La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 22 Tensión

 

México-Bagdad-Riùrik. Septiembre, 2007

 

Alexander y su grupo, había estado en Centroamérica debido a un intenso movimiento de tierra registrado en esa zona, pero si bien no habían encontrado a los desaparecidos, se dedicaron a ayudar con los damnificados. Sin embargo, en un momento determinado, Zsiga y Dennis lo vieron sujetarse a lo que quedaba de una pared y llevarse la mano al pecho. Ambos, y de forma independiente, al captar aquello, corrieron hacia él.

  • ¡Alex!

Como era muy improbable que hubiese sufrido algún daño, ellos se miraron y pensaron lo mismo.

  • ¿Lucía? – preguntaron, pero al segundo siguiente, Dennis estaba llamando a Boris
  • ¿Sarì? – preguntó al llegar
  • No nos responde, Boris – dijo Dennis con desesperación

Aunque, y como ya se ha dicho, los levjaners respetaban mucho la privacidad de sus señores, había momentos  en los que se hacía necesario ignorar aquella norma con el fin de poder prestarles asistencia, sin embargo, por mucho que Boris se esforzó, no captó nada, pues con Alexander, aquella era siempre una tarea difícil debido a que era un Siglair y él no era Henri, por ejemplo, que tenía alguna ventaja con Phillipe por ser portadores del mismo poder. No obstante, no fue necesario que se esforzara, pues un momento después Alex abrió los ojos, pero lo que diría los confundiría mucho.

  • Yvaylo

Aquello fue dicho en un susurro casi inaudible, pero ellos escucharon lo mismo, y si bien Dennis no pensó en nada de nada, en los casos de Boris y Zsiga, aquello tuvo solo una traducción posible, misma que era absurda en sí misma, pues ellos pensaron que si algo le había sucedido a Yvaylo, era porque Dylan estaba en peligro, sin notar que si hubiese sido así, Alex habría mencionado a su padre y no a su levjaner. Todo eso pasó por sus mentes a toda velocidad y mientras Alex emprendía la veloz carrera, de modo que se apresuraron a seguirlo.

 

*************************

Una vez que Istvan había partido, Misha esperó, o bien verlo aparecer nuevamente con órdenes de llevar a Iyul de cualquier manera de vuelta a casa, o peor, verlo aparecer, pero con un Iziaslav en estado de furia, y si Misha estaba seguro de eso, era porque recordaba perfectamente dos hechos de naturaleza parecida acaecidos muchos años atrás.

En una ocasión, Andrei que como ya se ha dicho, era muy mujeriego, pero fuera de meterse en horrorosos líos de los que Sergei hacía su mejor esfuerzo por sacarlo, ninguno de ellos había enfurecido a su padre, pues no pasaban de ser enredos, los más serios, con alguna criatura que estuviese casada, en aquella, le dio por casarse. Sergei había enloquecido al punto de apalearlo, algo ya de por sí insólito, pero si bien Iziaslav había enfurecido con el necio de su hijo, fuera de largarle un furioso discurso, ordenarle a Sergei que arreglase aquel desastre, y encerrar a Andrei por varios meses en el palacio, no sucedió nada más. Pero el otro caso que Misha había recordado era el de Mikha, con mucho, el más problemático y más o menos por la misma razón que lo era el de Iyul, pues Mikha era el príncipe heredero en aquel momento, e Iziaslav no tenía problemas con que tuviese amantes por docenas, pero cuando el loco perdió la cabeza por una chica y decidió casarse sin siquiera participárselo a Radek por ejemplo, las cosas se pusieron muy mal, y aquello se convirtió en un baño de sangre. Cuando Iziaslav se enteró, el primero en perder la cabeza fue el jefe de la guardia de Mikha, por ese mismo camino, el que seguía era Radek, y lo que lo salvó, fue no haber estado en el lugar de los hechos; a Mikha le dio la paliza de su vida y también fue encerrado, y la pobre e inocente criatura con la que había contraído matrimonio, no vio otro amanecer.

De manera que Misha tenía los mejores motivos para estar preocupado, pero de la preocupación pasó al franco terror, pues llegó la hora pautada para el matrimonio y no había noticias de Istvan.

  • Iyul – dijo cuando los vio salir
  • Espera un momento en el auto, Kyv, por favor
  • ¿Sucede algo?
  • No, solo debo hablar un momento con Misha – le sostuvo la puerta mientras ella abordaba y luego se giró apartándose con el levjaner – Vete
  • ¿Qué?
  • Sé que esto puede traerte problemas, pero no voy a renunciar a ella, así que vete y nadie podrá…
  • No voy a ir a ninguna parte. Mi deber es estar contigo suceda lo que suceda

Una de las características de un devrig era el egoísmo, y aunque luchaban contra todo aquello que sabían que estaba mal en sus naturalezas, no siempre ganaban todas las batallas, de modo que Iyul no dijo nada más y abordaron el vehículo.

Fue una ceremonia civil sencilla a la que Misha asistió con resignación, y aunque de la última forma que podía sentirse era feliz, sí le deseó la mencionada felicidad a Iyul, a pesar de que no podía dejar de pensar en lo sucedido con Mikha y miró a Kyv con conmiseración.

La pareja de recién casados partió rumbo al hotel donde originalmente se había estado hospedando Iyul, tuvieron una comida tranquila, y al menos en ese momento, ambos estaban felices. Sin embargo, cuando abandonaron el comedor y estaban decidiendo a dónde ir a continuación, Iyul se llevó la mano al pecho y cayó de rodillas. Kyv entró en pánico, pues para ella aquello se traducía, lógicamente y desde su humana perspectiva, en que Iyul estaba sufriendo un ataque cardíaco, pero al mismo tiempo, sabía que era demasiado joven para eso.




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