La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 29 Alexander

 

Riùrik. Octubre 2007

Alexander no solía equivocarse, pero cuando los sentimientos están involucrados, pueden cometerse errores de juicio. De manera que él seguía empeñado en que su hermana iba a aparecer en algún lugar cercano a donde se había sucedido la desaparición inicial, así que estaban rastreando cualquier anomalía registrada, básicamente, en la cordillera alpina desde Alemania hasta Francia, haciendo mayor énfasis en los Apeninos, pues la desaparición se había registrado en el Vesubio que se alza al sur de la cadena principal de los Apeninos.

Louis al igual que Lucía, y aunque esto no se debía a su extraña conexión, había tenido desde siempre mayores problemas con el frío, y fue lo más difícil durante su entrenamiento cuando estaba seguro que Yuri quería matarlo; y si bien había aprendido como era debido, tal vez por el tiempo que llevaba inactivo, en esta oportunidad le estaba afectando mucho, aunque él decía que no.

  • Alex, creo que ese chico no…
  • ¡Ey! – exclamó el chico mirando muy mal a Zsa Zsa

Como bien sabemos, si por algo no se caracterizaba Louis era por su dulce carácter, era decididamente antipático y no hacía distinción entre mujeres y hombres. Sin embargo, lo que extrañó a Zsiga, que naturalmente se había levantado en cuanto había percibido la corriente de negatividad, fue el auténtico e inexplicable deseo de aquel loco peligroso de atacar a su hermana cuando ella ni siquiera había alcanzado a decir nada en realidad. Sin emabrgo, Louis dejó de mirar a Zsa Zsa para fijar sus ojos en Zsiga.

  • Solo inténtalo y dejarás a la zorra de tu hermana sin…
  • ¡Louis! – lo silenció Alexander y sujetándolo lo apartó del grupo – Escucha, sé que te interesa encontrar a mi hermana, pero eso no te da derecho a insultar a la de Zsiga
  • La verdad no es insulto – dijo él tercamente

Era posible que Louis estuviese dispuesto a aceptar y a tratar como correspondía a Alexander y hasta a Dylan por ser el hermano y el padre de Lucía, pero eso no se extendía a nadie más. No obstante, Alex no lo estaba a permitir que se insultase a Zsa Zsa en su presencia, y era algo que le había quedado claro incluso a Iyul, quien no sentía ninguna simpatía por la chica.

Mientras Alex hablaba con Louis, Edin se había acercado a los Varhidi, y aunque Zsiga ya se llevaba mejor con él, lo miró mal.

  • Si tú también vienes a…
  • Tranquilízate, Zsiga – lo interrumpió él y miró a Zsa Zsa – No le hagas mucho caso, Louis no es de la clase agradable con nadie
  • Posiblemente, pero supongo que todos seguirán pensando igual de mí, siempre – dijo ella y se alejó

Edin no era una mala persona, y de hecho, cuando se trataba de mujeres y niños, era muy delicado, y aunque él conocía bien el pasado de Zsa Zsa, le constaba que hacía muchos años que había cambiado su comportamiento; era cierto que le seguían gustando los chicos, sobre todo los jóvenes, pero no los había vuelto a asaltar y no tenían ni siquiera noticias de que se hubiese enredado con ninguno, de modo que Edin sintió el incontenible deseo de asestarle al bocón aquel, pues si no le había sentado bien antes, cuando los ZD, sobre todo, hacían comentarios que él consideraba impropios y aun cuando Zsa Zsa hubiese hecho algo indebido, menos ahora que no lo había hecho.

Después que Alexander había reñido a Louis, se había ocupado de su maltratada humanidad, pues efectivamente tenía los labios cuarteados, la piel azulada, una temperatura corporal riesgosa y los latidos de su corazón de habían ralentizado. Una vez que había resuelto todo aquel desastre y lo había estabilizado, continuaron su camino. Sin emabrgo, habían avanzado más bien poco, cuando Dennis cayó alcanzado por un par de flechas. Aunque todos  conocían el poder de Alexander, y habría sido necio pensar que necesitaba protección, Boris se lanzó sobre él tirándolo al piso y cubriéndolo con su cuerpo. Ya Alexander no se molestaba con él por hacer aquello, sino que se limitaba a apartarlo y a ocuparse de lo que fuese necesario.

Mientras Alex, Edin y el grupo de levramzyks se ocupaban de ubicar a sus atacantes, Zsa Zsa y Zsiga habían alcanzado a Dennis e intentaban sacarlo de la línea de ataque.

  • Yo me hago cargo, Zsiga – dijo Zsa Zsa

Zsiga asintió y se fue con los demás. Zsa Zsa extrajo las dos flechas, pero pensó que el veneno utilizado debía ser sumamente agresivo, pues a Dennis le estaba costando respirar y sus ojos habían enrojecido y no por los motivos habituales.

Entre tanto, los demás estaban enfrentando un ataque que en primera instancia habían creído se trataba de un grupo de razverevied, así que en principio intentaban solo reducirlos, algo que Louis no entendía, pues la conducta a seguir con aquellos indeseables, era despacharlos sin mucho miramiento. Lo que Louis no sabía, era que hacía algún tiempo, Dylan había introducido un proyecto de ley que terminaría por aprobarse, y que establecía respetar la vida de los razverevied, basado, como siempre, en el respeto a la vida que siempre lo había movido, esgrimiendo que aquellos desdichados no eran responsables ni por lo que les había sucedido, ni por su comportamiento, que era derivado de una mala o nula atención después de una transformación, así que ahora, lo que hacían era reducirlos, si era posible, y luego eran llevados al Haigala para ser atendidos de las posibles heridas, y con posterioridad eran trasladados a un ala especial del Valkinka, donde los lijeniks que se habían especializado en la psiquiatría, comenzaban el duro trabajo de reorientar sus conductas, y cuando eran casos muy difíciles, solicitaban la ayuda de Liever o Henri, y con menos frecuencia la de Derek y nunca la de Michel, en el caso del primero por su escasa paciencia, y en el del segundo por su anarquía.




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