Riùrik. Octubre 2007
Como habían acordado que todos se quedaran en Levzheir, al salir del salón, Dylan detuvo a Yvaylo.
Yvaylo asintió y fue tras su padre y su abuelo, y cuando llegaron a las dependencias de Darko, notaron que Iván lo miraban todo, pero seguía sin que nada le resultara familiar.
Si bien eso era algo que había estado haciendo prácticamente desde que había recuperado la consciencia, como al mismo tiempo estaban sucediendo otras cosas o Eddy estaba hablando, no se había sentido como se sentía ahora.
Aunque no estaban muy seguros de que Iván hubiese prestado mucha atención, pues seguía con la mirada perdida, no insistieron en eso.
Aunque podría no haberlo hecho, sabía que Iván iba a enterarse lo mismo, porque podía ser que no recordase nada, pero no había perdido su habilidad. Iván por su parte, y si bien experimentó un dolor sordo en el pecho, seguía sin recordarla realmente.
Pasaron un rato más escuchando otros nombres o cosas que él había recordado y hasta que les llevaron la comida, momento en el que Iván arrugó el entrecejo, algo que extrañó a Darko, porque si bien después de la maldición, no era que comiesen en grandes cantidades como antes de ésta, el único problema de Iván con la comida se había presentado mucho más adelante en el tiempo, pues el mismo refinamiento que había adquirido su hijo en el aspecto social, lo aplicaba a la comida, de modo que comía las cosas más ridículas en opinión de Iliar.
Y efectivamente Iván comprobaría que aquello sabía mucho mejor. Después de eso se presentó Iliar, y en realidad había demorado mucho, en opinión de Yvaylo y de Darko, pero Kireg había estado reteniéndolo aduciendo que Iván necesitaba estar con su familia, pero finalmente Iliar se había hartado, y si Kireg no hubiese sido tan rápido como todo Drachavo, Iliar le habría acomodado un puñetazo. Tanto Darko como Yvaylo sonrieron al escucharlo, pues de un momento a otro, había regresado el Iliar que todos conocían y estaba hablando hasta por los codos. Kireg se había acercado un poco más tarde intentando disculpar a su hijo.
Eso era algo que no habrían podido olvidar ni aunque quisieran, pues Iziaslav casi expulsa a los dos angelitos cuando ellos se indignaron mucho el día que pretendió enviarlos a hacer algo por separado, pues necesitaba convencer a un par de jefes tribales, de la inconveniencia de molestarlo, pero los niños y para horror de sus progenitores, se negaron a ir si tenían que hacerlo por separado, como cabía esperar, Iziaslav montó en cólera, y aunque él solía tener en consideración a todos los levjaners e incluso a los hijos de éstos, aquellos dos ya habían hecho suficientes méritos para rifarse su ira. Sin embargo, Mikha había intervenido, y aunque nadie supo qué había hecho o dicho, logró evitar el desastre, pero Iván parecía igualmente decidido a agenciárselo de una manera o de otra, pues aún tuvo la desfachatez decirle a Iziaslav, que cumplirían con el castigo que había impuesto, una vez que estuviesen de vuelta, pues primero debían acomodarle las ideas a los dos tipos que estaban fastidiando. Así que no, nadie era susceptible a olvidarlo.
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situaciones incomprensibles, enemigos peligrosos, reencuentro persecusiones
Editado: 13.07.2022