La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 43 Hermanos

 

Riùrik. Noviembre 2007

Tanto Lucien como Lucía, habían dormido todo ese día, lo que ilustraba la clase de fiesta que habían tenido la pasada noche, de manera que no se enteraron de todo el lío que se había suscitado, mientras que Itlar, Irakli, y Hani, fueron víctimas de la venenosa lengua de Iziaslav y fueron enviados  al calabozo durante todo ese día, incomunicados y sin poder beber ni agua.

Louis y fiel a su palabra, le había dado aviso a Alexander de lo sucedido, de manera que Alex se había presentado esa tarde en palacio, aunque la prisa fue inútil, pues Lucía estaba muerta y no hubo forma de despertarla. Derek también había intentado hablar con ella más temprano, aunque con el mismo resultado, de manera que ambos tendrían que esperar a la mañana siguiente para ello.

Alexander había ordenado preparar un brebaje que la misma Lucía le había enseñado, pues sabía que iba a necesitarlo, de manera que a primera hora, entró a la habitación y sacudió el hombro de su hermana.

  • Tampoco tienes que desprendérselo –dijo Derek
  • Si no vas a ayudar, y estoy bastante seguro que no lo harás, entonces mantén la boca cerrada, Derek Phillipe

Todavía le tomó algún tiempo hacer que Lucía despertara, y como no lo hizo del mejor humor, Alex tuvo que apartarse con rapidez mientras Derek ahoga la risa.

  • ¿Qué demonios sucede contigo, mujer? Recuerdas que tu arvaer es haryk y no yo ¿viedaker?[1]

Alexander que tampoco estaba del mejor humor, hizo caer sobre Lucía un chorro de agua helada, lo que complicó la situación, porque ella intentó acomodarle un puñetazo, pero eso le quedaba más difícil.

  • Quédate tranquila, bébete eso –ordenó señalando la taza – y después que te des un baño y adecentes tu aspecto, hablamos

Lucía seguía furiosa, pero como en verdad, al ponerse de pie con la violencia que lo hizo, sumado a la resaca, su mundo comenzó a girar, aunque eso no detuvo su venenosa lengua. Sin embargo, Alexander la sujetó con algo más de delicadeza haciendo que se sentase en la cama de nuevo y le acercó la taza.

  • Obedece y bébete esto, Lucía

Ella casi le arrebató la taza, se bebió el contenido casi de un solo trago y luego se dirigió al baño azotando la puerta.

  • Alex…
  • No me gusta a mí más que a ti, tratarla de esa manera, hermano

Derek no solo entendió el punto, sino que sabía que así debía ser, porque Alexander toda la vida se había supeditado a los deseos de Lucía, a lo que necesitaba Lucía y a lo que decía Lucía, pero en este momento la situación era otra y Derek estaba seguro que su hermano se sentía terriblemente miserable. Mientras esperaban, entró Antje con el desayuno que Zsa Zsa había ordenado y miró a Alex con angustia.

  • No te preocupes, Antje, ella va a estar bien. Quizá no será pronto, pero lo estará

La bizlyki le dedicó una sonrisa tímida y abandonó la habitación. Un momento después, salió Lucía, pero como solo traía una toalla enrollada alrededor de la cintura, ambos se volvieron.

  • Lucía por favor, vístete como corresponde
  • Que manía la tuya con la ropa, ya te pareces a Lucien y…
  • Lucía

La escucharon maldecir, pero también que  comenzaba a vestirse y un momento después lo que escucharon fue que rodaba una silla y ellos se giraron. Ciertamente estaba vestida, pero que lo hubiese hecho correctamente era lo cuestionable, pues llevaba la camisa a medio abotonar, seguía descalza y con el cabello en desorden. Sin embargo, Alex decidió ignorar eso de momento. Ellos se sirvieron café mientras que Lucía, y para sorpresa al menos de Derek, estaba despachándose todo lo que le habían llevado.

  • Lucía –comenzó Alexander – Estaba en la creencia de que habías entendido lo que te dije
  • Lo hice –respondió con la boca llena y Alex juntó las cejas
  • Pues tengo otra impresión, porque por empezar, no veo que hagas ningún esfuerzo por conducirte como la señorita que se supone que eres –y tuvo que hacer otro esfuerzo cuando la vio limpiarse la boca con el dorso de la mano
  • Escucha, según entendí, yo estaba tranquilamente muerto cuando esa syka decidió traerme a la fiesta, así que no puedes culparme si me cuesta seguir tus reglas, y como comprenderás, o quizá no, pero eso es problema tuyo y no mío, no es fácil ser lo que no soy

Derek fue consciente del enorme revoltijo de emociones que tenían lugar en el interior de su hermano, de modo que le colocó una mano en el hombro y miró a Lucía.

  • Por supuesto que entendemos que no es una situación fácil, linda, pero…
  • ¿Y tú qué haces aquí? –lo interrumpió ella
  • Él es Derek Phillipe, nuestro hermano mayor –se apresuró a aclarar Alex

Ella recordó que en efecto Alexander le había hablado de un hermano mayor, pero ella estaba viendo a Alier, sin emabrgo, decidió mostrarse generosa y no lo mencionó.

  • Bueno, al menos alguien entiende
  • Todos lo hacemos, pero es necesario que tú entiendas también
  • ¿Qué exactamente? Porque si es ese asunto de que soy una…
  • Aparte de eso, estoy seguro que Alex te dijo que quien te hizo esto, aún está por ahí y sigue queriendo hacerte picadillo. De manera que en principio, no debes ir por ahí haciendo escándalo, porque es como encender un cartel grande y luminoso…
  • ¿Un qué? –preguntó, pero Derek decidió que no estaba como para perder el tiempo en explicaciones triviales
  • Una señal indicándole dónde encontrarte
  • Pues que venga, así podremos enviarla…
  • Lucía, estoy igualmente seguro que estás al tanto de lo que es esa mujer ¿no es así?
  • Rad dijo que era una sherjä, pero él también es poderoso y ahora que sabe lo que enfrentamos, estará preparado
  • Claro, pero, aunque tú no nos recuerdes, y no te importe cómo podamos sentirnos, para nosotros sería terriblemente doloroso perderte. Aunque entiendo que eso te traiga sin cuidado, porque al fin y al cabo tú como Mikha, no nos conoces ¿Podrías tomarte un minuto para imaginar siquiera cómo te sentirías si perdieses a alguien que amas, por un error? Ya nuestro padre ha sufrido mucho más de lo que nadie merece; perdió a nuestra madre en circunstancias horrorosas, durante más de doscientos años creyó haberte perdido a ti también, y si sucede de hecho, eso va a destruirlo. En mi caso, y aunque siempre confié en lo que decía Alex, en el sentido de que ibas a regresar, tuve que hacer un enorme esfuerzo para que el dolor no me venciera, pero estoy seguro que no fue ni la mitad de lo que tuvo que hacer Alex, porque tú eres su otra mitad, Lucía, son gemelos, y cualquier cosa que te suceda, él lo sufrirá el doble, pues tendrá que lidiar con su dolor y con el tuyo sea éste el que sea –hizo una pequeña pausa para llenar de aire sus pulmones y deshacer el nudo que tenía en la garganta – Repito que entiendo que tú ni nos recuerdes ni nos ames, pero nosotros sí te recordamos y no hemos dejado de amarte, Lucía




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.