La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 15 Alarma

 

Nilak, Alaska. Octubre 2007

En el hospital había una enorme agitación, pues  no solo la policía había invadido el recinto asistencial haciéndoles incontables preguntas a todo el personal, sino que el equipo de especialistas que se suponía debía haber llegado esa mañana para evaluar a los desconocidos, como los habían llamado a falta de una identificación, aún no lo había hecho ni lo haría, pues se había retrasado la salida y no dieron ninguna explicación para ello. Mientras en el hospital sucedía lo anterior, en el auditorio de la escuela, se llevaba a cabo una acalorada discusión, pues quienes sí habían llegado habían sido los enviados del Servicio Geológico y se habían encontrado con que no se habían seguido las instrucciones relativas a activar el protocolo por una inminente erupción. De modo que después de eso, el alcalde había tenido que emitir un alerta grado III, es decir, había una altísima posibilidad de que el volcán entrase en erupción, algo que los especialistas habían venido diciendo a lo largo de las dos o tres últimas semanas, pero algunas personas pensaban que ya el peligro había pasado con la erupción de dos noches antes, y que fuera del humo, las cenizas y el aire enrarecido, no sucedería nada más. Sin embargo, los especialistas como Dean Hardy, habían advertido que la alerta que debía darse era grado IV, es decir, para evacuar las zonas más cercanas al volcán. De modo que por lo antes descrito todo parecía en estado caótico.

Ilian y Liam estaban al borde del colapso, pues los habían tenido horas encerrados en el despacho del director del hospital, en un absurdo interrogatorio.

  • Escuche, nos ha estado preguntando la misma cosa durante toda la mañana
  • Pero aún no me responde, doctora
  • No puede decir eso, a menos que sea usted sordo, o un rematado imbécil, porque es obvio que no le podemos decir lo que no sabemos

Liam que había pasado más de la mitad de su niñez, y parte de su adolescencia, en aquel lugar, conocía a Anthony Roberts y siempre le había lucido como un tío bonachón, pero conocía aún mejor a Jacob Sidwell, pues mientras el primero ya era un policía en la época escolar de Liam, Jacob y él habían estudiado juntos, pero ni en ese entonces ni ahora, había sido simpático. De modo que estaba bastante seguro que Ilian iba a pasarlo mal, porque el necio aquel se sentiría furioso al ser tratado de aquel modo, ya que él era de los que opinaba, por una parte, que los policías estaban por encima de todo el mundo y que no eran tratados con el suficiente respeto, y por la otra, odiaba con vehemencia a los invasores, y todo aquel que no hubiese nacido y crecido en Nilak, lo era para él.

  • Vamos a calmarnos – dijo Liam y miró a ambos hombres, pero se dirigió al mayor – Anthony, como ya te lo hemos dicho, y supongo que ellos también, los guardias no dejaron su puesto en ningún momento. En cuanto a los chicos, sí, estuvieron aquí, pues se sintieron preocupados por las personas a las que hallaron, pero se marcharon después que les dijimos lo que podíamos decir.
  • Pero ustedes dejaron entrar a la señorita Lisieux
  • Jacob, supongo que no estarás acusándola a ella de haber ayudado a ese hombre a abandonar el hospital, y si no es así, entonces no veo qué tiene que ver con lo que los ocupa
  • ¿Saben qué? No tengo nada más qué decir, mientras que sí tengo pacientes por atender, así que me marcho – dijo Ilian poniéndose de pie
  • No puede hacer eso, doctora
  • ¿Ah no? Solo míreme
  • Me obligará detenerla – la amenazó Jacob y Liam se puso de pie mirándolo en forma amenazante
  • ¿Bajo qué cargos, Jacob?
  • No estoy hablando contigo, Gastrell
  • Bien, entonces yo también me marcho, porque tengo el mismo deber que ella, así que si piensas detenerme, tendrás que decirme bajo qué cargos, Sidwell
  • Déjalo ya, Jacob – dijo Anthony mientras le hacía un gesto de asentimiento a Liam, porque Ilian ya había abandonado el despacho

Liam se dio mucha prisa para alcanzarla, pero cuando iba hacia la emergencia se detuvo y cambió de rumbo dirigiéndose hacia la salida, pues estaba bastante seguro que Ilian estaría tragándose  la cajetilla de cigarrillos para tranquilizarse, y en efecto así era.

  • Ilian…
  • ¡No se te ocurra decirme que moriré de un cáncer de pulmón! – le gritó
  • No iba a decir eso, que es algo que sabes tan bien como yo, sino que no puedes estar aquí con esta temperatura
  • ¡Vete al demonio, Liam, no eres mi madre!

Liam era una maravillosa persona y poseedor de una venerable paciencia, algo en lo que todos coincidían si era capaz de aguantarse a aquel portento de antipatía. Sin embargo, sabiendo que lógicamente Ilian no podía estar del mejor humor, decidió dejarla y volvió dentro, pero apenas estaba llegando a la emergencia cuando su móvil comenzó a repicar.

  • ¡Liam! – escuchó la alterada voz de Juliet, pero no tuvo ocasión de preguntarle nada – ¡Tienes que venir a la casa de Eddy!

Como no agregó una conveniente explicación, sino que cortó la comunicación, Liam corrió hacia la salida sin prestarle atención al doctor Graham que lo estaba llamando.

  • ¿Qué sucede? – preguntó Ilian




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