
-¡Si!- grite y salte de alegría porque lo había logrado-.
Empecé a movilizarme lentamente por los escombros con cuidado y no me fuese a caer, *crrrrrk* volví a escuchar otro crujido y en un abrir y cerrar de ojos comenzaron a caer escombros sobre mí, me impulse sobre algunas rocas y empecé a esquivar de izquierda a derecha, parte de una pared cayo a mi izquierda haciendo que me desplomase por aquella montaña de escombros, "!ay....! mierda" -dije en mi con inmenso dolor porque mientras caía mis costillas impactaron con trozos de metal-.
La caída ceso estrellándome fuertemente contra el pavimento, -¡Aagghh Altivania santa que dolor!- Escupí sangre lanzado en el suelo-.
-Vamos Gerard tu puedes, vamos...- susurre intentándome levantar pero mi cuerpo no respondía-.
flexione mi brazo izquierdo en el suelo para tomar postura y levantarme, luego el derecho y me intente impulsar -¡AAAHHH! MALDITA SEA- al impulsarme mi costilla traqueo de forma muy brusca-.
-Diosa y ¿ahora qué hago?- me pregunte aun tirado en aquel suelo frio y húmedo -Debo levantarme, debo levantarme...- me repetía una y otra vez-.
-No podre, moriré aquí so-solo. Soy muy débil no sirvo para nada- mi voz estaba entrecortada y unos segundos después empecé a llorar-.
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Diez minutos habían pasado y yo aún estaba ahí, quedándome sin fuerzas con cada minuto que pasaba, un nudo en mi garganta me ahogaba y mi estómago rugía por el hambre, esta vez sí moriría y nadie me salvaría.
El dolor se intensificaba más y más con el trascurrir del tiempo, e intente voltearme para al morir viendo el cielo. Al lograr voltearme note que ya empezaba a atardecer y eso me preocupaba por la situación en la que me encontraba.
-Gerard yo sé que podemos, vamos Gerard vamos...- me repite muchas veces -"Hijo no eres igual a mí, eres mucho mejor. Yo sé que puedes"-quede pasmado de haber escuchado la voz de mi padre en mi cabeza, lucia tan clara-.
Inmediatamente fuerzas brotaron de mí repentinamente, flexione mis brazos como si fuese hacer una flexión de pecho y me impulse ignorando el dolor que provocaba mis costillas.
En ese instante me levante y puse mi mano derecha sobre las adoloridas costillas del costado izquierdo, no me mantuve mucho de pie cuando caí sobre mi rodilla derecha, quedando con mi pierna izquierda flexionada hacia adelante y mi rodilla derecha acostada en el suelo, una posición como si fuese a disparar un rifle de plasma.
-Aaaaahhhh- exhale aliviado -Ya al menos me puedo levantar.
Me puse de pie y observe el alrededor, al parecer había caído del lado oportuno, pues todo aquella calle estaba repleta de diferentes tiendas; Farmacias, Mercados, Joyerías, Ropajes y muchas más.
Camine despacio con el dolor en mi costado izquierdo que no quería ni observar aun, el mareo se volvía mas fuerte con cada paso que daba, mis respiración era honda y sentía un líquido caliente que provenía de mi espalda. Llegue a la puerta de una farmacia la cual lucia bien para estar en medio de estas ruinas, entre y fui por el botiquín de la oficina, abrí la puerta ignorando que podría haber allí. La oficina yacía limpia, me sorprendió bastante, puesto esto el escritorio era de madera y muy hermoso, arriba de el una máquina de escribir y un lapicero con unos cuantos lápices, detrás una silla rodante muy linda, en la esquina un filtrador de agua potable, un televisor frente al escritorio en la parte superior, lucia como un cristal, unos estantes a un lado de la puerta, supongo es donde guardaban los registros, lo más extraño de aquel lugar era que estaba bastante iluminado y no tenía ventana alguna, ¿de dónde provenía la luz? No lo sé.