La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 34 Mikha

 

Riùrik. Octubre 2007

Iván y Radek habían sido dejados en un calabozo del Laki como había ordenado Yves, pero una vez que quedaron solos, Radek golpeó la pared.

  • Voy a patear a Ynli – dijo de pésimo humor

Iván por su parte, se había recostado a la pared e intentaba poner orden en sus caóticos pensamientos. Él no había recuperado en realidad la memoria, y lo que sucedía era que lo dicho por Radek con relación a quiénes y qué eran, no le había parecido una fantasía y lo encontraba muy normal. Era cierto que algunas imágenes se le habían hecho muy familiares, pero si bien estaba seguro que conocía a Lucía, no le sucedía exactamente lo mismo con Radek, pues fuera de un lejano aire de familiaridad, no había recordado nada con relación a él. Las otras tres personas a las que había recordado, eran su hijo, su padre y a su amigo Iliar, pero sin mayores detalles y más o menos de la misma forma que recordaba a Lucía.  Por otra parte, estaba seguro de pertenecer a una época muy distante a la actual, y aunque Radek había confirmado eso, ninguno de los dos sabía a dónde se había ido el tiempo. Así que ahora, cuando supuestamente habían regresado a casa, lo que menos le preocupaba era estar en un calabozo y lo que quería era respuestas.

********************************************

A Kireg, Anatoly y Aritz, les había costado mucho tranquilizar a Iliar, algo poco usual con aquel individuo, pues desde siempre, el problema con Iliar había sido su aparente incapacidad para tomarse las cosas en serio, y esto iba desde la organización de un ataque hasta el ataque en sí, pues sin importar en qué situación estuviese, él parecía encontrarlo igual de divertido. Sin embargo, desde que Iván había desaparecido, aquel chispeante humor pareció desaparecer con su amigo, y el único que aseguraba que no era así, era Derek que era quien tenía que soportarlo. Lo que Derek ignoraba, y en realidad solo lo sabían Kireg y Darko, era lo que había dicho Liever al respecto, y era que aquel comportamiento de Iliar con Derek, era un desesperado intento de su psiquis por aferrarse a algo que lo mantuviese unido a Iván, y como desde que Derek había llegado a sus vidas, ese punto de unión era él, pues ambos, desde que habían conocido al pequeño Saint-Claire, se habían comprometido mucho a mantenerlo con vida a pesar de conocer la profecía que anunciaba su muerte. No obstante, para el resto del mundo, el Iliar que habían conocido, había desaparecido casi del mismo modo que Iván, pues la otra característica más destacada de Iliar, era su incapacidad para guardar silencio, pues casi desde que había aprendido a hablar, no había dejado de hacerlo hasta el nefasto día de las desapariciones.

Pero en aquel momento, lo que los tres levjaners estaban recordando era, que si bien Iliar era hablador y bromista, razón por la cual en raras ocasiones se molestaba, pues cuando alguien conseguía fastidiarlo mucho, comprobaba por el camino difícil la peligrosidad de aquel individuo en combate cuerpo a cuerpo, cuando enfurecía, sin importar que el motivo fuese válido para alguien más, las cosas podían complicarse mucho, porque Iliar era portador del don de la tierra, así que los desastres que podía causar en momentos así, eran verdaderamente catastróficos, como lo sucedido cuando Iván había dejado la tribu por el asunto de Airla. Aunque Iván le había asegurado en ese entonces, que volvería una vez que se resolviese el matrimonio de Airla, Iliar no estaba muy seguro de que Iziaslav fuese a aceptarlo, pues ya había amenazado con expulsarlo de la tribu si no obedecía, de modo que había montado en cólera una vez que Iván se había marchado y se había ido derecho a pelearse con Darko, aunque no había sido él quien metiese aquella idea en la cabeza de su hijo, pero como ya se dijo, los motivos de Iliar no necesariamente debían ser claros para nadie más; el asunto fue que en medio de la discusión, Kireg quiso obligar a Iliar a guardar silencio de forma más violenta y fue cuando se desató el infierno, porque la ira de Iliar alcanzó su zénit y la tierra comenzó una enloquecida danza que terminó abriendo una grieta que atravesó el campamento dividiéndolo en dos. Entre Ander y Airla lograron calmarlo, pero a todos, Iziaslav incluido, les quedó clarísimo que molestar al muchachito aquel, era más bien peligroso, pues para entonces, y si bien estaban habituados a que los portadores de los dones de Maikata Priroda, tuviesen algún poder sobre los elementos que les eran afines, aquel nivel de destrucción no era lo habitual y menos en un individuo tan joven, y hasta la fecha, el único que había destacado por ello era Iván y a quien todos temían debido al peligroso poder del que era portador.

Por todo lo anterior, en el presente y cuando los levjaners sintieron que el piso comenzaba a vibrar, decidieron que o bien dejaban a Iliar sin sentido para lograr equilibrar sus emociones, o verían impotentes cómo les caía todo el castillo encima, porque el otro portador de aquel poder, que era Anatoly, podía intentar contenerlo, pero por experiencia sabían que por ese camino no podrían detener todo el desastre.

Entre tanto en el calabozo, Radek dejó de proferir insultos en contra de Yves mientras que Iván se ponía de pie.

  • Iliar – murmuró

No todos los devrigs estaban en capacidad de determinar si una actividad sísmica era natural o producida por alguien que manejase aquel poder, pero en este caso, y aunque no sabía por qué, Iván estuvo positivamente seguro de que aquello era obra de su amigo.

  • Sin importar cuánto tiempo digan que ha pasado, es evidente que Iliar Drachavo sigue siendo un payaso si aún considera divertido…
  • Está furioso – lo interrumpió Iván




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.