El 10 de abril, Laura llegó temprano a la escuela 10 minutos antes de que fueran las 7 de la mañana. Ella entró al salón correspondiente y se sentó en su pupitre correspondiente. Rápidamente Laura notó que algunas chicas que estaban entrando al salón, la veían con lástima, como si un familiar de ella se hubiera muerto recientemente, lo cuál se le hizo raro a Laura; si un familiar de ella se hubiera muerto, mamá se lo hubiera notificado a ella.
Laura vio que entró Árnica, y Árnica se sentó al lado de ella en el pupitre que estaba vacío. Laura percibió que Árnica también le dedicó a ella una mirada con lástima.
—¿Qué está pasando? —preguntó Laura con desconcierto a Árnica.
—Oh Laura, ¿no lo sabes? —contestó con otra pregunta Árnica.
—¿Saber qué?
—Santi está saliendo con otra chica de otro salón —dijo Árnica con la mirada llena de lástima.
—Ah —contestó Laura con sorpresa, luego se recuperó rápidamente—. Pues no es la gran cosa, si quiero puedo competir con aquella chica y listo.
—No va a ser fácil Laura —respondió Árnica girando la cabeza de un lado a otro.
—¿Qué? ¿La chica en cuestión es más bonita que yo? —interrogó Laura.
—No, es peor para ti —afirmó Árnica.
—¿Peor para mí? —preguntó Laura enarcando una ceja.
—La chica con la que está saliendo Santi se apellida Caoba —informó Árnica.
Laura abrió la boca sorprendida.
La chica se apellidaba Caoba, Laura no podía competir contra una chica apellidada Caoba, ya esa pelea estaba perdida para Laura. A Santi le gustaba todo lo relacionado a la carpintería y la madera. Que esa chica se apellidara Caoba, le daba muchísima ventaja.
—Pero… —retomó la palabra Laura—. Mi segundo apellido es Robles —dijo Laura con el ceño fruncido.
—Así es —afirmó Árnica—. Robles es tu segundo apellido, más no el primero —explicó Árnica—. Caoba es el primer apellido de la chica. Si tu primer apellido fuera Robles, entonces sí podría incluso haber empate, pero no, tu segundo apellido es Robles.
Por el rabillo del ojo, Laura vio que Plácido estaba bailando animadamente en el salón.
—¿Y él por qué está bailando tan feliz en el salón? —inquirió Laura.
—No sé —respondió Árnica con una sonrisa juguetona—. Pero casualmente cuando se enteró que Santi estaba saliendo con aquella chica Caoba, se puso a bailar.
Laura decidió aceptar la derrota, se acabó, lo que fuera que estuviera dándose entre Santi y ella, se acabó, y ni siquiera había pasado gran cosa. Santi y Laura ni siquiera se habían besado.
Editado: 24.07.2025