La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 38 Buscando respuestas

 

Riùrik. Noviembre 2007

 

En medio del caótico estado al que los había lanzado Lucía, quienes parecían estar peor, aparte de Dylan, lógicamente, eran Iziaslav y Lucien, porque si bien Iziaslav estaba al tanto de que la energía de Seren residía en su nieto, no era el caso de Lucien. A pesar de que él siempre había sido consciente de la esencia Siglair, que como era natural, estaba presente en la del gemelo, él intentaba ignorar eso como lo hacía con el resto de los descendientes de Sophie y como lo había hecho siempre cuando, por cualquier motivo, se había cruzado con algún Saint-Claire hombre en el pasado. No obstante, ahora, y después de escuchar a Lucía, estaba mirando con franco horror a Alexander, pero más allá de eso, prestó la atención que no había prestado antes y el veneno del rencor que seguía instalado en sus venas, comenzó a hervir a una velocidad impresionante.

Alexander por su parte, y aunque fue consciente de esto, no estaba como para ocuparse de Lucien, de modo que solicitó ayuda a los únicos que consideró, estaban en posición de brindársela en aquel momento. Y para complicar las cosas todavía más, Lucía sujetó el brazo de Lucien, porque Mikha sabía la manía que le tenía su hermano a Seren, aunque siguió dirigiéndose a Alexander.

  • Mira, sé que según la opinión de todos, aunque no en la mía, claro está, soy irritante, así que supongo que lo fui lo bastante como para que me sacudieras ¿no?
  • En realidad… – comenzó Alex
  • En realidad estás diciendo tonterías, Mikha – lo interrumpió Radek
  • ¿Ah sí? ¿Entonces por qué Andrei parece que fuera sufrir un ataque o algo así? Y tú quédate quieto, rybik, o voy a acomodarte un puñetazo – finalizó mirando a Lucien

La situación había pasado de caótica a inmanejable, y si bien la mayoría fue consciente de lo que estaba sucediendo, lo que no entendían era por qué. No obstante, Radek que parecía ser el único que conservaba la calma, se dirigió a Iziaslav.

  • Sarì, permíteme hablar con este individuo – pidió mientras transmitía otra cosa a Yves – Sácalos a todos de aquí, ya, y luego regresa

Aunque en otras circunstancias eso habría estado más bien difícil si ellos no colaboraban, Yves transmitió la petición de Radek a los levjaners, pues si bien ellos estaban tan sorprendidos como todos, estaban entrenados para tomar decisiones y acciones rápidas, de modo que aprovecharon el momentáneo estado de todos y los sacaron de la enfermería. Sin embargo, una vez fuera, comenzaron a reaccionar cada uno de acuerdo a su naturaleza.

Iziaslav comenzó a pelearse con Milorad y con Janos; Iyul se había dejado caer en el piso sujetándose la cabeza con las manos; Derek,  Michel y Henri, hablaban en apresurado francés, pero nadie les estaba prestando atención; Armand se ocupaba de estabilizar a Dylan, que una vez que había salido, se había llevado la mano al pecho; y Alexander se ocupaba de Lucien, quien como de costumbre, era la estrella del desastre y había comenzado romper cosas, pero en medio de ello, Itlar agradeció que no los hubiese obsequiado con la misma clase de reacción que tuvo cuando se peleó con Dylan. Istvan por su parte, se había ocupado de proteger el espacio donde se hallaban Radek, Yves y Lucía, y no porque pensara que sus parientes no tuviesen derecho a saber lo que decían, sino para evitar que ella se enterase del desastre que estaba teniendo lugar en el pasillo.

Entre tanto y una vez solos, Radek tomó aliento, pero antes de que pudiese decir nada, ya Lucía lo estaba haciendo.

  • ¿Se puede saber qué demonios…?
  • Lo único que puedes hacer, es cerrar la boca y escuchar. No me obligues a silenciarte de otra manera

Ellos no sabían cómo iba a reaccionar, pues Mikha, y por muy furioso o preocupado que estuviera, aunque eso último había sido poco habitual en él al menos con ellos dos, no solía agredir a Radek, aunque no por eso siempre resultaba fácil que se callara y escuchara cualquier cosa que intentase decirle, pero no sabiendo cómo iba a reaccionar un Mikha en el cuerpo de Lucía, se prepararon lo mismo para defenderse de cualquier posible ataque. Pero en el caso de Yves, se preparó el doble, porque él sabía que Radek adolecía de paciencia, y ya estaba harto de que todos hubiesen intentado darle una explicación a Lucía y de que ella no los dejase.

  • Como todos han estado intentando decirte, sufrimos alguna clase accidente, pero quien puede darte los detalles del mismo es Ynli, porque yo estoy en las mismas condiciones que tú
  • Seguro que no, tú estás libre y a mí me tienen preso en una cama. Además, ya entendí lo del accidente – puntualizó

Aunque ellos pensaron que era un milagro que hubiese entendido algo cuando no había dejado hablar a nadie, comprobarían que no por no dejarlos hablar, no escuchaba, algo que Radek recordó era una de las características de Mikha, es decir, parecía que no escuchaba por estar hablando, pero sí lo hacía, así que prestó atención.

  • El asunto es que o eres un mentiroso o no sabes una maldita cosa, porque primero me dijiste que nos había atacado una vidmagy, y ahora me dices que fue un accidente, así que…
  • Te dije lo que sabía – dijo Radek – Ynli, tu turno
  • Escucha con atención, porque es algo complicado – le advirtió Yves – Quien los atacó no fue Seren como estás pensando y…
  • Ya decía yo – interrumpió, pero Yves no le prestó atención
  • … quien lo hizo fue otra vidmagy igualmente peligrosa
  • ¿En verdad dejaste que una vidmagy nos fastidiara? – cuestionó mirando a Radek
  • Mikha, Radek hizo lo que pudo teniendo en cuenta que estaba herido – acotó y ella clavó los ojos en Radek
  • Estoy bien ahora – aseguró él, sabiendo que por eso lo miraba de aquella forma, así que Yves continuó
  • Ahora viene la parte complicada




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