La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 52 Tragedia y venganza

 

Riùrik. Diciembre 2007

Yves pensó que los que habían llevado a cabo aquel secuestro no eran ningunos novatos, porque les estaba costando seguirles el rastro, pero, aunque no tenía nada concreto qué informar, igual lo había hecho, aunque sin solicitar apoyo, pues aparte de los levramzyks que había enviado en primer término, los ZD al completo iban con ellos.

Iván y Radek se habían detenido en un par de ocasiones, pero había sido algo muy breve, pues seguían sintiendo como si un gancho estuviese tirando de ellos, algo que fastidiaba extraordinariamente a Radek por lo menos.

Lucía había aprovechado las breves detenciones para deshacerse de los zapatos, la primera vez, y la segunda, para rasgar la parte baja del odioso traje que le dificultaba correr. Vajda y Zsa Zsa la habían imitado, aunque en sus casos solo habían retirado la parte baja de sus atuendos, pero no habían dejado los zapatos por ahí tirados.

Louis había intentado pasarle su chaqueta a Lucía cuando notó que estaban en una zona muy fría, pero ella casi lo sacude.

  • No me fastidies, Louise

Aunque la situación no era la mejor, los ZD no tenían juicio y rieron con descaro, y aunque Louis primero se cortaba una mano antes de dejar a Lucía, por un momento pensó que debió quedarse con Henri, pero al sentir la alteración, y aunque había demorado un poco en darles alcance, finalmente lo había hecho y ahora estaba soportando las burlas de aquellos incordios.

Iván y Radek se detuvieron de forma súbita y todos lo hicieron. Aunque ellos dos eran los  que conocían a quienes buscaban, todos percibieron la presencia devrig.

  • Atentos todos, no sabemos quiénes son estos desgraciados –advirtió Yves a sus hombres y luego agregó – Istval, ella puede creerpuntualizó – que es Mikha, pero sabemos que no es así, de modo que recuerda ocuparte de ella en primer término

Como Irakli tenía la misma habilidad que ellos, captó el mensaje con claridad, pero pensó que aquel imbécil debía serlo si pensaba que cualquiera de ellos necesitaba que se les diese esa orden. Boris y los Varhidi estaban muy cerca de Alexander y lo habían visto cerrar los ojos, y aunque para ellos era normal cuando él intentaba precisar algo, lo que no lo era, era que hablase mientras estaba en aquella actitud.

  • Supongo que le devolvieron su dykari, duquesa
  • Así es, alteza –contestó Vajda
  • Arriba –dijo Alex en voz más alta

No obstante, casi ni lo escucharon, porque Iván y Radek parecían haber determinado lo mismo que él, pero, además, escucharon a Iván emitir una exclamación muy grosera, y en los casos de Lucía y Dennis, tuvieron ocasión para ver que sus ojos enrojecían, así como el cambio de actitud, una que si bien no le era familiar a Dennis, sí a Lucía, porque era la del peligroso guerrero devliano que sin duda seguía siendo.

Lucien no estaba viendo a Iván, pero experimentó la ira de Lucía y cuando se giró, casi emitió la exclamación que acababa de escucharle a Dennis, pues en su caso, a quien estaba viendo sin lugar a ninguna duda, era a su hermano cuando estaba a punto de entrar en batalla.

Todo lo anterior había sucedido a la velocidad acostumbrada, de modo que unos segundos después, estaban escalando a toda prisa una escarpada montaña. Irakli recordó aquella lejana oportunidad en la que habían ido a ver a los svetsniks, y cuando todos estaban muy preocupados por los aykeris, pero aparte de que no eran niños desde hacía mucho, sin duda Lucía se conducía con la misma destreza que ellos.

Zsiga se había ocupado de su hermana, porque si bien ellos tenían muchos años, sus actividades en raras oportunidades los conducían a situaciones como aquella. Mientras que Alexander de quien se había ocupado era de Vajda rechazando la ayuda de Boris que se había ofrecido a hacerlo él.

Una vez en la cima, fue visible la figura de una estructura que tenía el aspecto de un granero muy grande, y aunque los levramzyks tenían el mejor de los entrenamientos y no necesitaban indicaciones, Yves igual se las dio, porque tanto los príncipes  como sus acompañantes, se dirigieron con decisión hacia la construcción.

  • No sabemos cuántos hay allí dentro, los sizvitels son prioridad

Sin embargo, tanto los mencionados príncipes, como Iván y Radek, no se anduvieron con delicadezas, pues a pesar de que fueron recibidos por una lluvia de balas, en principio Alexander se había apresurado a crear una protección eficiente, aunque perdió algo de tiempo en ello y recibió varios proyectiles causando la alteración de Zsa Zsa y de Vajda, pero continuaron y no solo tiraron la puerta, sino casi la totalidad de la parte frontal. No obstante, con independencia de lo que hubiesen esperado encontrar, ciertamente no sería lo que verían.

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Era muy improbable que debido a la velocidad a la que se mueven los devrigs, los ikedev pudiesen ver lo que sucedía y menos si eran varias cosas al mismo tiempo, de modo que cuando habían visto que el individuo hundía el puñal en el pecho de Loriane, y esto sí lo habían visto todos, aunque pensaban que era la mano, lo que lo hacía incluso más aterrador, reaccionasen de diversas maneras.




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