La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 35 No es su hija

 

Riùrik. Octubre 2007

Si bien Iyul había salido con mucha carrera, ralentizó un tanto la misma cuando llegó a donde había determinado se encontraba Kyv, y justo en ese momento iba saliendo Aleksèi.

  • Iyul – dijo el veldeky con cierta sorpresa – No deberías estar…
  • Necesito verla – lo interrumpió él

Aleksèi se había enamorado muchas veces, pero nunca había amado realmente, algo por lo que agradecía a sus dioses, ya que no era que opinase exactamente igual que Lucien, pero había visto tanto sufrimiento por causa del bendito amor, que había concluido que  aquello era lo peor que podía sucederle a cualquiera. Él estaba consciente que no a todos les iba igual, pues tenía el ejemplo de Jovanka y Milorad, o Istziar y Derek, e incluso sabía que sus padres se habían amado o él no habría nacido, pero como pensaba que había más de los otros, cuyo mayor exponente era Dylan, y era un caso que había vivido muy de cerca, y en realidad seguía viviendo, entonces seguía pensando igual. Sin embargo, como también había sido puesto al tanto de quién era aquella chica, y de hecho estaba siendo tratada con el protocolo correspondiente y como la princesa de su raza que ahora era, no puso objeciones, pero sí consideró importante hacer una advertencia.

  • No es mi intención impedírtelo, pero te sugiero tener mucho cuidado. Lamento decirte que su recuperación ha sido muy difícil, y aunque ya está bastante mejor – se apresuró a agregar al sentir el dolor de Iyul – aún está en extremo sensible. En este momento está dormida, pero no sedada, de modo que puedes despertarla si lo deseas o esperar a que lo haga por sí misma.
  • Dhavjà – le dijo él y Aleksèi le abrió la puerta

Si bien los ojos de Iyul a donde primero se dirigieron, fue hacia la figura en la cama, también captó la oscuridad de la habitación, así como la temperatura. Se acercó con cautela, acarició los cabellos de Kyv y sintió un enorme dolor al imaginar el de ella, pero también en la terrible posibilidad de haberla perdido, y volvió a sentirse enormemente agradecido con Dylan. Si bien él se había planteado la posibilidad de transformarla, y aunque eso desató un terrible conflicto interno, porque hacía muchísimo tiempo que se habían hecho el propósito de no transformar a nadie y se habían mantenido fieles a eso, también pensó que si su padre lo había hecho, o lo había ordenado, en el caso de Mia, él tenía el mismo derecho. No obstante, sucedió lo de Lucien y él había corrido, algo por lo que ahora se reprochaba, porque si bien amaba a su hermano, pensó que si la hubiese llevado con él, todo aquello no habría sucedido, pero el largo ejercicio de preocuparse por Lucien, lo había conducido a cometer un error de juicio, y de no haber sido por Dylan, la habría perdido.  Aunque estaba inmerso en sus pensamientos, se tensó al percibir que el ritmo de la respiración de Kyv cambiaba, porque si bien sabía lo que había sucedido y que ella lo sabía también, lo que nadie le había dicho era cuál había sido su reacción, así que existía la terrible posibilidad de que ella lo odiase o que odiase lo que ahora era.

Sin embargo, cuando ella abrió los ojos, estos doblaron de tamaño y una sonrisa comenzó a dibujarse en sus labios, pero la misma se detuvo y su expresión general fue de preocupación.

  • ¿Puedes estar de pie? – preguntó

El escándalo que tenía el corazón de Iyul era tan grande, que a pesar de que Kyv tenía poco tiempo de transformada, pudo percibirlo y se angustió pensando que era una mala idea que él estuviese allí. Mientras que Iyul lo que estaba era tan emocionado al percibir primero alegría y luego preocupación en ella, que sus ojos se llenaron de lágrimas, lo que no contribuyó a la paz mental de Kyv.

  • Iyul…
  • Sí, mi amor – le dijo sujetando una de sus manos y besándola – y aunque no pudiera, habría venido arrastrándome si hubiese sido esa la única manera de estar a tu lado

Kyv intentó moverse, pero para ella en verdad era no solo doloroso, sino muy difícil todavía, así que él la sujetó con delicadeza.

  • No te muevas, cielo – le dijo – cualquier cosa que necesites, yo lo haré por ti y hasta que puedas hacerlo por ti misma
  • No puedes abrazarte por mí – le dijo

A pesar de que Iyul ciertamente quería no solo abrazarla, sino no soltarla nunca más, se contuvo, acarició su rostro y luego fue inevitable que descendiese sobre sus labios. Aunque la situación habría podido escapársele de las manos con rapidez, en ese momento Iyul comprendió a cabalidad lo que dijese Dylan en una ocasión, de nuevo refiriéndose a su negativa de ir por Sophie, pues él, muy inconscientemente, como ahora sabía que había sido, había seguido insistiendo.

  • No, Iyul, cuando amamos a alguien como yo la amo a ella, lo que yo quiera o necesite, carece de importancia, pues ella y su felicidad, siempre estará por encima no solo de mí, sino de cualquiera o de cualquier cosa.

De manera que se separó, y no se sintió mal por eso, sino que por el contrario, se sentía feliz y afortunado solo por saber que ella estaba viva, que podía verla, cuidarla y tenerla por el resto de su vida.

  • Perdóname, mi amor
  • ¿Por qué?
  • Por haberte dejado como lo hice. No debí…
  • No – lo detuvo – no tengo nada qué perdonarte, no es un crimen que ames a tu familia, eso solo confirma lo maravilloso que eres, y me siento afortunada de poder…
  • El afortunado soy yo por tenerte en mi vida, por amarte y que se me haya concedido la enorme dicha de que tú me ames




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