La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 48 Información peligrosa

 

Riùrik. Diciembre 2007

Boyko casi había enfermado de pura ira, pues él pensó, muy neciamente, que después del fracaso de Radek en cazar a Viorica y lo que esto le había reportado, una vez de vuelta, desaparecería otra vez, pero no, le habían informado que no solo seguía en Riùrik, sino que no se despegaba de la odiosa muchachita.

Si Boyko nunca había perseguido a su hijo una vez que Iziaslav lo había exiliado de la tribu, era porque estaba seguro que aquel desgraciado niño iba a matarlo. Boyko era supersticioso, así que había odiado a Livka en forma venenosa, y siempre pensó que Iolan lo había casado con aquella desgraciada, sabiendo lo que era y precisamente por eso. La cuestión era que quien no lo sabía era Boyko, y se enteró poco antes del nacimiento de Radek y cuando regresaban de una campaña, pero como habían llegado de noche, al no encontrarla en el avari había salido a buscarla. Esa noche Livka participaba en un ritual, así que cuando la vio, se fue derecho hacia el círculo y sujetándola por los cabellos la llevó a rastras hasta el avari sin tener en cuenta su avanzado estado, y de no haber sido por Darko, que había salido a buscar agua, porque se había encontrado con que una de sus niñas estaba enferma y Elèa le pidió que fuese por agua, Boyko posiblemente habría matado a Livka esa misma noche, pues estaba apaleándola cuando Darko intervino.

Aunque Iolan no se interesaba por lo que hacían sus hombres con sus mujeres, siendo que aquella esperaba un hijo y con el escándalo que había armado Darko deteniendo a Boyko, le ordenó a éste dejar a la susodicha en paz.

Como ya se explicó, a menos que las campañas los llevasen a otras tierras que fuesen muy lejanas, el pueblo entero se desplazaba con sus guerreros, pero cuando Radek nació, quien no estaba era Boyko, porque había sido enviado en un viaje de reconocimiento, algo que solían hacer los Hlavary para informarse acerca de las distancias, la fuerza militar o cualquier otra cosa que quisiesen saber con relación a una posible tierra que quisiesen anexionarse. La cuestión fue que Boyko demoraría mucho en volver, y de hecho pensaron que no lo haría nunca, pues pasaron alrededor de dos años para que lo hiciese, pero al llegar y ver al niño rubio y con ojos color cielo, perdió la perspectiva acusando a su mujer de traición, y quizá aquel habría sido el último día de vida Livka e incluso de Radek, porque aparte de apalear a la pobre desdichada, también la emprendió contra el niño, pero en aquella ocasión quien lo había impedido había sido Iziaslav, y no porque él fuese muy diferente a su padre con relación a lo que hacían sus hombres con sus mujeres, pero ya era padre y enfureció al ver que el animal aquel estaba maltratando a la criatura, así que después de sacudirlo hasta el punto de dejarlo casi irreconocible, pues Boyko no podía defenderse de él, fue encerrado por cuatro largos años.

Las prisiones de los devlianos no eran ni de cerca parecidas a ninguna que podamos imaginar, porque las suyas eran una especie de hoyo con unas dimensiones solo un poco mayores a la de una tumba, que sellaban con unas cadenas para impedirle al prisionero escapar, y el que incurriese en un crimen lo suficientemente terrible y que el Hlavary encontrase que cualquier cantidad de latigazos serían insuficientes, era tirado en aquellos agujeros infernales. Sería poco menos que imposible imaginar que alguien sobreviviese a aquel castigo, porque aparte de la dimensión del espacio en el que tenían que vivir por un tiempo que nunca era menor a dos años, allí dormían, comían y hacían sus necesidades. Solo tenían una manta para cubrirse, y si nevaba o llovía, los guardias podían o no, colocar una piel sobre la abertura para que el desdichado no muriese ahogado o tapiado por la nieve, aunque esto no siempre resultaba efectivo. Como también los proveían de un cuchillo para defenderse en caso de que algún visitante no deseado cayese por allí, algunos terminaban por suicidarse, otros morían por alguna enfermedad, y otros simplemente enloquecían, pero los que lograban salir, no era que lo hiciesen en muy buenas condiciones mentales tampoco.

De manera que si bien Boyko salió, lo que no hizo fue salir queriendo más ni a su mujer ni a su hijo, y en la primera oportunidad que tuvo, la mató a ella, lo que nunca pudo fue matar a Radek, primero, porque Iziaslav no iba a permitir que matase a un futuro guerrero, pero adicional a lo anterior, Boyko tendría oportunidad de notar que el desgraciado muchachito había heredado la condición de su madre, y fue él quien casi lo mató defendiéndose de uno de los ataques de Boyko.

Por todo lo anterior, si había alguien a quien Boyko detestaba, después de Lucien, era a Radek, y como Viorica seguía sin aparecer, había decidido poner en ejecución sus propios planes.

  • ¿Estás seguro de esto? –preguntó Ugro
  • Estás aquí para obedecer, no para cuestionar nada

Ugro era una especie de lugarteniente en el grupo de Boyko, pero los demás pensaban que tenía mucha paciencia, porque Boyko lo trataba malísimo, aunque no era que tratase bien a nadie.

Como es sabido, los gobiernos absolutistas, y aunque en algunos casos tengan adeptos y éstos profesen verdadera lealtad a sus mandatarios, lo que también generan es muchos enemigos, de manera que aquel grupo de hombres estaba en el segundo renglón y fue por ello que desertaron de su tribu, pero no todos habían pertenecido a la tribu devliana, sino que procedían de otras que tenían tan buenas razones o más aún, para odiar no solo a los Yaroslávich, sino a los devlianos en general, ya que habían perdido a sus familias o habían sido despojados de sus tierras a manos de éstos. Los que habían desertado de los devlianos, no todos lo eran, sino que habían sido criados por éstos, pues como ya se dijo, cuando había niños en los botines de guerra, eran instruidos en armas para acrecentar su ejército.




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