La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 42 El mundo es diferente

 

Riùrik. Noviembre 2007

Cuando Iván dejó a los svetsniks y regresó donde estaban Derek y Henri, el segundo fue el primero en verlo y se puso de pie.

  • ¿Qué sucedió?
  • Nada que…
  • ¿Nada? ¿Entonces que…?
  • No me grites, pequeño Saint-Claire, sabes que por bueno que seas, eso no…
  • ¡Iván! –exclamó él ignorando lo que Iván estaba diciendo

A continuación se le fue encima y lo envolvió en un fuerte abrazo que en esta ocasión, y a diferencia de la anterior, le fue devuelto con el mismo entusiasmo.

  • Me alegra mucho… es decir… no sabes…
  • Yo también me alegro de verte, pero ahora andando, porque tengo mucho que hacer

Henri sonrió, porque si bien Derek no era que hubiese ido por ahí con cara de funeral, por miserable que se sintiese, y él sabía que así era, verle aquella sonrisa de auténtica felicidad, le alegró sinceramente. Sin embargo, cuando llegaban a Levzheir, Iván se detuvo y lo miró.

  • ¿Qué?
  • Ahora que recuerdo, tú estás casado y tienes dos hijos
  • En realidad tres, pero…
  • Entonces vete a casa –dijo y le dio la espalda para continuar subiendo las escaleras
  • ¡Ey! –lo detuvo atravesándose en su camino – Dijiste que teníamos mucho qué hacer
  • Dije que yo tengo mucho qué hacer, tú lo que…
  • ¿Eres estúpido o qué?

A partir de ahí, se enfrascaron en una inútil discusión, como Henri sabía que sería, y por otra parte, aunque aquello era muy familiar, pensó que les había llevado más bien poco retornar a su rutina habitual. Finalmente Iván o bien se hartó, o recordó que ya podía pasarse el día discutiendo y Derek seguiría empeñado en lo que fuera el motivo de la discusión, de modo que continuó y así llegaron hasta donde se hallaba Iliar.

  • ¡Vaya! Ya era hora y en realidad estaba pensando en ir a…
  • ¿De qué hablas? Apenas… –estaba diciendo Derek, pero se detuvo al recordar donde habían estado y entrecerró los ojos – ¿Cuánto tiempo hace que nos marchamos?
  • ¿Estás enfermo, pequeño Saint-Claire? ¿O ahora fuiste tú quien perdió la memoria? Porque…
  • ¡Con un demonio, Iliar! –lo interrumpió Iván

Sin embargo, ahora fue Iliar quien sonrió y olvidándose de Derek, caminó hacia Iván.

  • ¡Has regresado!

Henri se preguntó qué le sucedía al loco aquel, porque desde luego había regresado hacía un par de días. Lo que Henri no sabía, era que a pesar de que Iván había estado hablando con Iliar y sabía que era su amigo, lo que no había estado haciendo era comportarse como le era habitual, así que ahora, y en cuanto Iliar lo escuchó no solo gritarlo, sino el tono, supo que Iván había recuperado la memoria. Después de saludarlo como lo había hecho Derek un momento antes, fue que contestó a lo que querían saber en principio.

  • Se marcharon hace cuatro días
  • ¡Demonios!
  • Tu aravaerì no va a estar contenta –se burló Iliar
  • ¿Y Lucía?
  • Bueno no creo que a ella le importe…
  • ¡Iliar!
  • Han sido unos días muy…interesantes

Comenzó por narrarles cómo habían estado las cosas el día de la cena con la familia, y como ninguno de aquellos tres sujetos tenía mucha cordura, el único que parecía consternado era Henri.

  • Aunque para todo el mundo ha sido extraño, para nadie más que para el Rybik, porque ella parece haber andado de fiesta con Michel, Irakli, Hani, ocasionalmente Sofía, y con…Lucien
  • ¿Qué? – preguntaron los tres – No estamos como para tus bromas, Drachavo
  • Y no lo es, créeme. Yo estuve en una de esas salidas y bueno…en verdad esos dos saben cómo divertirse. Pero cuando se superaron a sí mismos fue anoche, porque bebieron tanto que amanecieron ambos tirados en el Dvorets de Lucien; el Rybik los encontró y… bueno, no estaba muy contento
  • Pero eso es…
  • ¿Insólito? –aportó Henri cuando Derek pareció no saber cómo concluir
  • Si lo piensan bien, no lo es –acotó Iván en forma distraída y todos lo miraron – Ustedes no pueden entenderlo, porque no vivieron en ese entonces, pero Lucien y Mikha eran muy unidos, y en realidad eran un dolor de cabeza para la tribu
  • Creí que esos eran ustedes –dijo Henri
  • También, pero nosotros no éramos los hijos del Hlavary
  • Puedo entender eso, aunque no haya estado ahí, pero sucede que estamos hablando de Lucía, no de Mikha, y todos sabemos cómo se llevan esos dos –señaló Derek
  • Sí, pero estás olvidando un detalle importante
  • ¿Que ella cree que es Mikha? –preguntó Henri
  • No solo lo cree –respondió Iván – sino que fue enviada tan atrás en el tiempo, que es su energía la que tiene el control en este momento, y es eso lo que Lucien está percibiendo
  • ¿Significa eso que la energía de mi hermana está…perdida?
  • No… –contestó Iván, pero pareció estar reflexionando y luego agregó – no es perdida exactamente, sino como aletargada, pero sin duda sigue ahí, pues la única manera de que no fuese así, sería que estuviese muerta y no lo está




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