La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 36 ¿Y ahora qué?

 

Riùrik. Octubre 2007

Como habían acordado que todos se quedaran en Levzheir, al salir del salón, Dylan detuvo a Yvaylo.

  • Ve con ellos – le dijo señalando a Iván y a Darko
  • Rybik…
  • Anda, en cualquier caso, yo no me voy a mover de aquí
  • De acuerdo, pero si me necesitas…
  • Descuida, ve, yo estaré con Lucía

Yvaylo asintió y fue tras su padre y su abuelo, y cuando llegaron a las dependencias de Darko, notaron que Iván lo miraban todo, pero seguía sin que nada le resultara familiar.

  • No te angusties, syn. Estoy seguro que esto va a resolverse
  • Es muy frustrante, haryk, porque siento que los recuerdos están ahí, pero…no puedo alcanzarlos – dijo con la mencionada frustración
  • Dijiste que recordabas una batalla, haryk – dijo Yvaylo – pero siendo que has estado en muchas ¿podrías ser algo más específico?
  • Quisiera, pero no, no puedo, porque solo recuerdo eso, que estaba en una y que todos vestíamos igual, pero nada más
  • Iván, también dijiste que habían llegado algunas imágenes – dijo Darko
  • Sí, pero son como borrosas, como cuando tienes un sueño y por mucho que intentas recordar, te resulta imposible
  • De acuerdo, no te esfuerces y esperaremos a la evaluación de mañana – pero él seguía con la mirada de alguien que efectivamente intenta recordar algo

Si bien eso era algo que había estado haciendo prácticamente desde que había recuperado la consciencia, como al mismo tiempo estaban sucediendo otras cosas o Eddy estaba hablando, no se había sentido como se sentía ahora.

  • Recuerdo algunas cosas específicas de la que supongo era mi vida, pero…
  • ¿Qué cosas? – preguntó Yvaylo
  • Una derevnya, un kayrit… – hizo una pausa – ¡Mi arco! – exclamó y miró a Darko – ¿Tenía uno, verdad? – pero Darko no le respondió, sino que desapareció y volvió enseguida con uno que Iván tomó y después de mirarlo largo rato miró a Darko
  • ¿Era bueno con esto?
  • Como todo devliano, syn, pero lamento decir que nunca tanto como tu rybik – le dijo con cierta nota de humor y a Yvaylo le provocó asestarle, pues le parecía que su padre no estaba como para bromas
  • No le hagas caso, haryk. Tal vez no recuerdas eso tampoco, pero este individuo puede ser muy irritante

Aunque no estaban muy seguros de que Iván hubiese prestado mucha atención, pues seguía con la mirada perdida, no insistieron en eso.

  • He recordado también algunos nombres, y aunque no tenían una cara, algunos la adquirieron hoy, pero otros… – y dejo la frase inconclusa, pero los otros dos se tensaron, pues percibieron con claridad uno de esos nombres – Adrik – murmuró y a Yvaylo se le encogió el corazón, y a Iván le resultó fácil percibir la repentina tristeza y clavó sus ojos en él
  • Era mi madre – dijo

Aunque podría no haberlo hecho, sabía que Iván iba a enterarse lo mismo, porque podía ser que no recordase nada, pero no había perdido su habilidad. Iván por su parte, y si bien experimentó un dolor sordo en el pecho, seguía sin recordarla realmente.

Pasaron un rato más escuchando otros nombres o cosas que él había recordado y hasta que les llevaron la comida, momento en el que Iván arrugó el entrecejo, algo que extrañó a Darko, porque si bien después de la maldición, no era que comiesen en grandes cantidades como antes de ésta, el único problema de Iván con la comida se había presentado mucho más adelante en el tiempo, pues el mismo refinamiento que había adquirido su hijo en el aspecto social, lo aplicaba a la comida, de modo que comía las cosas más ridículas en opinión de Iliar.

  • ¿Qué sucede, Iván? ¿No tienes hambre?
  • No es eso, es que… lo que he estado comiendo no me resulta agradable
  • No te preocupes, haryk, eso es porque has estado entre ikedevs

Y efectivamente Iván comprobaría que aquello sabía mucho mejor. Después de eso se presentó Iliar, y en realidad había demorado mucho, en opinión de Yvaylo y de Darko, pero Kireg había estado reteniéndolo aduciendo que Iván necesitaba estar con su familia, pero finalmente Iliar se había hartado, y si Kireg no hubiese sido tan rápido como todo Drachavo, Iliar le habría acomodado un puñetazo. Tanto Darko como Yvaylo sonrieron al escucharlo, pues de un momento a otro, había regresado el Iliar que todos conocían y estaba hablando hasta por los codos. Kireg se había acercado un poco más tarde intentando disculpar a su hijo.

  • No seas necio, hombre – dijo Darko – Míralos, y supongo que recuerdas que no es buena idea intentar separar a esos dos ¿no?

Eso era algo que no habrían podido olvidar ni aunque quisieran, pues Iziaslav casi expulsa a los dos angelitos cuando ellos se indignaron mucho el día que pretendió enviarlos a hacer algo por separado, pues necesitaba convencer a un par de jefes tribales, de la inconveniencia de molestarlo, pero los niños y para horror de sus progenitores, se negaron a ir si tenían que hacerlo por separado, como cabía esperar, Iziaslav montó en cólera, y aunque él solía tener en consideración a todos los levjaners e incluso a los hijos de éstos, aquellos dos ya habían hecho suficientes méritos para rifarse su ira. Sin embargo, Mikha había intervenido, y aunque nadie supo qué había hecho o dicho, logró evitar el desastre, pero Iván parecía igualmente decidido a agenciárselo de una manera o de otra, pues aún tuvo la desfachatez decirle a Iziaslav, que cumplirían con el castigo que había impuesto, una vez que estuviesen de vuelta, pues primero debían acomodarle las ideas a los dos tipos que estaban fastidiando. Así que no, nadie era susceptible a olvidarlo.

  • Lo único que lamento, es que ahora no tendré que soportarte solo a ti – dijo Darko y se alejó con rapidez antes de que Kireg le asestase y mientras Yvaylo reía




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