La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 16 Rescate

 

Nilak, Alaska. Octubre, 2007

La Unidad de Cuidados Intensivos no era muy grande y solo tenían allí a ocho pacientes, contando a los dos desconocidos, de manera que en cuanto se dio la alarma de evacuación, las enfermeras y los dos médicos que estaban allí, comenzaron a preparar a los enfermos conectándolos a los equipos portátiles. Como los dos desconocidos no estaban en el estado crítico de los demás, no fueron los primeros en ser atendidos, de modo que Iván no tuvo ningún inconveniente en cargar tanto con Lucía como con Radek, pero siendo que solo tenía dos manos, no podía cargar también a Juliet.

  • Señorita Juliet – le dijo a ella que lo había esperado en la puerta y ahora lo miraba con los ojos muy abiertos – sé que esto es muy impropio, pero como verá, no puedo alzarla a usted, de modo que si no le resulta muy violento, puede sujetarse a mi cuello y…
  • Deja de hablar tanto – le dijo ella pasando sus brazos alrededor del mencionado cuello

Como Juliet había vivido la experiencia en dos oportunidades seguidas y frecuentes, cerró con fuerza los ojos, pero le pareció que apenas lo había hecho cuando dejó de sentir aquella molesta sensación de mareo.

  • Puede abrir los ojos y soltarme – le dijo Iván

Juliet no era de la clase que iba por ahí sintiendo vergüenza por tonterías, pero en aquel momento y al abrir los ojos y tropezar con los de Iván, su piel adquirió un vergonzoso color granate, lo que lógicamente la hizo sentir muy mal. Iván fue consciente de ambas cosas, es decir, del evidente rubor y del malestar de la chica, y quizá por primera vez en su vida no diría una barbaridad.

Iván se apartó acercándose a una de las dos personas que estaban tendidas en el piso. Intentó despertar a Lucía, pero no lo consiguió, de modo que se acercó a Radek, aunque seguía sin tener idea de quién era aquel individuo y lo expresó en voz alta.

  • ¿Quién eres tú?
  • ¿De veras no lo recuerdas? – escuchó a Juliet
  • No

Aunque no sabía por qué hacía aquello, llevó su mano a la frente de Radek, y un momento después, para asombro de Juliet que no lo había visto hacer aquello con Lucía, pues estaba ordenándole a su corazón que dejase de latir de aquella estúpida manera, Radek abrió los ojos, y si bien pareció tomarse un momento para ubicarse, luego se incorporó con violencia.

  • ¡Iván! – exclamó

El aludido elevó las cejas, pues a pesar de que era evidente que aquel sujeto lo conocía, él no estaba en la misma posición, aunque sí sintió la misma sensación de familiaridad que había sentido la pasada tarde al escuchar su voz.

  • ¿Sabes quién soy? – preguntó muy neciamente en opinión de Juliet y les quedaría claro que también en la de Radek
  • ¿Eres estúpido o qué? – aquello ya le gustó menos a Iván – Claro que te conozco, aunque a veces quisiera que no fuese así

Iván notó que Radek lo estaba mirando con algo que identificó primero como curiosidad y luego como ira.

  • ¿Cómo me encontraste? – le preguntó, pero como Iván se limitó a mirarlo con sorpresa, Radek  agregó – Sea lo que sea, no quiero saberlo y es mejor que te largues. Y voy a matarte Erik – finalizó para sorpresa de Iván que no sabía a quién se dirigía con esa última afirmación, pues evidentemente no era a él
  • Wow, este definitivamente no es nada simpático y sí muy grosero – dijo Juliet y Radek la miró
  • ¿Otra vez tú? – preguntó, pero no esperó por una respuesta que obviamente no le interesaba, aunque la visión le hizo recordar que efectivamente la había visto y que se le hacía familiar – ¿Dónde demonios estamos?

Como Radek dijo aquello mientras se ponía de pie, Juliet  estuvo a punto decirle que lo hiciese con calma, pues acaba de despertar, pero se mordió la lengua y si aquel portento de antipatía caía, ella iba a reírse mucho. Sin embargo, se quedaría con las ganas, porque él no pareció registrar ningún malestar, pero igual quiso acomodarle un porrazo, pues la manta desechable con la que había estado cubierto, había rodado hacia el piso en cuanto él se había puesto de pie.

  • ¿Dónde está mi ropa? Y más importante aún ¿Por qué no la tengo encima?

Juliet se había girado, pero lo escuchó reír y sus ganas de golpearlo aumentaron en forma indecente.

  • Escucha, no sé exactamente qué nos sucedió, pero según entiendo, estuvimos en algún lugar cercano a la erupción de un volcán y… – estaba diciendo Iván
  • Y seguimos estando – lo interrumpió Radek que miraba en ese momento hacia el Ilaq
  • Bueno sí, pero ya hubo una erupción y estábamos ahí – le dijo mientras le alcanzaba la manta haciéndole un obvio gesto hacia la chica que seguía de espalda a ellos
  • ¿Desde cuándo tú tan…?
  • Escucha, no es correcto estar en esas… condiciones en presencia de una dama

Sin embargo, él no le prestó atención y lo que parecía pretender era alejarse.

  • ¡Ey! ¿Dónde crees que vas?
  • No es asunto tuyo
  • Déjalo, con suerte pesque una pulmonía y nos libre de su odiosa presencia – dijo Juliet
  • Sí serás necia, kandly, los devrigs no vamos por ahí contrayendo enfermedades como ustedes
  • ¿Los qué? – preguntó la chica




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