La Dinastía García

Ventajas de ser mujer

Capítulo Diecisiete

Noah García

- ¿Por qué no puedo jugar con ustedes?- pregunté.

- Hermana, eres mujer: no sabrias jugar juegos rudos- me contestó mi hermanito Troy.

- Claro que puedo, soy mayor que tú y por lo tanto: más fuerte- le dije y comenzarón a reir.

- Por favor, Noah: no eres lo suficientemente fuerte para nada- se burló mi hermano.

Ja, jaja.

- Dime la verdad Troy, ¿cuál de tus amigos te pegó?- le dijo papá a Troy mientras mamá le curaba la herida.

- Digo la verdad: Noah me golpeó- chillo Troy.

- Si, fui yo, ¿sigo sin ser suficientemente fuerte, o no Troy?- le dije.

- Por favor Troy, di la verdad: tu hermana no tiene tal fuerza para romperte el labio y dejarte el ojo morado- le dijo mamá.

No crei que se rebajaría a tal nivel, General White.

- Deja de buscar en mis herramientas de trabajo, Noah- dijo papá y me giré a verlo.

- Perdón- dije y suspiró.

- Entiende que son herramientas a las que uno necesita fuerza, hija. Eres mujer: no tienes fuerza- me aclaró.

- Si claro, y Francis golpeó a Troy- dije enojada y salí de ahí.

Solté una carcajada y todo el mundo me quedó viendo.

- Eres una mujer: no actues como un soldado, nunca podrías serlo.

Y mi mente comenzó a reproducir una palabra.

Ganar

- Si usted insiste, General- y con eso: le di un puñete en la nariz al General Adam White.

- Nada mal para una mujer, me sorprende- dijo y sonreí.

Toda mi vida pasé escuchando comentarios de que era débil, de que debia dejar esto, de que debia ser femenina y jamás levantar la mano, menos a un hombre y mucho menos a un soldado. Pasé toda mi vida escuchando consejos de señoras de como debia adorar a los hombres como si fueran el centro del universo, como si fueran todo pero nunca me dejé llevar por aquellos pensamientos.

Mi vida se habia basado en comentarios de que era bella y de seguro conseguiria un marido millonario para conseguir Una Vida "Perfecta". De que podia cambiar, ser la esposa trofeo de cualquier hombre y servir a mi marido por el resto de mi vida como "estaba destinada a ser".

Pero estoy aquí.

En una pelea a puño limpio con el mismísimo General Adam White.

Mi cuerpo se tranquilizó de inmediato, mi corazón volvío a un ritmo normal y los nervios que tenia se desvanecieron en menos de una milésima de segundo. Ya no tenia miedo.

Tenia ganas de ganar.

Porque los comentarios sobre que soy una mujer y "merezco ventaja por ello" me hacian ver que esos hombres no me veía como una amenaza, como alguien a quién temer.

SIn duda me gusta aquella ventaja de todas las ventajas de ser mujer: no te creen capaz de nada.

Y no hay nada mejor que tener la confianza y la ventaja de tu enemigo.

Esas simples palabras me hicieron darme cuenta de que para el General White yo no era una "rival"

Y si yo no soy una rival para él...

¿Por qué él sería un rival para mi?

Una patada venia y la esquive con fácilidad, nos moviamos constantemente, intento golpearme pero apenas y llego a rozarme. Ya no senti miedo, ya no.

Intenté golpearlo pero esquivó todos mis ataques, el General White era bueno pero yo también lo era. No nos tuvimos piedad en ningún momento.

 Peleamos mucho y debo decir que mi cuerpo se fue cansando poco a poco pero también el de él. Teniamos una diferencia de 25 años así que debo admitir que pensé que seria fácil.

No era fácil.

Era un rival algo digno.

Pero solo algo, no quiero que se le suban los humos a la cabeza y piense por un momento que puede ganarme porque yo no soy como cualquier otro soldado de esta Academia.

Soy Noah García.

Soy la primogénita de Troy García, el hombre que intentó matar a León Castillo pero no lo consiguio, y Adriana Taylor, una mujer de clase alta que fue cegada por amor. Al nacer nadie estuvo feliz porque habia nacido una "niña" como primogénita, tengo dos hermanos, Matthew García quién ya murió y Troy II García que vive con la Familia Evans actualmente.

Al morir mi padre permitió que mi madre pasé en "paz" (según me contaron) en la cárcel y que mi hermano fuera considerado un hombre de alta sociedad al ser adoptado por mi tía y su esposo. Pero yo fui la única que vivió desde el principio las consecuencias de sus actos.

A mis siete años de edad lo perdí todo: una casa, mi padre, mi madre, mi hermano, mi familia, mi vida en si. Decidí volverme fuerte porque nadie vendría a defenderme y tan solo contaba conmigo misma. Fue un camino difícil, todo con grandes piedras y báches para que caiga y rinda pero jamás lo hice. Nunca lo hice.

Me preparé para otra vida, tenia otras metas, otras expectativas, veia al mundo con ojos muy diferentes y deje de sentir miedo, tristeza, dolor. Deje atrás a una niña de gran sensibilidad para volverme una mujer fría y decidida con intenciones de salir adelante ella sola. Porque ella sola podía conseguir todo lo que queria. Sola...

El General y yo tuvimos una batalla de tres horas. Sin duda no había perdido su toque puesto a que me golpeó varias veces y me caí muchas veces.

Pero me levanté y seguí.

Porque si guerra quería: guerra le daría.

Pero había un problema y es que el General White tenia 25 años de experiencia en este campo y yo apenas estaba iniciando en aquel campo. No fue de sorpresa que recibia demasiados golpes, también pude golpearlo varias veces pero sin duda tenia ventaja.

Finalmente caí pero ahí no acababa la cosa. La pelea terminaba cuando le haces o te hacen una herida o un golpe grave que no te permita volver a iniciar.




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