La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 28 Desesperante

 

Riùrik. Octubre 2007

Derek que no era precisamente paciente, estaba a punto de atacar el cerebro de Louis, pues por la fuerza, y siendo que una de las cosas por las que se había distinguido Louis era por su habilidad para el ataque cuerpo a cuerpo, era improbable reducirlo. Lo afortunado fue que Henri saliese del shock y se introdujese sin miramientos en la cabeza de Louis.

  • Tranquilízate, ahora

La orden pasó en forma directa y el chico se relajó, de modo que mientras Henri apartaba a Andro con poca delicadeza, miraba a Derek con ganas de acomodarle un porrazo, pues en su opinión, el majadero aquel pudo haber hecho lo que él acababa de hacer.

  • Louis…
  • Lucía – dijo él interrumpiéndolo
  • ¿Cómo te…?
  • Lucía – repitió
  • Escucha, primero…
  • Lucía – insistió con terquedad

Derek, que nunca había tenido la mejor opinión de aquel chico, se rascó la cabeza y pensó que la de Louis o había quedado muy dañada después de tan largo sueño, o solo demostraba que siempre la había tenido igual de mal. Andro por su parte, lo que pensó fue que era mejor para Henri, contestar a lo único que evidentemente le interesaba a Louis. Sofía aún estaba a medio camino entre la sorpresa y la alegría. Y en el caso de Henri, recordando lo que le había repetido Alexander hasta el cansancio, le envió un urgente mensaje que él sizvitel acató con prontitud.

  • Louis, antes de cualquier otra cosa, tenemos…

Los otros tres presentes se tensaron, pues Louis sujetó a Henri por la chaqueta y clavó sus encendidos ojos en él.

  • Lu-cí-a – silabeó, pero agregó – Lo único que tienes que hacer es decirme dónde y cómo está
  • No podemos decirte dónde está, pero estoy seguro que ahora vamos a encontrarla – escucharon a Alexander, pero antes de que Louis pudiese decir nada más, les dio una orden a los demás – Déjenme solo con él

Derek y Andro estaban muy contentos de salir de allí, y si bien no era el caso de Henri, nadie se habría opuesto a una orden de Alexander.

  • Él no quería lastimar a nadie, tío – dijo Sofía cuando iba de salida
  • Lo sé, nidly – le dijo él guiñándole un ojo

Si bien Louis no había sentido especial afecto por ningún miembro de la familia real, fuera de Lucía, aquel era su gemelo  y el único al que Louis no le habría ni respondido mal, ni hecho nada por muy furioso que estuviese.

Alexander no era un lijenik ni un veldeky, pero estaba en capacidad de determinar el estado de la energía de cualquiera, de modo que, siendo que Louis no estaba herido, se concentró en la mencionada energía y en los pensamientos del chico. Como su energía solo estaba alterada por la ira, no le resultó especialmente difícil equilibrarla, y en el caso de sus pensamientos, el único que había, al menos de forma inmediata, era saber dónde y cómo estaba Lucía.

  • Necesito que me escuches con atención, Louis – le dijo

A continuación, pasó a explicarle cómo habían estado las cosas, algo que no le llevaría mucho tiempo, pero tuvo que aplicarse de nuevo a tranquilizarlo cuando añadió que su sueño había durado más de dos siglos, pero tuvo que aplicarse el doble, cuando le informó que Lucía llevaba todo ese tiempo desaparecida.

  • Yo siempre supe que mientras tú respiraras, ella también lo estaría haciendo – dijo para finalizar – y como dije al llegar, ahora que despertaste, estoy seguro que vamos a encontrarla

Y era algo de lo que en verdad estaba segurísimo, no solo porque había venido sintiendo que ella estaba a punto de aparecer, sino porque si Louis había despertado, era porque su hermana también. Ahora lo importante era averiguar dónde.

  • Y estamos perdiendo el tiempo –dijo Louis intentando incorporarse
  • Quiero que escuches una última cosa –le dijo y Louis lo miró – Tú sabes mejor que yo, lo mucho que Henri te aprecia. Durante todos estos años, y a pesar de que las cosas no han sido fáciles, algo de lo que luego podrás informarte…
  • Sé todo lo que hay que saber –lo interrumpió, y aunque eso extrañó a Alex en principio, luego pensó que se refería a lo que había dicho con relación al afecto de Henri
  • De acuerdo, entonces sabrás que independientemente de lo que tuviese que hacer, nunca te abandonó y casi todo su tiempo libre lo pasó la lado de tu cama
  • ¿Por qué me estás diciendo todo eso? –preguntó con una nota de fastidio – Tenemos que…
  • Y lo haremos, pero si te digo lo anterior, es para asegurarme de que lo que trataras con el respeto y la consideración que merece
  • Bien
  • ¿Louis?
  • Sí, ya sé y no voy a fastidiarlo

Alexander tuvo que darse por satisfecho con aquello, pues aunque él no había tenido prácticamente ningún trato con Louis, sabía tanto por su hermana como por los miembros del Arkel, que aquel era uno de los seres más difíciles del mundo, algo que había comprobado Alex en la oportunidad en la que determinó con espeluznante claridad, que Louis quería matar a Lucien por hablar como lo hacía de Lucía, y él tuvo que enviarlo a un calabozo para salvar su cabeza.




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